Más del 73 % de las empresas de Melilla tienen plantillas compuestas por personas de más de un origen étnico o cultural, y en un 84 % de los casos hay trabajadores de dos orígenes, concretamente el cristiano y el musulmán. Esta es una de las conclusiones que se extraen en el libro “Análisis cultural de la Ciudad Autónoma de Melilla. Factores y consecuencias para su desarrollo social y económico”, escrito por un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas del Campus de la Universidad de Granada en Melilla, encabezados por su decano, Juan Antonio Marmolejo. Este libro ha sido elaborado gracias a una subvención de 25.000 euros concedida por el Instituto de las Culturas, sociedad pública dependiente de la Ciudad Autónoma, cuya presidenta, Paz Velázquez, presentó ayer en rueda de prensa la obra junto a Marmolejo y el resto de investigadores que han intervenido en su elaboración.
Marmolejo explicó que uno de los efectos positivos de la diversidad cultural en las empresas es el bajo nivel de conflicto que se ha percibido en ellas, así como un nivel de creatividad elevado entre los empleados, un nivel bajo de discordia cultural y una gran capacidad de combinación del conocimiento de los empleados “de las empresas culturalmente diversas”.
Por ello, este libro propone como recomendación general que se siga apostando por esta diversidad, creando procesos comunicativos abiertos y de liderazgo efectivos para seguir generando modelos organizativos que fomenten el aprovechamiento de sinergias y el desarrollo de habilidades individuales y organizativas en las empresas de Melilla.
Otro de los ejes en los que incide este libro es el trabajo como herramienta de integración cultural, para lo que se ha analizado el sistema de relaciones laborales incardinado en el seno de la sociedad melillense.
Un ejemplo
La investigación ha concluido que las políticas públicas trasversales implementadas en Melilla presentan desajustes subsanables, si bien el actual modelo “puede servir de ejemplo en países que se reconocen como multiculturales”, apuntó Marmolejo, que instó a “exportar lo que está bien y reformular lo que está mal hecho”.
Velázquez, por su parte, felicitó a los autores del libro, sobre el que dijo que todos los melillenses deberían “tenerlo de cabecera” porque “refleja la realidad melillense y una magnífica convivencia de la que hay que hacer gala”.
A su juicio, es necesario “exportar esta imagen de Melilla”, una ciudad que “no es solo inmigración y valla”, sino que tiene “una diversidad cultural y una convivencia maravillosa que se debe fomentar y estudiar y seguir indagando”.
El Instituto de las Culturas distribuirá gratuitamente este libro en su sede a todos los melillenses que estén interesados, y también lo facilitará en formato digital para su libre descarga en su página web.
