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Unos 130 marroquíes atrapados en Melilla desde hace dos meses por el cierre fronterizo retornan a su país

Los que ayer retornaron a su país son muchos menos de la mitad de los marroquíes que están bloqueados en Melilla

Unos 130 marroquíes han podido retornar hoy a su país por la frontera de Beni-Enzar después de llevar dos meses atrapados en Melilla, dado el cierre fronterizo que las autoridades alauitas decretaron el 13 de marzo como consecuencia de la crisis sanitaria del coronavirus. Aunque Marruecos había autorizado la repatriación de 200, finalmente fueron menos los que volvieron a su país porque 70 no se presentaron en el paso fronterizo, según las fuentes consultadas por MELILLA HOY. Estas personas estaban incluidas en un listado facilitado por el Gobierno del país vecino con los ciudadanos que debían ser repatriados, tal y como informaron fuentes de la Delegación del Gobierno en Melilla. Los que ayer retornaron a su país son muchos menos de la mitad de los marroquíes que están bloqueados en Melilla, donde hay, al menos, medio millar de personas que han tenido que ser acogidas entre la Plaza de Toros, el V Pino, el cementerio musulmán y casas particulares al carecer de domicilio en la ciudad.
Muchos de los que pudieron cruzar la frontera a partir de las cinco de la tarde eran mujeres y niños, así como personas mayores, que fueron previamente identificados por agentes de la Policía Nacional situados en la zona peatonal de salida del paso fronterizo.
Uno a uno, los fueron identificando con sus pasaportes y, tras confirmar que estaban en la lista, les permitieron acceder con sus equipajes al recinto de seguridad de la frontera de Beni-Enzar en dirección al lado marroquí, donde les esperaban hasta ocho autobuses autobuses y un buen número de funcionarios alauitas, además de personal sanitario que les tomaron la temperatura antes de llevarlos a guardar la cuarentena al complejo hotelero de Saidía.

Gran despliegue
La repatriación se llevó a cabo con un importante despliegue de agentes de la Policía Nacional, la Guardia Civil y los Agentes de Movilidad, debido a la expectación que había en la frontera.
Poco después de que Marruecos autorizara la repatriación de sus nacionales bloqueados en Melilla y la Delegación del Gobierno en Melilla confirmara que se llevaría a cabo por la tarde a través de la frontera de Beni-Enzar, la zona empezó a llenarse de personas con maletas y bolsas de equipaje.
Muchas de ellas fueron rechazadas por los agentes tras comprobar que no estaban incluidas en la lista facilitada por el Gobierno de Marruecos.
Es probable que, en los próximos días, se complete la repatriación de los marroquíes, si bien este extremo no es algo que tenga confirmado la Delegación del Gobierno. Podría volver a repetirse, por lo tanto, lo sucedido ayer, cuando Marruecos no comunicó a la Delegación del Gobierno la autorización para repatriar a sus nacionales hasta primera hora de la tarde, a pesar de que la noticia empezó a correr como la pólvora en el país vecino por la mañana, llegando de forma oficiosa a Melilla.

Sin distancia social
Aunque la mayoría de los que acudieron a la frontera de Beni-Enzar llevaba mascarillas, la aglomeración de personas hizo imposible que se respetara la separación de dos metros de distancia entre personas.
Este fue un aspecto que denunció en Twitter el Sindicato Unificado de Policía (SUP), que lamentó que no se hayan respetado las distancias de seguridad en la salida de los marroquíes bloqueados en Melilla. A su juicio, esto es un aviso cuando se reabra la frontera con Marruecos.
Hasta la zona también tuvo que acudir una ambulancia del 061 para prestar atención sanitaria a un hombre de muy avanzada edad que, cuando estaba siendo identificado por la Policía, perdió las fuerzas para mantenerse en pie y cayó al suelo, probablemente por el calor y los nervios, aunque no llegó a perder el conocimiento.

Dos meses de bloqueo
En Melilla hay, al menos, medio millar de personas de Marruecos bloqueadas desde hace dos meses debido al cierre fronterizo, la mayoría de las cuales fueron acogidas por la Ciudad Autónoma, y otra parte, fundamentalmente mujeres y niños, en el cementerio musulmán de Melilla.
Los acogidos por la Ciudad Autónoma estuvieron alojados en un primer momento en el pabellón polideportivo Lázaro Fernández y, debido a varios incidentes, fueron trasladados a finales de marzo a un campamento montado con carpas en el recinto V Pino.
Dos semanas después, a mediados de abril, estas personas nuevamente tuvieron que ser trasladadas de lugar debido a la inundación del campamento y fueron acogidas en la Plaza de Toros de Melilla, donde han estado viviendo más de 350 personas durante el último mes.
Una de ellas, una mujer de unos 34 años, fue hallada muerta el jueves en el interior de la Plaza de Toros, donde falleció por causas naturales, al parecer por un infarto cerebral, a falta de autopsia, según fuentes de la Delegación del Gobierno.
La acogida de los marroquíes bloqueados en Melilla y el traslado de parte de los menores extranjeros no acompañados a un camping debido al hacinamiento del centro de protección ha supuesto para la Ciudad Autónoma un desembolso de unos 300.000 euros mensuales, cuyo pago ha reclamado al Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social.

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Redacción

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