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“El Aid El Kebir no es de los musulmanes, es de todos los ciudadanos melillenses”

El presidente de CPM, Musta Aberchán, atendiendo a los medios al finalizar la manifestación del sábado
(Autor: Guerrero)

MELILLA HOY habla con Mustafa Aberchán, presidente de CPM y principal rostro de las movilizaciones convocadas por la Plataforma en Defensa de las Tradiciones, cuando quedan tres días para que se celebre el Aid El Kebir y todo hace presagiar que, un año más, no podrán entrar a la ciudad los borregos procedentes de Marruecos. A juicio del cepemista, es necesario recordar que la Pascua Grande es una fiesta de todos los melillenses y debe ser defendida por toda la ciudadanía. -La fiesta es el 1 de septiembre y, cuando quedan sólo tres días para la pascua grande del Aid El Kebir, ¿no hay visos de que ningún borrego de Marruecos pueda pasar a Melilla?
-Nosotros pensamos que no. Si ocurriera sería para maquillar todo un proceso de bloqueo y de ofensa a la comunidad musulmana. Y aún insistirían en el mismo. Nosotros denunciamos la interpretación arbitraria de las órdenes ministeriales que se hizo el año pasado, cuando se incluía a Ceuta y Melilla como una zona de bloqueo europeo. Se dieron cuenta después de un recurso en la Audiencia Nacional. Afortunadamente, a través de la denuncia de CPM, empezaron pensar en una nueva orden ministerial para garantizar la excepcionalidad de Ceuta y Melilla en 2017 de cara al Aid El Kebir. Era lo razonable, lo que se tendría que haber hecho desde un principio de forma respetuosa. Lo que no puede ser es que el que legisla lo público se ponga a hacer una orden ministerial para favorecer al empresario y no al pueblo.
En esta ocasión la orden ministerial ha quedado bloqueada por un apartado c), que ha sido asesorado por el delegado del Gobierno. Prácticamente, los corderos sólo podían entrar con la voluntad de los empresarios. Esto pone el interés público en manos del interés privado. No sólo supone una falsa y una traición al interés del pueblo, sino una ofensa a la idiosincrasia confesional de una población que tiene su guía de festividad y es para todos los ciudadanos melillenses. Por eso, igual que fuimos al Contencioso-Administrativo, esta vez iremos al Penal por el fraude de la orden ministerial. Se están vulnerando derechos fundamentales puesto que es una orden inoperable gracias a los que la han bloqueado, que son la Delegación del Gobierno y la Ciudad Autónoma de Melilla.
-Este año se han hecho unas excepciones en la norma para la entrada de corderos, pero la norma del ministerio ni ha podido ser cumplida por los particulares ni ninguna de las tres explotaciones ganaderas ha gestionado la importación de borregos. ¿Qué cree que está pasando?
-Bueno, para mí es fácil hacer una lectura y deducir cuando una orden ministerial condiciona el interés público al interés empresarial, argumentando que los corderos sólo pueden pasar a través de una explotación ganadera. Ya no es como antes. Los sujetos no pueden pasar un cordero con todas las certificaciones de sanidad y conducirlo al matadero o al domicilio. Según las declaraciones del delegado del Gobierno y de la consejera de Presidencia, tendrían que pasar directamente a casa porque ya no hay capacidad en el matadero. A partir de ese momento, en el que se van colocando nuevos ‘peros’ que no son necesarios y que condicionan el paso, lo que se pretende no es facilitar sino bloquear.
La Delegación del Gobierno y la Ciudad Autónoma no pueden ofender al pueblo de Melilla favoreciendo un negocio y sacrificando una festividad que es de todos los ciudadanos melillenses. Es muy triste que, por segundo año consecutivo, haya niños que no obtengan respuesta al preguntar a sus padres el por qué no ellos pueden sacrificar un cordero. O que tengan que salir de su ciudad natal para buscar en tierras cercanas un lugar en el que puedan celebrar la festividad.
-Todo hace pensar que 2017 será igual que 2016, pero con expectativas frustradas por parte de una población a la que se le dijo que iba a poder comprar borregos de Marruecos. ¿Es peor lo ocurrido en este 2017 a lo que pasó en 2016, ya que entonces se dijo desde un principio que no se podrían pasar corderos?
