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La ilusión empuja a la Cofradía del Cautivo a desafiar al mal tiempo para cumplir su tradición de liberar a un reo

El cielo respetó este acto solemne, por el que el melillense K.T.M., que había sido condenado a tres años y nueve meses de prisión, quedó liberado
(Autor: Guerrero)

La lluvia intermitente que marcó desde su inicio el Jueves Santo a punto estuvo de frustrar uno de los días más esperados del año para la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo de Medinaceli y María Santísima del Rocío: la salida en procesión para liberar a un preso en pleno corazón de Melilla, una de las más bellas tradiciones de nuestra Semana Santa. El cielo respetó este acto solemne, por el que el melillense K.T.M., que había sido condenado a tres años y nueve meses de prisión, accesorias y costas por el Juzgado de lo Penal número 3 de Almería, quedó liberado de su pena vestido con la túnica de la Cofradía. Su primera misión fue dar el toque de campana que elevó al cielo al Cautivo y a la Virgen del Rocío ante el aplauso y la atenta mirada de cientos de melillenses que abarrotaban la Avenida Juan Carlos I, con la Iglesia del Sagrado Corazón como fiel testigo de esta liberación por décimo noveno año consecutivo. La salida en procesión fue una decisión tan valiente como acertada. Porque tras una mañana de lluvia copiosa, y unas primeras horas de la tarde en las que no paraba de chispear, los responsables de la Cofradía no tuvieron en sus manos ningún parte meteorológico que les garantizara una procesión sin agua. Ni siquiera tras retrasar cerca de una hora la salida procesional.
Al final, la Cofradía decidió salir a la calle, movida por la ilusión de sus decenas de portadores, muchos de ellos muy jóvenes, cuyo estallido de alegría al conocer la decisión transmitió rápidamente la noticia en el exterior, donde esperaban muchos melillenses con incertidumbre y expectación, resguardados bajo sus paraguas.
El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, fue el encargado de llamar al portón de la Casa Hermandad, que al abrir dejó al descubierto los tronos del Cautivo y la Virgen del Rocío. Ambas imágenes, custodiadas por el Grupo de Artillería GAAAL VII y la Compañía de Mar de Melilla, empezaron entonces a recorrer su barrio al son de las marchas de la Agrupación Musical de la Cofradía, mientras el cielo azul empezaba a abrirse para alejar los grises nubarrones que minutos antes amenazaban lluvia.

Carrera Oficial
Casi cinco horas después, tras salvar un complicado tramo en el Puente de los Alemanes por la escasa altura de sus vigas que obligó a bajar los tronos, el Cautivo y la Virgen del Rocío entraron en la Carrera Oficial para llevar a cabo la liberación de un preso, que se produjo una hora y media más tarde de lo previsto por el retraso inicial acumulado.
Una letrada de la Administración de Justicia hizo lectura del auto del de Vigilancia Penitenciaria número 1 de Melilla, por el cual quedaba suspendida la ejecución de la pena y concedía, por petición de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo de Medinaceli, “el beneficio extraordinario de la libertad condicional anticipada”.
Ahora, a partir de la liberación de K.T.M., la Cofradía del Cautivo y el Voluntariado Servicios Sociales Cristiano de Prisiones, de forma coordinada con los Servicios Sociales Penitenciarios, comenzarán a tutelarlo durante un año, prestándole su apoyo moral y auxiliándole en sus necesidades, de forma que le ayuden a su reinserción en la sociedad para que pueda llevar “una vida honrada en libertad”.
El vicario episcopal, Eduardo Resa, pidió al reo liberado que aproveche esta “segunda oportunidad”. “Apóyate en la Cofradía, en el Voluntariado Cristiano de Prisiones y que tu vida tenga un nuevo rumbo. Que el Señor te lo conceda”, le deseó poco antes de que K.T.M. hiciera los honores y tocara la campana que terminó alzando al Cautivo al mismo cielo que horas antes le había amenazado con dejarle en su Casa Hermandad.

Sin reincidir
Se cumplía así con una tradición ya instaurada en la Semana Santa de Melilla, por la que otros 18 presos han sido liberados sin que prácticamente ninguno haya vuelto a delinquir, tal y como se dio a conocer durante el acto solemne. En primera fila lo vivió una nutrida representación del Ilustre Colegio de Abogados de Melilla (Icame), que como todos los años acompañó a la Cofradía del Cautivo durante toda la procesión, esta vez con la novedad de que iban vestidos con sus togas.
Dos saetas de Isabel Navarrete y Estefanía Saavedra, que dejaron muda a una Avenida convertida en marea humana, añadieron emotividad a la estación de penitencia antes de que el Cautivo y la Virgen del Rocío, que fueron durante un instante mecidos en paralelo ante la tribuna del Sagrado Corazón, volvieran a separarse para poner rumbo a la Plaza de Toros, donde tuvo lugar su recogida.

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Redacción

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