El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha insistido este sábado en que en Melilla y Ceuta se retirarán las concertinas y se elevará desde los 6 metros actuales hasta los 10 metros las vallas en las zonas más vulnerables utilizando hasta tres materiales distintos para evitar la escalada. Así lo ha manifestado durante una visita a Ceuta este sábado y que pretende repetir el próximo sábado 2 de marzo en Melilla. La modernización de la frontera supondrá también la mejora del espigón del Tarajal, la red de fibra óptica y el circuito cerrado de televisión, así como la instalación de un sistema de reconocimiento facial. Fernando Grande-Marlaska ha anunciado además que las obras de refuerzo de la seguridad de los perímetros fronterizos en Melilla y Ceuta comenzarán dentro de aproximadamente un mes y medio.
Durante una comparecencia pública en la Delegación del Gobierno en Ceuta, Grande-Marlaska ha resaltado que las obras en Ceuta y Melilla darán comienzo una vez que la sociedad estatal Ingeniería de Sistemas para la Defensa de España (Isdefe) ha presentado al Ministerio un estudio pormenorizado en el que, tras realizar un diagnóstico de la situación actual de las infraestructuras fronteriza, se hace una propuesta de solución técnica.
Tres materiales que dificultarán la escalada
Entre las características del refuerzo del perímetro fronterizo, el ministro ha explicado que se incrementará la altura del vallado en un 30 por ciento, lo que provocará que la valla en las zonas sensibles y donde se han producido más entradas alcance una altura de hasta 10 metros, y a su vez a anunciado que se procederá a la sustitución de todas las concertinas por un elemento que coronará el perímetro fronterizo y que garantizará la seguridad de forma no cruenta en todo el vallado.
Igualmente, respecto a esta reforma del perímetro fronterizo Grande-Marlaska también ha avanzado que para el nuevo vallado se utilizarán hasta tres materiales de características diferentes que dificultarán el escalado y la coronación de la valla, insistiendo en que “sobrepasarla será mucho más difícil pese a no llevar elementos lesivos para quien intente cruzarla”.
El objetivo de estos trabajos, según ha dicho Grande-Marlaska, es tener una frontera más segura, más moderna y con medios tecnológicos más avanzados en las dos ciudades autónomas. Ha señalado en este sentido que estas infraestructuras fronterizas fueron construidas en 1988 y ha destacado que la última gran reforma se remonta al año 2005, fecha a partir de la cual solo se han llevado a cabo pequeñas actuaciones, fundamentalmente de mantenimiento.
El ministro ha explicado que estas obras de refuerzo de las fronteras de Ceuta y Melilla tendrán especial incidencia en los tramos más deteriorados de ambos perímetros, tanto por el efecto del paso del tiempo como en los lugares que más se han visto afectados por los intentos de entrada. El proyecto de modernización de la frontera también va a suponer el refuerzo de la seguridad en los espigones, la mejora de la red de fibra óptica, la instalación de un sistema de reconocimiento facial en los pasos fronterizos y la mejora de los sistemas de circuito cerrado de televisión (CCTV), proyecto este último que se encuentra ya en fase de ejecución.
Las concertinas no tenían un efecto disuasorio
Grande-Marlaska hizo también mención a un informe realizado en junio de 2017, un año antes de la entrada del Gobierno socialista, en el que se analizaba la situación de la frontera y ponía de manifiesto la existencia de muchos puntos vulnerables así como la obsolescencia de los elementos técnicos con los que tienen que trabajar los agentes de la Guardia Civil y Policía Nacional destinados en el puesto fronterizo.
Como destacó durante su intervención el ministro del Interior, “en dicho informe se resaltaba que las concertinas eran irrelevantes para la seguridad pues no tenían ningún efecto disuasorio”, afeando que pese a existir dicho informe nada hiciera el anterior Gobierno, el presidido por Mariano Rajoy, para revertir la situación. Tras indicar aspectos de la reformas y mejoras que sufrirán las frontera de Ceuta y Melilla, el ministro del Interior puso de manifiesto que la política migratoria ha sido y es uno de los mayores retos que viene afrontando desde que llegó al Ministerio, destacando que todo el equipo ministerial ha dedicado sus mayores esfuerzos en trabajar por controlar los flujos migratorios y por garantizar una inmigración legal y ordenada”.
