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La Ciudad dice que “la inseguridad es objetiva” tras un “ascenso terrible” de los delitos cometidos por menores

A la Junta Local de Seguridad del miércoles asistieron responsables de la Ciudad y la Delegación, los cuerpos de seguridad y y la Fiscalía y Juzgado de Menores

La Ciudad Autónoma anunció ayer que subirá la altura de los muros y las vallas del centro de acogida de menores de La Purísima para tratar de impedir que los niños de la calle que son recogidos por los cuerpos de seguridad y trasladados hasta allí puedan escapar con facilidad y volver nuevamente a deambular por las calles. La medida fue acordada en la Junta Local de Seguridad celebrada el miércoles, en la que se tuvo conocimiento de que los delitos supuestamente cometidos por menores en Melilla “se ha disparado” en los últimos meses. Se trata, dijo el consejero de Seguridad Ciudadana, Isidoro González, de un “ascenso terrible” que evidencia que existe “un grave problema de inseguridad” que “no es subjetiva, sino objetiva”.

González no precisó cuánto se ha elevado la criminalidad en Melilla como consecuencia de este problema, pero insistió en que el índice delincuencial de delitos relacionados con menores como presuntos autores es mucho más elevado ahora que lo que había anteriormente, tal y como constan en las estadísticas del Ministerio del Interior que se expusieron en la Junta Local de Seguridad celebrada el pasado miércoles, la segunda de este mes sobre menores extranjeros no acompañados. Se trata, sobre todo, de delitos relacionados con el patrimonio, como hurtos, robos con fuerza y en el interior de vehículos.
Junto al consejero de Seguridad Ciudadana, también compareció ayer en rueda de prensa el de Bienestar Social, Daniel Ventura, que explicó que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado consideran que para poder reducir el índice de delincuencia que sufre Melilla es necesario “sacar a menores de la calle”. No obstante, recordó que la legislación no da recursos a las administraciones públicas para retenerlos en el centro.

Hay riesgo, según Ventura
Ventura señaló que la decisión de subir los muros de La Purísima es para intentar que los menores recogidos de la calle que son trasladados hasta allí por los cuerpos policiales “pasen al menos la noche” en él, pero no se mostró muy partidario de la medida porque “esto tiene una consecuencia que puede ser muy negativa” al haber entre esos chicos muchos que llegan de la calle tras consumir estupefacientes.
“Eso les hace tener una falta de control en sus actos y puede provocar que niños del centro que llevan una vida normal sufran daños como consecuencia de que haya personas afectadas por sustancias psicotrópicas”, afirmó el consejero de Bienestar Social.
Además, recordó que en las Navidades de 2014 hubo un motín en el centro de acogida protagonizado por menores a los que se les impidió salir a la calle “como ahora nos piden que hagamos”, de ahí que en la reunión de la Junta Local de Seguridad el consejero de Bienestar Social dejara constancia de las consecuencias que podría tener esta medida.
“Cuando ocurra algo, si ocurre, tendremos que decir que estábamos todos avisados”, aseveró Daniel Ventura, que reconoció que existe “una gran inseguridad en la calle, pero no puede ser a costa de generar una mayor inseguridad en un centro de menores donde 650 niños llevan una vida normal y tampoco tienen culpa de que haya que meter allí a 30 o 40 a los que se impide salir, cuando eso puede provocar un daño mayor”.
En cualquier caso, dijo la Ciudad Autónoma “hará un esfuerzo más” y recrecerá los muros también con una segunda finalidad, y es que los adultos no puedan acceder al centro para robar enseres o “atracar a niños”, pese a los sistemas de seguridad que tiene La Purísima, con cámaras de control y vigilantes que a menudo son “amenazados” por menores problemáticos.

Unos 60 al mes
Isidoro González señaló que cada mes acceden a Melilla una media de 60 menores extranjeros no acompañados nuevos, lo que ha elevado a cerca de mil los que tiene bajo su tutela la Ciudad Autónoma. Solo en el mes de enero, hasta el día 26, fueron 70 niños nuevos, la mitad de ellos que llegaron con documentación y acompañados de familiares, que después se marcharon. Ante estas cifras de entradas, González dejó claro que los melillenses tienen derecho a la protección y salvaguarda de su frontera.
En este sentido, dijo que “el esfuerzo tiene que ser compartido” y la solución debe ser aportada por todos dentro de su responsabilidad, instando a la Delegación del Gobierno a que “intente concienciar al Ministerio del Interior del grave problema de inseguridad que se vive en Melilla” y refuerce los medios técnicos y humanos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Ello, aunque la secretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella, descartara días atrás esta medida al señalar que los catálogos de Policía y Guardia Civil “están a más del 100%” en la ciudad.
Es necesario, según el consejero, “rebajar el nivel de entrada de menores por la frontera de Melilla”, ya que el problema está “desbordado”, y puso como ejemplo cuando hay una gotera y se pretende solucionarlo de forma temporal poniéndole abajo recipientes que terminan rebasando si un fontanero no frena la caída del agua en el techo.
Al hilo, González subrayó los descensos “espectaculares” de intrusiones que se están dando en el puerto de Melilla tras el refuerzo de las medidas de seguridad, entre ellas la instalación de concertinas.
En cambio, criticó que Interior quiere retirarlas en la valla fronteriza “sin explicar qué método menos lesivo va a usar para que los melillenses no sean los únicos de España y de Europa que tengan que vivir con este problema de menores que, socialmente, puede ser el más importante de la ciudad”. “No veo por qué Melilla tiene que soportar esa presión, que debe ser dividida entre todas las ciudades”, agregó.
De todos modos, el consejero de Seguridad Ciudadana aseveró que no van a “bajar las manos” y seguirán trasladando menores de la calle al centro de acogida mientras los educadores de calle continúan con la labor que están realizando.
Por su parte, Ventura también apostó por las reformas legislativas que está tratando de impulsar la Ciudad Autónoma ante el Parlamento “para hacer frente a este fenómeno nuevo”, y sobre las que espera que tengan el apoyo suficiente para que salgan adelante.

Moh: “Cada uno debe llevar las actuaciones en su ámbito competencial”

La delegada del Gobierno, Sabrina Moh, también se pronunció ayer sobre la Junta Local de Seguridad celebrada el pasado miércoles, a la que asistió junto a responsables de la Ciudad Autónoma, de los cuerpos de seguridad y de la Fiscalía y Juzgado de Menores.
Moh señaló que en este encuentro “se puso sobre la mesa una vez más que la situación de Melilla con respecto a los menores ya no es tanto de cifras, sino de medidas y de que cada uno tenga que llevar las actuaciones dentro de su ámbito competencial”.
En este punto, dejó claro que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado “evidentemente, llevan un control exhaustivo de la frontera”. “Pero si entran menores, como está sucediendo, una vez en Melilla se deberán tomar las medidas pertinentes”. La delegada destacó que Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Local están haciendo traslados de menores y vigilancia en las calles.

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Redacción

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