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La innovación hospitalaria permite mejorar la atención asistencial de niños y adultos

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Las séptimas jornadas de pediatría que organiza el Hospital Comarcal que se iniciaron ayer, buscan contribuir a la formación del personal sanitario, de ahí el amplio espectro de ponencias que se desarrollarán, entre las que se encuentran desde la nefrología pediátrica al tratamiento del niño oncológico, pasando por charlas como la que se centra en embarazo y adolescencia. Entre los ponentes se encuentra el médico catalán Carles Fábregas Agulló, que asegura que la innovación hospitalaria es el mejor camino para lograr mejorar la calidad de vida de los pacientes, en especial de los más pequeños. Como ejemplo habló de algunas de las ideas implantadas en su centro en Barcelona y que son fruto de la inventiva de médicos y enfermeras. Según el doctor Pedro Cuesta, jefe del Servicio de Pediatría del Comarcal, las séptimas jornadas de Pediatría no tienen una temática específica, pero sí que con ellas se busca contribuir a la formación del personal sanitario de Melilla. Destacó el alto número de inscritos y la implicación de profesionales de la ciudad como ponentes, entre los que se encuentran cinco de los MIR en Medicina Familiar y Comunitaria que se forman actualmente en Melilla. Señaló que la calidad de las ponencias es muy alta y que su contenido es muy amplio, puesto que se encuentran las que abordarán cuestiones como la nefrología en niños, la actividad de la Unidad de Neonatología, las características clínicas del Síndrome X frágil, o embarazo y adolescencia.

Innovación
Entre los ponentes destaca el doctor Carles Fábregas, coordinador de Telemedicina, del Hospital Materno Infantil Sant Joan de Dios de Esplugues de Llobregat (Barcelona) que habló sobre innovación en pediatría, una vía de pensamiento y actuación que busca aumentar la seguridad de los niños y del paciente ingresado, así como el entretenimiento, posibilitando que se sientan más arropados y protegidos. Además, como coordinador de la apertura de la Unidad de Telemedicina del mencionado centro barcelonés en el hospital de Sierra Leona, Carles Fábregas quiso homenajear al hermano Manuel García Viejo, con el que tuvo ocasión de trabajar y del que afirmó que era "toda bondad". El religioso fue una de las víctimas del Ébola. De hecho ayer se proyectó un video de dos minutos con un breve discurso del hermano Manuel sobre los beneficios de la telemedicina, en especial lugares remotos y sin las suficientes infraestructuras sanitarias.

Sobre su ponencia, el médico catalán dejó de manifiesto que "la innovación no tiene límites" y ejemplo de ello son las muchas acciones que se han puesto en marcha en el San Juan de Dios de Barcelona, a veces recurriendo a más ingenio que a recursos disponibles. Afirmó que en su centro cuentan con un "equipo de innovación muy potente" pero señaló que el mensaje a transmitir es que todo el mundo puede aportar sus ideas. Explicó al respecto que genéticamente los seres humanos estamos predispuestos a la innovación. "Todos podemos hacer algo que mejore nuestra asistencia a los pacientes, su calidad de vida, el funcionamiento de los hospitales y mejore nuestro trabajo. Todos podemos innovar y en todos los aspectos".

Como ejemplos señaló que recientemente se recurrió a la tecnología 3D para permitir a los cirujanos poder realizar prácticas virtuales de alguna intervención a llevar a cabo, al objeto de adquirir una mayor destreza a la hora de entrar en el quirófano. El experimento se realizó con una tumoración que presentaba un niño. El cirujano pudo practicar con esta impresión en 3D y entrar después al quirófano para abordar el trabajo con una mayor destreza y seguridad.

El San Juan de Dios también ha innovado en infraestructuras, instalando toboganes y salas de juegos para niños y adolescentes, logrando con ello "mejorar la calidad de vida de los niños hospitalizados". Pensando también en ellos se desarrollaron talleres en los que los propios pacientes elaboraron dibujos sobre unas placas que después se instalaron en el techo de los pasillos, con lo que cuando los pequeños van tumbados en las camillas, puedan sentir un ambiente más cálido.

Las ideas vienen de todo el personal, como la ocurrencia de las enfermeras de utilizar canutos de esponja en las barandillas de las camas para evitar que los niños se golpeen. También a un enfermero se le ocurrió diseñar un gotero infantil con ojos y una plataforma deslizante que permite a los niños moverse por todo el hospital. Muchas de estas ideas se han patentado, como por ejemplo una mochila más ergonómica que evita que los niños presenten problemas por el peso de los libros de texto.

Afirmó que muchas de estas iniciativas se podrían llevar a la práctica en Melilla o idearse otras propias, porque "la innovación no tiene límites", aunque reconoció que para sacar adelante las iniciativas lo que se precisa es "que nos escuchen y que nos den los recursos para expresar estas ideas". "La innovación se puede hacer en cualquier sitio. No es algo que exista en los grandes hospitales, sino en todas partes porque todos podemos innovar".

El doctor Pedro Cuesta, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Comarcal, manifestó que todas estas y otras muchas innovaciones se intentan aplicar en el centro melillense pero dentro de sus limitaciones, y como ejemplo habló del cambio experimentado en los últimos veinte años por la Unidad de Pediatría, que ha pasado de ser un lugar aséptico a un espacio más enfocado a la comodidad de sus pequeños pacientes.

Reconoció que el Servicio de Pediatría del Comarcal "siempre ha tenido algún déficit en cuanto a personal" aunque señaló que se intenta corregir. Actualmente cuenta con una plantilla de seis pediatras, pero se precisaría de tres más para asegurar las guardias presenciales y no sólo las guardias localizadas.

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Redacción

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