Desde el Sindicato de Enfermería, SATSE, nos vemos en la obligación de manifestar a la opinión pública nuestro rechazo a la decisión del INGESA de considerar al Hospital Comarcal de Melilla como Hospital de referencia para la detección de los posibles casos de enfermedad por el virus de ébola que se produzcan en nuestra ciudad. Nos sentimos impotentes al conocer que el INGESA continúa en su empeño de adecuar cuatro habitaciones de la planta de Medicina Interna para ello y es por eso que presentamos una denuncia en la Inspección del Trabajo y una carta al Director del INGESA, pero lamentablemente, sin mucho éxito.
El INGESA y sus responsables en Madrid, miran hacia otro lado y dan el silencio administrativo como respuesta a la protección de sus profesionales, de los pacientes de Melilla y de sus ciudadanos ante el grave riesgo que supondría para su salud, atender los posibles casos que se produjesen en las limitadas instalaciones de Medicina Interna, colindantes con el resto de pacientes y para nada certificadas para la protección de la magnitud del riesgo biológico que los gestores del INGESA pretenden que asumamos.
Se está intentando estar preparados y proteger de una manera claramente improvisada, precipitada, negligente e irresponsable por parte de quienes toman las decisiones en nuestro hospital, y en el INGESA, la salud de los profesionales y de la población en caso de que se detecte un posible caso de enfermedad por el virus de ébola.
El INGESA nos ofrece “una protección de papel” en unos protocolos y en unos prontuarios de actuación que son retocados sobre la marcha, y que nada dicen sobre los procedimientos que la atención de estos pacientes requiere, ni de la higiene de las zonas que se piensan destinar a atenderlos, ni de las normas y procedimientos de descontaminación, ni de la renovación del aire adecuada, ni de depuración del aire o los efluentes expulsados, ni de la presión de aire negativa, etc, etc.
El Hospital Comarcal, carece de las infraestructuras adecuadas tanto para atender como para contener la enfermedad, SATSE no se cansará de decirlo.
Creemos que es imposible que el Hospital Comarcal se pueda convertir de la noche a la mañana en un centro capaz de asumir semejante responsabilidad.
Parecen olvidarse de que el riesgo de atender a estos pacientes es altísimo, tanto para el personal como para los pacientes y ciudadanos que transitan a diario un Hospital y unas Urgencias hospitalarias colapsadas y con gran afluencia diaria de personas.
SATSE reconoce que los profesionales están siendo formados y se están impartiendo talleres por el Servicio de prevención de Riesgos Laborales, pero aunque intentan trasmitir las medidas de protección individual y cómo usar los equipos de protección de riesgo biológico, esto es insuficiente para que nadie pueda asumir que esta formación convierte a los profesionales sanitarios de Melilla en expertos, ni que sean capaces de realizar dicha actividad adecuadamente, sin comprometer su propia salud ni la del resto de personal o pacientes.
Desde SATSE pedimos que puesto que existen efectivos de las fuerzas armadas especialmente entrenados y cualificados internacionalmente en prevención de riesgos nucleares, biológicos y químicos,(NBQ) y que dichas unidades especializadas de las Fuerzas Armadas disponen de estaciones avanzadas de descontaminación, duchas químicas y equipos de protección individual EPIs de alta protección, y de hecho todo este material y los procedimientos han de superar profundas revisiones y exámenes periódicos por parte de la OTAN, el INGESA reconozca que necesitan su ayuda( puesto que el Hospital Comarcal no reúne ni reunirá las condiciones necesarias para convertirse en un Hospital de Referencia en Melilla para tratar los posibles casos de EVE), y tomen las medidas oportunas y preparen un plan alternativo para atender a estos pacientes donde sí se cumplan unos mínimos de seguridad tanto para los pacientes como para los profesionales, tal y como la normativa y las directrices que la evidencia científica y los expertos en la materia recomiendan.
SATSE rechaza esta forma de proceder por parte del INGESA y nos preocupa no sólo la alarma creada entre los profesionales sino la que se puede crear entre la población y el colapso que dicha alarma puede generar en el Servicio de Urgencias de nuestra ciudad.
Insistimos en que ya está bien de que el INGESA se parezca cada vez más al cuento de “Alicia en el país de las maravillas” en lugar de ser el Instituto de Gestión Sanitaria serio y directamente dependiente del Ministerio de Sanidad que debería de ser.
Quizás, el director del INGESA, D.J. Julián Díaz Melguizo, tan cercano a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, debería de mostrar mayor sensibilidad y mayor sentido de la responsabilidad a la hora de dar solución a esta alarma sanitaria mundial, y en Melilla, dadas nuestra especial situación de desprotección y vulnerabilidad, buscar un plan alternativo de actuación, que realmente ofrezca a los profesionales, las garantías sanitarias que marcan la ley y de las recomendaciones tanto de la OMS y como del Centro Europeo de Control y prevención de Enfermedades.
