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BALONCESTO - FEDERACIÓN

Javier Nieto: “Ganamos la final porque el plan de partido salió a la perfección”

Un joven Javi Nieto, durante un tiempo muerto

La Federación Melillense de Baloncesto continúa repasando las claves de las Copas Príncipe que conquistó el Melilla Baloncesto y en esta ocasión, de nuevo, el protagonista en #ArtículosFMB es Javier Nieto, campeón de la Copa Príncipe en el año 2001, que analiza cómo se desarrolló la gran final que les enfrentó al Minorisa Manresa por 92-88. Javier Nieto (19-7-1967), actual director deportivo y entrenador del equipo EBA del C.D. Enrique Soler, se proclamaba campeón de la Copa Príncipe con el Melilla Baloncesto en el año 2001. En el currículum del técnico melillense destacan otros logros, en doce temporadas al frente del conjunto colegial, como son un ascenso a la LEB Plata en la presente temporada, cuatro participaciones en Fases de Ascenso y un play off a la LEB Plata.
Cabe recordar que Nieto es entrenador superior de baloncesto desde 1993, director de los Cursos Entrenadores de la FMB, Máster en Alto Rendimiento por el COE, Especialista Universitario en Alto Rendimiento Deportivo por la Universidad Autónoma de Madrid y posee otra Copa Príncipe con el Melilla Baloncesto, en este caso como segundo entrenador, en la campaña 1998-1999, con experiencias, además, en diversas selecciones FEB de formación y ha sido director deportivo de la FMB durante varias temporadas.

INTRODUCCIÓN
Antes de hablar de cómo consiguió el preparador melillense ganar esa copa al frente del Melilla Baloncesto, quiso hacer una pequeña introducción de la situación del equipo en aquellos momentos.
Así, comenzó explicando que “jugábamos la final contra el “Minorisa Manresa de Salva Maldonado, un partido al que llegamos con las bajas de Javier Hierro, Abdul Fox y Manolo Pérez, disponiendo de solo ocho jugadores para poder disputar esta Copa del Príncipe, mientras que ellos contaban de diez y de un nivel impresionante”.
Además, como resaltó, Manresa, era el segundo clasificado con quince victorias y poseía jugadores que jugaron esa final como Andrés Nocioni (22), Jordi Singla (19), Álex Burgos (19), Ron Rutland (12), Ferrán Laviña (6), Marvin Alexander (5), Alexis Montas (4), Francés Sabaté (2), Valentín Holgado (0) y Carles Ruf (0). Sin embargo, su equipo encaraba este duelo ocupando la decimoquinta posición en la tabla con seis encuentros ganados y con jugadores en sus filas como Derrel Washington (28), Iker Urreizti (19), Ezugwu (11), Alberto Alzamora (18), Jackie Espinosa (11 y 5 tapones), Carlos Gil (1), Adolfo Sada (0) y Pepe Torrubia (0).
Javier Nieto recordaba que venían de ganar la semifinal a León, primer clasificado, “después de una prórroga con ocho jugadores y nuestra única arma a favor eran los aficionados, que, en definitiva, fueron los que nos llevaron en volandas para ganar dicha Copa en Melilla”, aseguró.
De igual modo, hizo hincapié en que los manresanos terminaron el choque “con el mismo número de balones perdidos que recuperados y nosotros con -4. También ellos firmaban un 72% en tiros de dos puntos y nosotros un 64%, ellos un 38% en tiros de tres y nosotros un 26% y acabaron con un 81% en tiros libres y nosotros con un 70%”.

¿Qué pasó para ganar esa final?
Javi Nieto tenía clara la respuesta a esa pregunta: “Pues que el plan de partido salió a la perfección. En ese choque dominamos el rebote y fuimos capaces de provocar 27 faltas personales, y a jugadores como Valentín Holgado (38%, en T3) y Ferrán Laviña (40%, en T3) los dejamos sin anotar ningún triple”, apuntó.
Para el actual técnico del CAM Enrique Soler, unas de las claves del triunfo fueron “la zona press 1-2-1-1 (después de tiro libre) y la zona 2-1-2 ‘match up point’”. Esta última, como recordó, se la vio por primera vez a Mario Pesquera, “en una disposición inicial de 1-3-1 en la época del Caja de Ronda en Málaga”, y los suyos la adaptaron “a la 2-1-2”, que es la que a continuación pasó a detallar.

