Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Por qué son tan necesarios IX – Homenaje a nuestros hermanos del Ejército del Aire

Cuando a alguien le preguntan por el Ejército del Aire, a la mayoría le vienen imágenes a su mente de pilotos de cazabombarderos, de grandes (o al menos, célebres) películas de genero bélico, inspiradas en tan llamativa forma del combate…»Top Gun», «Pearl Harbour»…y tantas más. Nos vienen a la cabeza las piruetas de nuestra Patrulla Acrobática del Ejército del Aire (PAPEA) haciendo unas piruetas mientras están colgados de esos «hilos y telas» que de forma milagrosa les convierten en pájaros; o nos recuerdan a nuestra laureada Patrulla «Águila» surcando los cielos de Madrid y dibujando en éstos, en nuestros ojos, nuestras retinas y nuestros corazones una bandera de España que desaparece casi tan rápido como se traza, salvo en nuestros corazones, donde no hace sino recolorear la que allí tenemos, la que de verdad nos ilumina a diario, vieja, usada y a veces descolorida, de tanto quererla y besarla con nuestros sentimientos.
Pero este Ejército, nuestro Ejército del Aire, es eso…y mucho más, pues a esos hombres y mujeres que representan la punta de lanza de nuestras Fuerzas Armadas, los que son capaces de proyectar nuestro potencial bélico, nuestra capacidad de defensa más lejos que ninguno; los que con sus riesgos asumidos (desconocidos por muchos de nosotros) velan por nuestra seguridad todos y cada uno de los días del año, volando o en disposición para entrar en ese mundo hostil de las alturas y las velocidades de vértigo en minutos; a esos que con su entrega sublime, como el Capitán Borja Aybar y el Teniente Fernando Pérez, (ambos fallecidos en acto de Servicio el pasado mes de octubre, en la flor de la vida y dejando sendas desconsoladas familias que ahora mirarán mucho más al cielo); a esos verdaderos Héroes del firmamento, se les une una legión de «pilotos» del suelo; unos trabajadores incansables que hacen posible las gestas de los primeros; que hacen posible que esos aparatos inventados y creados por la mano del hombre desafíen las leyes de la gravedad.
Gestas como la de esos 4 pilotos intrépidos que sobrevolaron los mares a bordo del «Plus Ultra» en aquel lejano 22 de enero de 1926, en el que unieron para siempre España y la «otra» España, la de América; aquella que ya hermanaron los hombres y mujeres que siguieron la senda de Colón; gesta que se logró tras más de diez mil kilómetros de riesgo y aventura y en casi sesenta horas de peligro y soledad continuos. Gesta descrita con un sencillo y clarísimo titular «Viva España» en alguno de los rotativos más importantes de nuestro país.
España ha dado grandes nombres de aviadores legendarios que volaron como supieron o como pudieron o, simplemente, como les llevó el destino y defendiendo su idea de lo que debía ser España; surcando nuestros cielos o los de África, Europa…hasta en Rusia…paseando nuestra escarapela rojigualda por esos campos de héroes, con valor, con honor y en ocasiones, con el horror que muchas veces acompaña a las guerras; ese precio que pagan nuestros hombres y mujeres uniformados por vivir (y a veces morir) en un escenario tan desgarrador, pero que tiene hueco para la generosidad, la entrega, la solidaridad, la hombría de bien, la valentía, el patriotismo, el miedo (sí, el miedo) y la superación de éste.
España ha dado grandes nombres para el mundo aéreo en general, como el de Juan de La Cierva, con su Autogiro, verdadero precursor del helicóptero, que tanto protagonismo ha tenido en guerras como la de Vietnam. Estamos seguros de que seguirá ejerciendo el protagonismo que le corresponde, por su lugar en Europa y en el Mundo.
Pero ahí están también esos «aviadores» incógnitos «del aire o de la tierra, que facilitan nuestro trabajo, como los de nuestra Comandancia Aérea de Melilla, que posibilitan el transporte de material y personal para el desarrollo de nuestro trabajo, principalmente, ofreciéndonos, además, una tranquilizadora sonrisa cuando el dios Eolo despierta y gusta de soplar y soplar, para inquietud de quienes, como aquellos, a bordo de sus pájaros plateados, queremos también desafiar las leyes que Newton estableció, tras observar aquella fatídica manzana caer al suelo, en línea recta…estrellándose contra el suelo.
Ayer, día de la Virgen de Loreto, se celebró, como desde 1920, la Patrona del Ejército del Aire y de la aeronáutica, en general, en España y en muchos países, principalmente iberoamericanos. Le pedimos, desde estas letras de reconocimiento a nuestros hermanos del aire, que les proteja en su quehacer diario, seguros de que sus vuelos o su trabajo en tierra estará también escoltados por sus Ángeles caídos, entre los que, desde el pasado mes de octubre, contamos con dos más, Borja y Fernando. «Buen Vuelo»

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€