Otras 73 personas de Marruecos fueron repatriadas ayer a su país a través de la frontera de Beni-Enzar después de llevar dos meses atrapadas en la ciudad por el cierre fronterizo debido a la crisis del coronavirus. En esta segunda tanda a la que se permitió volver a Marruecos ayer por la tarde fueron incluidas 73 personas, que se unen a las 130 que ya retornaron el viernes a su país, completando así la lista de 200 que facilitó el Ejecutivo alauita a la Delegación del Gobierno en Melilla para proceder a la repatriación. Las personas que retornaron ayer a Marruecos, al igual que sucedió con las que ya cruzaron la frontera el viernes, fueron trasladadas a un complejo hotelero de Saidía para pasar la cuarentena y comprobar si tienen síntomas del coronavirus.
El retorno se llevó a cabo ayer por la tarde de una forma más organizada que el día anterior, aunque también en medio de una gran expectación y un fuerte despliegue de seguridad conformado por agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil.
Desde por la mañana, decenas de personas hacían cola junto al recinto fronterizo, aunque nuevamente sin respetar la separación de dos metros, lo que hace dos días ya fue objeto de crítica por parte del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en su perfil de Twitter advirtiendo del “gran problema” que podría darse “si esto es lo que nos espera cuando se abran las fronteras”.
Al igual que el viernes, la Policía Nacional fue identificando a las personas que acudieron al paso fronterizo para comprobar si están incluidas en la lista facilitada por el Gobierno de Marruecos antes de permitirles acceder hacia el lado marroquí cargadas con sus equipajes.
Las 200 personas incluidas por el Gobierno marroquí en el listado son menos de la mitad de las que hay bloqueadas en Melilla y que están siendo acogidas en su mayoría por la Ciudad Autónoma en la Plaza de Toros, y también en el cementerio musulmán y algunas casas particulares.