ZONA ‘MATCH UP POINT’ 2-1-2. CON CUATRO JUGADORES QUE PODÍAN JUGAR DE ‘4’
“-1ª REGLA. BALÓN SIEMPRE PRESIONADO, independientemente donde esté el jugador con balón, nos da igual que esté a seis o nueve metros del aro. El dibujo sería un jugador en individual, muy agresivo, y los otros cuatro jugadores en zona (BOX), de tal manera que haríamos siempre caja y uno con el jugador que tiene el balón (BOX AND ONE). La idea era hacer caja y uno a todos los jugadores que tuvieran el balón.
Muy importante, mientras el jugador está en individual, muy agresivo, el resto estará hablando dentro de la caja (BOX) con los brazos abiertos para evitar en todo momento un pase interior.
-2ª REGLA. CON EL BALÓN EN EL AIRE VUELVO A LA CAJA y el compañero más cercano salta al balón y presiona el 1×1 muy agresivo (otra vez caja y uno pero con otro jugador).
-3ª REGLA. NUESTRO JUGADOR EN LA POSICIÓN DE ‘5’ SIEMPRE TENDRÁ QUE ESTAR COLOCADO ENTRE EL BALÓN Y EL ARO, CON LOS BRAZOS ACTIVOS.
Este jugador deberá ser rápido en los desplazamientos laterales, con gran capacidad de salto y taponador (Peter Ezugwu).
-4ª REGLA. ZONA DE DESPLAZAMIENTO DE NUESTRO JUGADOR EN LA POSICIÓN DE ‘5’. Nuestro jugador en esa posición deberá de aprender que sus desplazamientos serán siempre fuera de la “botella”, salvo que el balón vaya al tiro libre que defenderá dentro y no deberá jugar en la posición habitual que lo hacen todos los ‘5’ en las típicas zonas 2-1-2.
-5ª REGLA. NO EXISTEN AYUDAS LATERALES, el responsable de hacer esa ayuda será nuestro jugador situado en la posición de ‘5’, nunca habrá una ayuda lateral.

CONCLUSIONES
Javi Nieto hacía memoria, incidiendo en que se colocaron “en zona a partir del minuto 8, es decir, estuvimos defendiendo en esta situación táctica 32 minutos, conseguimos dieciséis rebotes con esa zona, taponamos cinco veces y conseguimos recuperar durante el partido once balones”.
Todo ello hizo que lograran, como recalcó, “canastas muy fáciles de contraataque (llegamos hasta +15) y pudimos colocarnos, a falta de 2 minutos, diez arriba”, que eso, en definitiva, les dio el partido.
Por otro lado, con la disposición de la zona con cuatro ‘cuatros’ consiguieron que solo les cogieran “cuatro rebotes ofensivos”, y ellos, sin embargo, capturaran “doce en ataque (recordad que salvo nuestro base, todos los demás tenían una gran capacidad reboteadora)”.
Otra de las claves de ese partido estuvo “en la de veces que fuimos al tiro libre, un total de 31, y la de los 28 rebotes que firmamos en el encuentro (Manresa se quedó en 18)”. Y las rotaciones se las dieron “en la posición de escolta Adolfo Sada (12`), en la del base Carlos Gil (3´) y en la del pívot Pepe Torrubia (1´), es decir que volvimos a jugar prácticamente con seis jugadores”, señaló.
Javi Nieto no quiso acabar el artículo sin nombrar y recordar a su cuadro técnico de aquella final, casos del preparador físico, Miguel Martínez; del delegado de equipo, David Aserraf; de la fisioterapeuta, Sabela Rey; de los médicos Luis Morandeira, Luis Segura y Juan Carlos Corbacho; y, por último, del masajista Hassan. Por cierto, el Melilla Baloncesto se imponía por el resultado de 92-88.

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Carlos R.Busto

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