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Carta del Editor

La situación de la querella política contra el Club Campo de Golf

Como publicamos (MH del 23/7/2018), la "investigación" de la UOPJ, liderada por el entonces capitán Sergio Rodríguez, se inició en agosto de 2014 -hace ya cuatro años- tras la denuncia interpuesta por el periodista y afiliado al PSOE Juan José Medina, fallecido dos meses después tras sufrir un infarto, sobre una supuestas irregularidades en la gestión del campo de golf público de Melilla. La denuncia se produjo en un clima de extrema batalla política local, con el nacimiento de un partido político, el PPL, compuesto básicamente de tránsfugas del Partido Popular local, denuncia apoyada también por los entonces dirigentes del PSME-PSOE. Dirigentes de ambos partidos políticos, PPL y PSOE, se sumaron inmediatamente a la denuncia, de indudable cariz político y de venganzas personales. Como publicamos (MH del 23/7/2018), la "investigación" de la UOPJ, liderada por el entonces capitán Sergio Rodríguez, se inició en agosto de 2014 -hace ya cuatro años- tras la denuncia interpuesta por el periodista y afiliado al PSOE Juan José Medina, fallecido dos meses después tras sufrir un infarto, sobre una supuestas irregularidades en la gestión del campo de golf público de Melilla. La denuncia se produjo en un clima de extrema batalla política local, con el nacimiento de un partido político, el PPL, compuesto básicamente de tránsfugas del Partido Popular local, denuncia apoyada también por los entonces dirigentes del PSME-PSOE. Dirigentes de ambos partidos políticos, PPL y PSOE, se sumaron inmediatamente a la denuncia, de indudable cariz político y de venganzas personales.

La "investigación" de la denuncia por parte de la UOPJ, liderada entonces por Sergio Rodríguez, fue una especie de copia y pega de la denuncia política. Se trataba de demostrar, con esta "investigación" y muchas más realizadas a muchos melillenses durante aquellos tiempos, que en el PP y su gobierno todo, o casi todo, era corrupción y que los que, como era nuestro caso, el de MELILLA HOY o el mío propio, ayudábamos, desinteresadamente y sin recibir un solo euro, en algo -en que el Campo de Golf funcionara mejor y consumiera menos dinero público, que es exactamente lo que ocurrió, por ejemplo- al "corrupto", según ellos, Gobierno de la Ciudad, teníamos que ser también "corruptos".

En un acto de cobardía -al que tan dados han sido algunos dirigentes del PP- desde una Consejería de la CAM terminaron por sumarse, aunque muy limitadamente, a la denuncia contra el ya casi extinto Club Campo de Golf Ciudad Autónoma de Melilla, una entidad privada presidida entonces por Enrique Bohórquez López-Dóriga, por mí, quien, sin recibir un solo euro, trabajó, ahorró a la CAM más de un millón de euros en cuatro años y convirtió en algo importante para la ciudad lo que no era más que un nido de peleas e ineficacias. La denuncia de la CAM se basaba, exclusivamente, en una presunta y por ellos mal calculada diferencia en la aplicación de criterios sobre lo que se debía cobrar a los jugadores de golf por jugar en el campo, sobre la aplicación de unas tasas que ellos estaban obligados a controlar, no el Campo de Golf, que no ingresaba en su cuenta un solo céntimo de esas tasas.

El problema partió de que la Consejería de la CAM confundió, en principio, visitantes del Campo con jugadores en el mismo, como un informe interno de la propia Consejería demostró y como el Consejero de Deportes que sustituyó al anterior reconoció posteriormente en escrito dirigido al Club Campo de Golf, de fecha 5/8/2015 -hace tres años- afirmando que ellos no habían hecho bien los cálculos, escrito que terminaba así: "la Administración procederá a comprobar dichos datos y recalcular el importe en concepto de tasas, quedando pendiente el asunto en vía administrativa".

Es de resaltar que entre los múltiples denunciados en base a las "investigaciones" de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil se encontraba el propio presidente de la Ciudad Autónoma, del PP, cuyos "delitos", entre ellos el absurdo de tráfico de influencias con el presidente del Club, fue desestimado por el Tribunal Supremo que, como aforado, fue el encargado de juzgarle y sin que ni la UOPJ ni los otros denunciantes, políticos, retiraran entonces sus denuncias.

