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El enfoque migratorio de los nuevos partidos: ¿”mosaico canadiense” o cierre de fronteras?

La presión migratoria sobre Melilla presenta una tendencia ascendente

Ante la crisis migratoria que lleva ya tiempo generando preocupación en la ciudadanía, los nuevos partidos presentan enfoques que difieren sustancialmente de los planteamientos realizados por los dos grandes partidos hasta el momento. Mientras que C’s propone la impermeabilización de la frontera y la apertura simultánea de un proceso regulado eficiente que permita integrar a los inmigrantes en un mosaico multicultural, VOX plantea una política más dura, basada en el cierre total de fronteras y en la asimilación cultural de los migrantes y su obligada incorporación al mercado laboral, planteando su inmediata expulsión si no conocen el idioma, si delinquen, o si no se adaptan a los usos y costumbres de nuestra sociedad. Tanto PP como PSOE llevan décadas manteniendo una postura poco definida en lo que a la elaboración de un modelo de política migratoria se refiere. Los gobiernos del PSOE han oscilado desde el extremo populista de las regulaciones masivas hasta la más absoluta inacción, mientras que el PP apenas ha tomado decisiones más allá de la reforma de la Ley Orgánica de Extranjería de 2015, que legalizaba los rechazos en frontera pese a que todo parece indicar que dicha medida podría ser inconstitucional.
A pesar de los “golpes de timón” de los principales partidos, lo cierto es que nuestro país -a diferencia de Alemania, Francia o Reino Unido- no tiene un “modelo de inmigración”; no sabemos si queremos inmigración, qué tipo de inmigración queremos o cómo integrarla en el sistema; ¿queremos que en nuestro modelo primen los derechos de los inmigrantes sobre las necesidades del sistema? ¿queremos que se integren en nuestra cultura o que conserven la suya propia, apostando por un modelo multicultural? ¿queremos ciudadanos o trabajadores temporales?; estas preguntas son parte del desafío migratorio al que se enfrenta nuestro país, más allá de los registros de entradas y expulsiones, porque la inmigración está ahí, y el quid de la cuestión reside en cómo gestionarla, no tanto en tratar de detenerla.

C’s y el modelo canadiense
MELILLA HOY se ha puesto en contacto con el líder de Ciudadanos en Melilla, Eduardo de Castro, para conocer la postura del partido frente al desafío migratorio que afronta España en general y Melilla en particular.
De Castro afirmó que la inmigración no va a cesar, y que la clave está en poder regularla para quitar poder a las mafias que, actualmente, controlan los principales flujos migratorios. En este sentido, De Castro citó el problema de la natalidad como justificación a que nuestra sociedad se abra (de manera ordenada y regulada) a una inmigración que es a todas luces necesaria, y comentó que C’s apuesta por un modelo similar al canadiense, un modelo que ha permitido que este país americano tenga cerca de un 30% de ciudadanos extranjeros sin que apenas se haya visto comprometido el funcionamiento de su sistema.
El “mosaico canadiense” implica un enfoque multicultural, que supone la integración de las diferencias culturales en el sistema, además de la regularización formal de inmigrantes y refugiados para asegurar una gestión ordenada de los flujos migratorios. A este modelo, que debería adaptarse a las condiciones particulares de España, De Castro añadió ideas propias como la necesidad de reforzar el perímetro fronterizo mediante la asignación de recursos humanos y medios materiales (tanto a nivel local como europeo), de manera que se impidan los accesos ilegales a territorio nacional y se corte la actividad de las mafias, o la aplicación de medidas en origen, concretamente el desarrollo de un sistema de contratación en origen gestionado por los consulados, de manera que los migrantes puedan llegar a nuestro país con un contrato de trabajo “bajo el brazo” y de manera regular, no a “buscarse la vida”.
Con respecto a los rechazos en frontera o “devoluciones en caliente”, el líder de Ciudadanos dudó de la legalidad del procedimiento actual y afirmó que “en el caso de que haya dudas sobre su ajuste a derecho”, como mínimo, debería afinarse la norma para que, de llevarse a cabo dichas devoluciones, se hicieran “con todas las de la ley”.
De Castro elucubró también acerca de la posibilidad de instalar un centro de “criba”, ubicado en tierra de nadie, que podría servir para determinar qué migrantes podrían acceder al CETI y cuáles serían rechazados.
En definitiva, la política de Ciudadanos podría resumirse en: impermeabilización de fronteras mediante la asignación de recursos públicos, desarrollo de políticas en origen e integración de los migrantes siguiendo un paradigma multicultural; todo ello en el marco de una apuesta por el incremento de la natalidad.

