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La ‘Estrella de los mares’ vuelve a pasearse para bendecir las aguas de la dársena melillense

La difícil subida de la Virgen a la barca para el paseo por la dársena
(Autor: Guerrero)

La Virgen del Carmen, la 'Estrella de los mares' como reza la salve marinera, cumplió ayer con la tradición de ser portada sobre una barca con la que recorrer la dársena melillense y desde la que arrojar una corona de laurel en recuerdo de todos aquellos que perdieron la vida en el mar. Durante la salida procesional, se hizo una parada en la plaza del Callao donde se hizo entrega de un ramo de flores a la viuda de Francisco Gil Castro, fallecido en 1986 en el intento de rescatar a unos bañistas. La tarde se inició con la salida de la imagen de la Virgen del Carmen portada por los hombres de la Asociación de Vecinos Hipódromo, custodiada por una escuadra de gastadores de la cuatro veces centenaria Compañía de Mar y la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía del Nazareno.

La comitiva se dirigió a la parroquia de San Agustín donde se ofició una misa de acción de gracias.

Procesión
Después, la virgen, arropada por hombres, mujeres y niños, fue conducida hacia el mar, no sin antes hacer un alto a la altura de la Plaza del Callao donde la viceconsejera del Mayor, Carmina San Martín, en nombre de los organizadores, entregó un ramo de flores a Carmen Leal, viuda de Francisco Gil Castro, quien en 1986 no dudó en poner en riesgo su vida, como así ocurrió, para rescatar a un joven de morir ahogado. La imagen de la virgen alzada al cielo, por los brazos de los portadores y los aplausos y vivas del público, no hizo sino imprimir mayor emoción al abrazo de agradecimiento que, en nombre de Melilla, diera Carmina San Martín a una orgullosa Carmen Leal. En ese momento varios padres ofrecieron a sus recién nacidos a la patrona del mar.

Con la escuadra de la Compañía de Mar abriendo paso, la comitiva se dirigió a un paseo marítimo tomado por decena de melillenses de todas las edades, mientras los tambores y cornetas de la banda acompañaba con sus acordes, el cadencioso paseo del trono mariano. Lentamente los hombres se introdujeron en el mar, soportando con la fuerza de sus brazos el pequeño trono de la virgen, hasta depositarla en la embarcación que la llevó a recorrer la dársena desde donde se arrojó una corona de laureles al mar, cumpliendo la tradición de homenaje a todos aquellos que han perdido la vida en la oscuridad del mar.

Corea
A su regreso a la playa, fueron los hombres de Corea los encargados de sacar a la Virgen del mar y con vivas a la patrona, conducirla por el paseo marítimo tomado por melillenses de todas las edades hasta llegar al Bar Juanito, donde continuar con la ofrenda de flores.

En ese momento las mujeres de Corea relevan a los hombres y portan ellas las andas de la virgen hasta el local social en el que celebrar un pequeño encuentro entre la imagen procesionada y la que se guarda en este local del Industrial. La Virgen fue conducida entonces hasta la Asociación de Vecinos del Hipódromo hasta el próximo año.

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Jesús Andújar

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