A lo largo de la última semana se ha producido un endurecimiento de los requisitos de acceso de ciudadanos marroquíes a las ciudades de Ceuta y Melilla. En nuestra ciudad, el rechazo en frontera de cientos de personas ha generado un considerable malestar entre los nadorenses, si bien el grueso de la problemática ha tenido lugar en Ceuta, donde han llegado a concentrarse hasta 2.000 personas en el Tarajal para acceder a la ciudad. Ningún organismo oficial o institución ha explicado el motivo por el cual se han tomado estas decisiones, que están suponiendo un perjuicio para algunas empresas de la ciudad. A lo largo de la última semana se ha producido un aumento de las trabas al paso de marroquíes por la frontera en dirección a nuestra ciudad, circunstancia que se ha dado también en Ceuta, donde las consecuencias han sido más graves, llegando a generarse concentraciones de miles de personas.
Las críticas contra la gestión fronteriza arrecian al ritmo del aumento de unas restricciones que no tienen un origen claro, dado que ningún organismo oficial ha reconocido, se ha responsabilizado o ha explicado una decisión que, de venir “desde arriba” debería implicar necesariamente a la delegada del Gobierno socialista en Melilla, Sabrina Moh.
Además del lógico malestar que estas decisiones están generando entre la población nadorense y de la pésima imagen que da la ciudad de cara al tan ansiado flujo de turistas marroquíes, diversas empresas de la ciudad (entre ellas MELILLA HOY) están sintiendo los efectos de las restricciones, hasta el punto de no poder contar con personal laboral.
Caos en Ceuta
Según informan diversos medios ceutíes, las restricciones han supuesto que más de 2.000 personas se concentraran ayer al otro lado de la frontera con el propósito de entrar en la ciudad hermana. La Delegación del Gobierno de Ceuta emitió ayer órdenes para la realización de controles exhaustivos en la frontera, lo que ha supuesto una reducción crítica del flujo de entrada de marroquíes.
A los marroquíes que querían entrar en la ciudad se les pedía que enseñaran el permiso de residencia o el pase que les acredita como trabajadores transfronterizos, documentación sin la cual cientos de marroquíes han visto cómo se rechazaba su entrada en Ceuta, algo que ha generado tensión y protestas, hasta el punto en que los conductores han volcado su frustración en los agentes españoles, a quienes han increpado.
Según informan desde Ceuta, la medida busca acabar con el tráfico de productos textiles en dirección a Marruecos, persuadiendo a los porteadores para alejarlos del paso del Tarajal, una serie de iniciativas muy similares a las desarrolladas por el anterior delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, para “reorganizar” los flujos del comercio atípico.
En Ceuta, los porteadores que llevan los bultos de textil son los mismos que se agolpan ante el paso fronterizo para acceder a Marruecos provocando avalanchas que les permitan eludir el control policial, con el consiguiente riesgo para la integridad física y hasta la vida tanto de los porteadores como de los propios agentes de la autoridad de uno y otro lado.
