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El rincón de Aranda

Cronología Histórica de Melilla XCI

25.11.1909. A las 05,00 horas, se tocó diana en todos los campamentos de Nador para su preparación, y a las 7 formadas todas las fuerzas, la revistó el General Marina, donde se incorpora la Caballería a sus brigadas y comienza el avance. La 3ª División del General Huertas se quedó en la llanura de reserva con las brigadas de los generales Carbó y Miláns del Bosch. La 1ª Brigada de la 2ª División de López Herrero, se puso en marcha para el objetivo del Monte Uixam, mientras la 2ª Brigada de Navarro, forma un flanco ofensivo a unos 1 km. A la izquierda; el jefe de división General Muñoz Cobos iba con sus Ayudantes y E. M. indistintamente con una u otra brigada. La 1ª División del General Tovar, realizaría la ocupación del verdadero objetivo, en marcha con la 1ª Brigada del General Morales, que lo llevará a cabo, mientras la 2ª Brigada de la División del General Brualla, va por delante de las lomas y siguiendo la falda de los montes protegiendo a la 1ª en su avance. A las 9,30 la Brigada de López Herrero, llega al cerro cónico con un escrupuloso reconocimiento del terreno hasta convencerse de que no había en él nada que temer. Desde allí se ve avanzar a los Cazadores del General Morales por las alturas de unos cerros distantes 2 kms. escasos de Atlaten. El general Muñoz Cobos, ordenó a los suyos que ocuparan unas alturas próximas a aquél punto, la operación se realizó sin resistencia y donde quedó emplazada una batería de montaña, mientras el globo militar estaba en el espacio siguiendo el avance.

A las 13,00, los primeros Lanceros de la Brigada de Morales pasan el barranco y escalan las alturas de Atlaten, objetivo de la operación. El General Marina, que había dirigido con su E. M. la operación, entró después en el barranco para inspeccionarlo y disponer qué fuerzas debieran de quedarse allí. Las fuerzas que abandonó la posición para regresar a la Plaza, encontraron un grupo de rifeños que hostilizó desde lejos, pero la agresión fue tan débil y tan lejana que no mereció repelerla. Más tarde llegó un convoy con municiones, víveres, tiendas de campaña y material de defensa para comenzar en seguida las obras de fortificación y evitar alguna sorpresa nocturna. Aunque el hecho de que la harka no había defendido su baluarte demuestra que está aniquilada.

