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Prohibición de entrada de borregos: O dignidad o sumisión por siempre más

HAY QUE TENER CORAJE PARA DECIR LA VERDAD
Y lo que estamos constatando es que el "deep state" (CNI y los altos funcionarios que son los que marcan la política real española) ha decidido desde hace unos años que en Melilla no se celebrará más la Fiesta del Aid El Kebir de la manera tradicional en que los rifeños, en su tierra, la habían celebrado. Ni el 2016, ni el 2017, ni el 2018, ni el 2019, ni nunca jamás.
Y ya está bien de mentiras y de falsas promesas, de estafas. No hay ninguna norma, ni estatal, ni europea que lo prohíba porque Melilla es un tercer país para la UE, no es territorio europeo para la importación de animales vivos. Y el estado, con decretos o sin ellos, como este año, impiden algo por la fuerza, que no pueden impedir. Conculcando las Leyes de Libertad Religiosa y todo lo que quieran.

En cambio incumplen la normativa de la ciudad autónoma, del estado y europea, permitiendo la venta de animales vivos por parte de los carniceros de la ciudad.

El negocio, los interese de un estado que no nos representa, la islamofobia y el racismo, y el negocio, negocio, negocio, alimentan la manipulación y la mentira sobre más de la mitad de la población melillense.

Alguien debiera explicar, ¿a qué fueron a Madrid el presidente de la CAM y dos consejeros exactamente? ¿A reunirse con un técnico, Almansa, que es el mismo que ha hecho decretos estrambóticos durante varios años, con gobierno del PP y del PSOE? ¿Qué le argumentaron en contra? ¿Por qué no se levantaron de la mesa y los enviaron a hacer puñetas ante el engaño y la conculcación de la Ley?
¿Cómo es que si hay fiebre aftosa en Marruecos no se han habilitado los procedimientos de desinfección de coches y camiones que embarcan para la Península? A mentiras nos entierran.

Ante eso, y ante las mentiras y manipulaciones, tenemos que recordar que la dignidad nos la hemos de ganar. Y que cada pueblo es de quien los habita y los quiere. No de los que los quieren dirigir y controlar, nosotros el pueblo tenemos el poder, y el deber de utilizar las herramientas necesarias para transformarlo en lo que queremos.

Hoy Marruecos ha hablado. No es fiebre aftosa, que es otra cosa.

O dignidad o sumisión por siempre más.

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