Posteriormente, tanto la Ciudad Autónoma de Melilla, con toda contundencia y oficialidad, como el sindicato Manos Limpias, que se sumó al lío judicial de la denuncia política, han retirado ya su personación en la querella. De los innumerables "delitos" que, según la "investigación" de la UOPJ comandada por el aquel entonces capitán Sergio Rodríguez, habían "cometido" decenas de ciudadanos melillenses -algunos grave, injusta e irremediablemente dañados de por vida- el Juzgado ya ha eliminado todos, excepto el tema de la forma de aplicación de las tasas. Ni siquiera está en discusión que alguien se haya podido apropiar de un solo euro.

Entre los daños causados a los múltiples acusados tras la "investigación" de la UOPJ se cuenta el de haberles aplicado, a pesar de la advertencia previa de ilegalidad de los abogados de las defensas, la conocida como "reseña" -no en todos los casos-, algo que solo se puede hacer a los detenidos. La denuncia de algunos de los acusados, yo incluido, contra el que ordenó la reseña sigue su curso judicial.

Desgraciadamente el daño causado a muchos melillenses es ya irreversible e irreparable -sirva como última referencia de graves daños causados injustamente lo que ha pasado con las denuncias de la UOPJ dirigida por Sergio Rodríguez contra dos policías portuarios melillenses. Fueron, además, detenidos y encarcelados, y ahora todas las denuncias contra los dos han sido sobreseidas, como publicamos el jueves en este diario, y ambos declarados absolutamente inocentes. En el caso del campo de golf, han transcurrido ya cuatro años desde que la UOPJ realizara las "investigaciones" que dieron pie a la querella, inequívocamente política y de venganzas personales. Nos parece claro que, eliminados ya todos los presuntos delitos por el Juzgado y manteniéndose exclusivamente lo que podría haber sido una aplicación, errónea o no (estamos convencidos de que no) de unas tasas, responsabilidad de la CAM, a unos jugadores -un perito contratado por el Juzgado concluyó que había siete posibles interpretaciones, entre ellas la de que la CAM debiera al Club una cantidad importante de dinero, tras la aplicación de las exenciones contempladas en las tasas- el caso se reduce a un asunto administrativo, no penal, como la propia Ciudad Autónoma, presuntamente la damnificada, reconoce mediante escrito presentado en el Juzgado.

Conclusión: Solicitamos públicamente a nuestros abogados que vuelvan a pedir el sobreseimiento del proceso y al Jugado número 5 y a la Audiencia Provincial que terminen de una vez con este largo sufrimiento de tantos años para tantos damnificados inocentes.

Posdata.

La ascensión de Pablo Casado a la presidencia del PP ya se empieza a notar, para bien del partido y de España. Será una gran noticia que -si fuera necesario y comunistas y separatistas no lo hacen antes, como ya están haciendo- el PP paralice en el Senado el incremento de la deuda pública que Sánchez -rehén de separatistas, comunistas y filoetarras y cada vez más obligado a convocar unas elecciones generales que no quiere convocar- pretende, que no es eliminar recortes sino recortar la libertad y la prosperidad de los ciudadanos. Las deudas, aunque los comunistas crean lo contrario, se pagan y muy caras. España padece ya una deuda que supera todo lo que producimos en un año. Seguir gastando -derrochando en aviones públicos para holganzas privadas o pagando a separatistas insaciables, por ejemplo- más de lo que se ingresa es un imposible, como sabe cualquier cabeza de familia. Es una carrera hacia el abismo -como el de la martirizada Venezuela- que empobrecería a todos los españoles, especialmente a los más necesitados (y ahora, Emilio Bosch "El Rojo", a seguir insultando y calumniando y a interponer o sumarse a otra querella, hasta la derrota final, la suya, sin pausa).

La actitud, las palabras y los hechos de algún miembro del caro Gabinete de Prensa de la Ciudad Autónoma es cada vez más intolerable. ¿Hasta cuándo vamos a tener que seguir soportando tanto ineficaz disparate?

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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