-Es que el año pasado no hubo razón. Lo que ocurrió está en los tribunales y tenemos los fundamentos. Hubo movilizaciones y crispación. Pero este año hay permisibilidad a través de una orden ministerial por parte del Gobierno de la Nación y han habido más movilizaciones y mucha más crispación. Esto nos hace pensar que hay algunos actores de Melilla que están siendo desleales al Gobierno de España porque la voluntad y la idiosincrasia expresada a través de la orden del Ministerio de Agricultura está siendo prostituida y usurpada por parte del Gobierno local a través de un bloqueo.
Esto es tan grave como imaginarse que la Navidad o la Noche Buena no se pudieran celebrar de forma tradicional. O que retirasen la cabalgata. La alegría de la celebración se disiparía. Son tradicionales que hay que conservar y proteger, y no son menos que la festividad del Aid El Kebir, que también es de todos los ciudadanos melillenses porque es una festividad local. Si las movilizaciones continuasen no sería descabellado que tuviésemos que reivindicar la conciencia de celebrar y proteger todas las festividades locales, porque son de todos los ciudadanos. El Aid El Kebir no es de todos los musulmanes, es de todos los ciudadanos melillenses. Y una agresión a esta festividad debe responderse desde la ciudadanía para que los gobernantes de turno tengan más respeto con estas cuestiones.
-¿Qué opinión le merecen las supuestas amenazas recibidas por ganaderos para que no traigan borregos de Marruecos? ¿Quién cree que pueda estar detrás de las mismas y qué objetivos se buscarían con dichas amenazas?
-Yo sitúo todo este asunto en una cuestión puramente empresarial, de beneficio y de bloqueo por parte de la Administración local al disponer de explotaciones ganaderas y no ofrecerlas; y de la Delegación del Gobierno, por bloquear constantemente la posibilidad de entrada de corderos para lo público.
Los empresarios habrán hecho sus números y habrán hecho sus planificaciones. A partir de ahí es fácil entender que pudiera haber un pacto entre ellos o un pacto con la Administración. O una exigencia de la Administración, porque no hay que olvidar que se ha declarado varias veces que no deben entrar los corderos de Marruecos. Han hecho de un sentimiento de festividad, de la tradición milenaria de ciudadanos españoles de Melilla, una cuestión de patriotismo de cartón. No tiene ningún sentido ni ninguna sensatez que se pudiera fundamentar una gestión así.
-La gestión de esta polémica por parte del delegado del Gobierno Abdelmalik El Barkani ha sido muy criticada por la Plataforma por las Tradiciones e incluso por PSOE y C’s. ¿El tema del borrego se ha derivado a la política?
-La política lo es todo. La gestión de los ciudadanos, la cultural o de la diversidad se puede hacer desde la política. El que diga lo contrario pretende hacer una demagogia que no conduce a ningún sitio. Lo que es importante es que todo esto está conduciendo a un rosario de actuaciones muy peligrosas, a un bloqueo a la entrada de borregos y a declaraciones de una consejera que dice a la población que si no está contenta se vaya se su tierra. Eso fue muy gordo.
Esas declaraciones no se pueden consentir en un representante del gobierno. A estas hay que sumar las declaraciones del consejero de Educación, que en plena reivindicación de las festividades no tuvo reparo en colocar comentarios xenófobos y que deben perseguirse. Y ahora el viceconsejero de Presidencia. Si todas estas declaraciones se van consintiendo desde la presidencia… Recuerdo también nuestra denuncia por las oposiciones para Policía Local, en las que un tribunal se atrevió a usar la jerga de «putos moros». Y el presidente mirando hacia otro lado. Estas actitudes no se pueden acallar con subvenciones o fotitos para demostrar un compromiso con la diversidad. La diversidad requiere compromiso y firmeza a la hora de rechazar conductas que están perseguidas por nuestro Código Penal.
-Tanto el delegado del Gobierno como el presidente de la Ciudad Autónoma culpan a CPM y en particular a usted de mezclar el tema del borrego con la religión y de manipular e intoxicar a la población. ¿Qué tiene que decir sobre estas acusaciones?