La operación proyectada para el 11.12.1909, tenía como objetivo la sumisión de la kábila de Beni-Bugafar, única que hasta ahora se presentaba reacia. A la hora fijada por el Comandante General, salieron dos columnas mandadas por los Generales Ayala Mendoza, como Jefe de la 1º Brigada de la 2ª División, y López Herrero, como Jefe de la 2ª Brigada de la 1ª División, y quedando en Hidúm el General Brualla Gil, como Jefe de la 1ª Brigada de la 2ª División reforzada, que como reserva iría hasta los poblados de Tizza, donde quedaría esperando órdenes. La primera de Ayala, en la que iba también el General Álvarez de Sotomayor, Jefe de la 2ª División, se dirigió por el camino Oeste de la Península de Tres Forcas llegando con marcha lenta, por la necesidad de los estudios de topografía que debían llevarse a cabo, al poblado de Carasa. La 2ª Columna de López Herrero avanzó hasta Tizza; y como los caminos eran dificilísimo, algunos indígenas se ofrecieron a guiarles hasta la entrada de Beni-Bugafar. A la izquierda de dicha entrada existía un monte cónico llamado Bu-Serio. A la derecha existen dos grandes alturas parecidas a las lomas (tetas) de Nador, llamadas Taurat y Taulix. Después de un descanso se llegó a Carasa, donde se encontró con el General Marina, que iba a presenciar la convergencia de las dos columnas. El General en Jefe dispuso que las columnas pernoctaran en el campo, y cuando iban a comenzar los preparativos se supo que el caíd de Beni-Bugafar acababa de presentarse al General Brualla, preguntando por el General en Jefe, indicándole que estaría en Carasa, y allí fue acompañado de bastantes cabileños, donde se sometió incondicionalmente, “Sin altivez, serio y digno”. El General Marina estaba acompañado de los Generales Huertas Urrutia, de la 1ª División de Caballería; el también General de Caballería Muñoz Cobos y el Jefe de E. M., Coronel Gómez Jordana, escoltados por una sección de la Guardia Civil de Caballería, y un Escuadrón de Lanceros de la Reina. En vista de que la sumisión estaba realizada el General Marina dispuso que las columnas regresaran a Hidum, quedándose algunas fuerzas de la columna del General Ayala en el poblado de Carasa, para comenzar a fortificar la posición. En medio de este poblado se encontraba un elegante y grandioso morabito circundado de árboles, así como las ruinas del palacio de los Duques de Medina Sidonia, pues en dicho sitio existió una ciudad española. Las citadas ruinas, fuera de su interés histórico, no tienen importancia, se reducen a dos torreones medio destruidos y un pedazo de muralla. La columna del General Brualla tuvo tiempo de regresar a su campamento de Rostrogordo, pero las otras dos no pudieron hacerlo por ser ya de noche, marcharían por la mañana. Los buques “Numancia”, “Extremadura”, y los transportes “Almirante Lobo” y “Rio de la Plata”, estaban fondeados en la Bahía de Carasa, por si tenían que actuar. Esta operación es de gran importancia, pues otro de los objetivos era reconocer el territorio, que linda al norte con el mar, al sur con Beni Sidel, al nordeste con Beni Chicar y al este con Beni Said, que se atravesaba y realizar los estudios de las diversas cabilas con sus consiguientes croquis. Nuestro sencillo y heroico soldado del Rgto. Infantería Guipúzcoa 53, Víctor Aguayo Royuela, el salir a por agua para abastecer al poblado de Exmuart le costó la vida. Según su expediente de juicio contradictorio instruido dice: “Se hizo acreedor a la Cruz de la Orden de San Fernando, por los hechos realizados el 30.12.1909, resultando que el referido día salió a las órdenes de un cabo con otros dos soldados de la posición de Exmuart, para traer agua a dicha posición, que al regresar fueron sorprendidos por una descarga que hicieron los moros emboscados, cayendo muerto el cabo y gravemente el soldado Aguayo, retirándose los otros dos soldados, que acometido aquél por cuatro moros para quitarle el fusil se defendió, no obstante ofrecerle estos la libertad si se lo entregaba, agradeciéndole a culatazos al ver la negativa e hiriéndolo por último, en la mano con una gumia en el momento que intentaba hacer fuego, cayendo entonces sin conocimiento y falleciendo poco después al ser conducido a la posición. Considerando que estos hechos y el comportamiento heroico del soldado, el consejo supremo de Guerra y Marina ha tenido a bien conceder al soldado del Rgto. de Infantería de Guipúzcoa 53, Víctor Aguayo Royuela, la Cruz de Primera Clase de San Fernando, con fecha 21.12.1911”.

En un principio fue enterrado en una Fosa Común, así reza el registro del Cementerio de la Purísima, de Melilla: “El soldado Víctor Aguayo. En el día de hoy se le dio sepultura a Víctor, se ignoran más datos. Murió ayer en el hospital a las 20,00 a consecuencia de heridas de arma de fuego. Se enterró en fosa común. Melilla a 1.02.1910”. Luego fue enterrado en el osario general del Panteón de los Héroes. Cabe señalar la curiosa diferencia que existe entre la orden de concesión de la Cruz Laureada, que señala como fecha de la acción en que resultó muerto el soldado Aguayo el 31.12.1909 y el asiento del registro del Cementerio, que como hemos podido leer apunta como fecha de la muerte la del 31.01.1910.

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