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Con media hora de retraso, la Virgen pudo lucir, su palio y su bonita candelería y el Flagelado emocionó a los melillenses en el Jueves Santo

El Flagelado y el Mayor Dolor reciben el cariño del barrio de Cabrerizas a pesar de la lluvia

El primero en salir, pasadas las ocho de la tarde fue El Flagelado

Con media hora de retraso y a pesar de la llovizna que cayó ayer por la tarde, el cariño de numerosos vecinos de Cabrerizas inundó la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Flagelación y Nuestra Señora del Mayor Dolor que inició su tan esperada estación de penitencia, con sus varales ocupados por hombres y mujeres de trono, comprometidos con la Hermandad. La agrupación musical de la Flagelación acompañó a ambos titulares con un completo surtido de marchas procesionales. El Mayor Dolor, que cumple este año su XXV aniversario salió de la Iglesia de la Medalla Milagrosa en brazos de sus portadores. La llovizna que cayó ayer por la tarde no impidió que la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Flagelación y Nuestra Señora del Mayor Dolor saliera a realizar su estación de penitencia. Se vivieron momentos de nervios e incertidumbre esperando el parte meteorológico. Pero finalmente la Junta de Gobierno decidió procesionar, aunque los ambos titulares estuvieron en todo momento arropados con la presencia de sus hombres y mujeres de trono además de cientos de vecinos del barrio que quisieron acompañarles.

En esta ocasión, no hubo escasez de portadores que impidiera que Nuestro Padre Jesús de la Flagelación y Nuestra Señora del Mayor Dolor pudieran salir a la calle. Para el Flagelado son necesarios entre 60 y 70 portadores, y para la Virgen del Mayor Dolor hacen falta entre 100 y 110 hombres y mujeres de trono.

El primero en salir, pasadas las ocho de la tarde fue el Hijo, El Flagelado. Después, apenas diez minutos de espera, la Madre, la Virgen del Mayor Dolor. Y todo bajo los aplausos de los fieles y vecinos del barrio de Batería Jota y Cabrerizas que quisieron ver muy de cerca a Jesús y a su madre juntos.

Desde allí, junto con los caballeros legionarios del Tercio Gran Capitán 1º de La Legión e integrantes de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla, el Flagelado y la Virgen del Mayor emprendieron un largo recorrido por las calles de la ciudad.

Tras pasar por calle del General Castaños, junto a la parroquia de la Medalla Milagrosa, bajaron por los Hermanos de la Salle Sennen y Mauricio para llegar a Poeta Zorrilla, después pasar por la calle Juan de Lanuza, Sor Alegría, Sidi Abdelkader, O´Donnell, plaza Héroes de España y Juan Carlos I, antes de volver de nuevo a la Casa de Hermandad.

En la Avenida, los melillenses vivieron los últimos pasos de Jesús hacia su muerte en la Cruz. La de ayer era una noche triste. Era Jueves Santo, víspera de la muerte de Jesús. Su Madre, el Mayor Dolor, lloraba por las calles de Melilla al ver cómo su Hijo había sido martirizado, golpeado y flagelado después de que fuera condenado tras reconocer que era el Mesías y por confesar que era verdadero Hijo de Dios.

Nuestro Padre Jesús de la Flagelación y Nuestra Señora del Mayor Dolor pasearon por la Avenida, ante la mirada de los melillenses que llenaban la principal vía de la ciudad. La imagen del Flagelado, la de Jesús atado a una columna, cubierto por un paño y sangrando tras ser azotado antes de morir, es obra de Juan Antonio González y está fechada en 1997.

Unos metros después de Jesús le seguía su Madre, la Virgen del Mayor Dolor, rota en lágrimas. La tristeza inunda los ojos de esta bella imagen, obra de Juan Carlos García que fue bendecida el 5 de noviembre de 1994 y cuyo trono fue estrenado en 2005.

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Lorena Japon

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