-Sinceramente, no tienen ningún tipo de fundamento. Intentan agarrarse a la rama que está más cerca y que pueda manipular de cara a la galería. Si hay algo claro a la hora de medir la acción política de cualquier gestor es ver quién garantiza la convivencia y la armonía entre la población diversa y quién no. Eso no lo ha garantizado el delegado del Gobierno y tampoco lo está garantizando la Ciudad Autónoma. Eso es muy peligroso.
Hemos ofrecido el diálogo muchas veces y se nos ha rechazado en todas las ocasiones. ¿Cuáles han sido las razones en el otro lado? Pues la ley es mía y la interpreto yo. En ese sentido, es como decir que esto es una colonia y usted asume lo que yo diga y punto.
-La última manifestación y caravana estaban prohibidas por la Delegación del Gobierno, aunque finalmente se celebraron. ¿Temen sanciones?
-Me acaba de poner un ejemplo de lo que es una manipulación y un engaño. El día de la manifestación nosotros asumimos que la Delegación del Gobierno había dictado una orden administrativa por la que no autorizaba la movilización. Lo asumimos porque estábamos más cerca en la defensa del derecho constitucional ya conquistado en su artículo 21.1 de la Constitución Española que la propia Delegación. Por cierto, se lo podría leer el delegado del Gobierno. En referencia a esto, nosotros fuimos a la manifestación con toda la conciencia y toda la actitud clara de expresar nuestra firmeza en la creencia de la palabra. Nos encontramos con los Cuerpos de la Policía Nacional, que fueron engañados por parte de la Delegación del Gobierno. Nos dijeron que se les había comunicado que la manifestación estaba prohibida por el Tribunal Superior de Justicia y no estaba prohibida por ningún órgano judicial. No tenían ninguna resolución.
La Delegación del Gobierno, para intimidar, también difundió una información diciendo que el órgano judicial había desautorizado la manifestación, pero no era cierto. Los corderos no tienen dos patas, tienen cuatro patas. Nosotros lo que queremos es que a los ciudadanos melillenses se les respete en igualdad del derecho constitucional, que se garanticen los derechos fundamentales en el plano confesional, en el plano cultural y en el plano político, como no podía ser de otra forma.
-Si finalmente no pueden pasar borregos de Marruecos, CPM ha pedido en una campaña que se done ese dinero a países con hambruna. ¿Eso quiere decir que piden a los musulmanes melillenses que no compren corderos de la Península?
-Nosotros lo hicimos el año pasado. Creemos que es una campaña bastante saludable y acorde a la esencia de la festividad del sacrificio. Garantizar el sacrificio en dirección a paliar el hambre en zonas cercanas a Melilla como puede ser el Sáhara, hasta Nigeria, Etiopía o a cualquier país. Es sin ninguna duda algo muy recomendable y muy saludable.
-Por último, quiere comentar alguna cosa más.
-Me gustaría destacar tres cosas. Una, que el derecho constitucional nos ampara en la manifestación. Una manifestación que no sólo fue pacífica, sino que expresó de la forma más firme, más contundente y más numerosa, pese a ser desautorizada por la Delegación, el compromiso y la solidaridad con las víctimas del terrorismo en Cataluña. Sólo por eso deberían respetar un poquito la sensibilidad que tiene este pueblo inteligente.
La segunda cosa es que, en este sentido, vamos a llegar hasta el final. El derecho constitucional de las manifestaciones es una asignatura pendiente en nuestra ciudad. Se han multado tantas concentraciones y tantas manifestaciones que nos hacen situar a la Delegación en lo absurdo. Por ejemplo, el presidente del Gobierno tuvo una concentración a las puertas del Congreso de los Diputados y cuando se le preguntó dijo que tenían el derecho a manifestarse. Y este señor, por una cuestión puramente confesional o cultural de tradiciones como es la festividad del cordero, no solo lo prohíbe, sino que se atreve a prohibirlo después de que sea consecuencia del aplazamiento por un atentado y por recomendación del presidente del Gobierno. Es un atrevimiento que no se puede dejar.
La tercera cuestión es que la reivindicación de las festividades nos corresponde a todos. CPM no descarta tomar iniciativas en la Asamblea y en las movilizaciones para concienciar a todos los ciudadanos que celebramos todas las festividades. La festividad del Aid El Kebir es de todos los melillenses y quizá sea importante recordarlo.

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Mustafa Hamed

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