VOX: los españoles primero
Jesús Delgado, coordinador de VOX Melilla, trató de trasmitir la visión del partido a través de una serie de sencillos principios. La idea fundamental de Delgado con respecto a la inmigración es que, en nuestro país, “no hay café para todos”, y que el Estado no debería ni plantearse ofrecer asistencia médica, educación o subvenciones a los inmigrantes cuando dichas prebendas no están garantizadas para todos y cada uno de los ciudadanos españoles; “no puede ser que a la persona que desembarca en nuestra costa se le de una subvención de 580 euros al mes, mientras que a una persona que ha estado trabajando 40 años apenas le queda una pensión de 700 euros”, afirmó Delgado, quien quiso desterrar de su discurso lo “políticamente correcto” y el “buenismo”.
El modelo planteado por VOX diferencia entre los inmigrantes que están por venir y los que ya están en territorio nacional. En cuanto a los primeros, VOX plantea el cierre total de las fronteras y rechaza la idea de que el país necesite de la inmigración para fomentar la natalidad; “si tenemos que esperar que la inmigración pague las pensiones, más nos vale ir haciéndonos fondos privados”, ironizó el líder de VOX Melilla. Para conseguir este cierre al paso irregular de las fronteras, VOX defiende la implementación de medios físicos (mejores vallas, muros, etc), el aumento del personal de seguridad, tanto público como privado, destinado al control de las fronteras, y la aplicación sistemática de los rechazos en frontera o devoluciones en caliente, de modo que todo aquél que viole la soberanía nacional accediendo de manera irregular a nuestro territorio sea inmediatamente devuelto al otro lado de la frontera. Según Delgado, estas medidas acabarían con el negocio de las mafias.
En cuanto a los inmigrantes que acceden a territorio nacional, el coordinador de VOX Melilla plantea un modelo de actuación que hibrida características del modelo migratorio alemán, centrado en convertir al inmigrante en fuerza de trabajo, y el francés, que trata de asimilar al inmigrante a la sociedad receptora, exigiéndole que adquiera el idioma, la cultura, costumbres y modos de vida de la comunidad de acogida, dejando a un lado los suyos propios, y desapareciendo así su condición de extraño o diferente. Según Delgado, “a los inmigrantes que están en territorio nacional habría que darles un plazo para encontrar trabajo, plazo tras el cual, de no haber conseguido incorporarse al sistema laboral, deberían ser expulsados”.
Para Delgado, los españoles deben ser la prioridad del Estado, toda vez que son los que pagan impuestos y los que sostienen el sistema; “los políticos no deben caer en la filantropía, porque el dinero que gastan tan alegremente es dinero de todos”.

Costes
Gran parte del discurso del coordinador de VOX Melilla gira en torno al “ajuste a costes” de la política migratoria, asumiendo que sólo se debe abrir el país para recibir a los inmigrantes que puedan ser asimilados por el sistema sin generar un déficit.

Delincuencia
Otro de los pilares básicos de la propuesta migratoria de VOX tiene que ver también con el comentado ajuste de los migrantes al entorno de acogida, concretamente con su cumplimiento de las leyes.
El coordinador de VOX Melilla es un firme defensor de que se endurezcan los criterios a la hora de plantear la expulsión del país de cualquier migrante que delinca, “independientemente de la edad que tenga”.
Delgado recordó que la inmigración descontrolada implica “no tener ni idea de quién está entrando, si es un criminal de guerra, un militar o un delincuente común”, o si supone un riesgo sanitario.
En definitiva, la propuesta en política migratoria realizada por VOX Melilla podría resumirse en el cierre total de las fronteras mediante el aumento de la seguridad tanto pública como privada y la aplicación normalizada de los rechazos en frontera; además del desarrollo de una política de asimilación de los migrantes que accedan al territorio, instándoles a aprender el idioma y asumir las costumbres locales, así como las leyes, y expulsándoles del territorio nacional en el caso de que no se incorporen al mercado laboral y cumplan con los requisitos previamente expuestos. Este modelo duro de inmigración da mayor valor al estímulo de la natalidad a nivel interno y sigue un paradigma de ajuste a costes, siguiendo un principio de priorización de los intereses de los españoles frente a las necesidades de los ciudadanos extranjeros que pretendan acceder al territorio.

Modelos contrapuestos
Si bien ambos partidos coinciden en la necesidad de impermeabilizar las fronteras frente a las acometidas de la inmigración irregular, aunque con notables diferencias, ya que VOX se posiciona a favor de las “devoluciones en caliente” mientras que C’s adquiere una posición más “prudente” al respecto; C’s plantea una regulación de la inmigración basada en la apuesta por la multiculturalidad y la “importación de natalidad”, mientras que VOX rechaza la llegada de inmigrantes, prefiere apostar por la natalidad interna y, en el caso de que se produzca dicha llegada de migrantes, propone un modelo de asimilación y fuerza de trabajo, en el que no se contempla la permanencia de un migrante en el país si no es con un contrato de trabajo y habiéndose adaptado a nuestra lengua, nuestra cultura y nuestras leyes.

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Fernando Lamas Moreno

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