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El 25% de los melillenses relaja el cuidado bucodental en vacaciones

Un pequeño problema dental estando de vacaciones lejos de casa puede convertirse en un infierno para los melillenses, especialmente si nos encontramos en un país del denominado tercer mundo. El riesgo es mayor si tenemos en cuenta que durante esos días cambiamos los hábitos alimentarios y realizamos actividades más extremas. Una vez más, la mejor opción es prevenir y visitar al dentista antes de las vacaciones.
Algunos de los factores propios del verano, como las elevadas temperaturas, una menor salivación bucal, el descuido de los hábitos de higiene dental y una alimentación más permisiva con productos más agresivos con los dientes, provocan la proliferación de bacterias en la boca que contribuyen a que se pueda producir un aumento de patologías bucodentales tales como la caries o la gingivitis que pueden llegar a causar en el paciente halitosis, sangrado de encías o hipersensibilidad dental y la aparición de infecciones bucales.

El hábito diario de lavarnos los dientes es clave para el cuidado de estos y de la salud bucal. Esta rutina se altera, muchas veces, cuando cambiamos de entorno. Según diferentes estudios, una de cada cuatro personas reduce el cuidado bucodental en sus días de vacaciones. Para evitarlo, cuando se viaja es muy importante llevar encima el cepillo de dientes, la pasta de dientes con flúor, el hilo dental y, en su caso, el colutorio. Estando, o no, de vacaciones, es imprescindible lavarse los dientes al menos tres veces al día o cuando se termine de comer. Sin embargo, durante las vacaciones a menudo se desayuna, come y/o cena fuera de casa, y casi siempre no se tiene a mano el cepillo para lavarnos los dientes, lo que provoca que se queden restos de comida.

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Redacción

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