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AI denuncia el uso de la “fuerza excesiva o innecesaria” contra los migrantes devueltos desde Melilla

Rechazo en frontera de dos inmigrantes en la valla de Melilla

Amnistía Internacional (AI) presentó ayer su informe anual de 2017, en el que recogió entre sus conclusiones el uso de la “fuerza excesiva o innecesaria contra los inmigrantes” devueltos desde Ceuta y Melilla por parte de las fuerzas de seguridad. Según esta ONG, estos cuerpos “continuaron interviniendo en la devolución sumaria a Marruecos de migrantes y solicitantes de asilo” desde ambas ciudades autónomas.

El informe hace hincapié en las devoluciones. De hecho, recuerda que el pasado mes de octubre, “el Tribunal Europeo de Derechos Humanos sostuvo que la devolución inmediata a Marruecos de migrantes subsaharianos que intentaban acceder al territorio español en Melilla en 2014 constituía una expulsión colectiva de ciudadanos extranjeros”.
Según Amnistía Internacional, aquello fue “una sentencia histórica”, en la que España fue condenada “por quebrantar la prohibición de la expulsión colectiva y vulnerar el derecho a un recurso efectivo en el caso de dos migrantes que habían sufrido expulsión sumaria a Marruecos desde el enclave español de Melilla”.
Respecto a Marruecos, esta ONG señala que “los tribunales encarcelaron a migrantes por entrada, estancia o salida ilegal del territorio marroquí, algunos de los cuales habían solicitado regularizar su situación, y en ocasiones los juzgaron sin acceso a un abogado”.
También recuerda que en septiembre del año pasado, “dos mujeres de Burkina Faso murieron después de que las fuerzas de seguridad marroquíes emplearan gas lacrimógeno contra migrantes que intentaban entrar en el enclave español de Melilla”.

Alerta sobre una “nueva era” en la que los DDHH ya no están garantizados

AI ha advertido de que durante 2017 el mundo entró en una “nueva era” en la que los derechos y libertades fundamentales ya no están garantizados ni en el llamado primer mundo, debido a la imposición del “discurso de odio”, que ha derivado en “la discriminación a gran escala de los grupos marginados”, como refugiados, inmigrantes y minorías étnicas y religiosas, según el informe anual elaborado por la ONG.
“En 2017 el mundo ya ha sufrido las terribles consecuencias de haber permitido que los discursos de odio, de miedo, de nosotros contra ellos, pasaran de la retórica a la realidad”, ha dicho la presidenta de AI en España, Arancha Vicario, durante la presentación del informe en Madrid.
La ONG ha señalado como principal motor de esta tendencia global al Gobierno de Donald Trump, que arrancó su mandato con un veto migratorio a nacionales de países de mayoría musulmana. Sin embargo, aunque “preparó el terreno para un año en el que quienes ejercían el liderazgo llevaron la política del odio hasta sus últimas y más peligrosas consecuencias”, no ha estado solo, ha indicado el secretario general de AI, Salil Shetty.

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P.S.T.

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