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Récord de delincuencia en Melilla

En Melilla se cometen ahora más delitos que nunca, aunque la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, se esfuerce en suavizar el problema diciendo, como dijo en su discurso del patrón de la Policía, que los delitos que han aumentado son «de poca gravedad» Que Melilla vive un repunte delincuencial es una evidencia que nadie puede cuestionar. Las estadísticas del Ministerio del Interior, basadas en los datos de la Policía Nacional, la Guardia Civil y la Policía Local así lo atestiguan y son objetivos. En Melilla se cometen ahora más delitos que nunca, aunque la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, se esfuerce en suavizar el problema diciendo, como dijo en su discurso del patrón de la Policía, que los delitos que han aumentado son «de poca gravedad», como los hurtos, los daños a vehículos y el vandalismo, y que este tipo de delincuencia «no se destaca por la gravedad de los hechos, pero sí por la sensación de inseguridad que crea en la ciudadanía».
Comparados con otros delitos, como homicidios, agresiones sexuales, terrorismo o secuestros, por citar algunos, claro que no son graves, pero sí tienen importancia para las víctimas, que sufren un perjuicio, en ocasiones cuantificado en cientos de euros. Y aunque está claro que los daños materiales tienen menos relevancia que los humanos, porque la mayoría de las veces tienen arreglo, lo cierto es que siempre perjudican a quienes tienen el infortunio de padecerlos, sobre todo si se trata de personas con pocos recursos.
A ello se suma esa sensación de inseguridad de la que hablaba la delegada del Gobierno, que en Melilla siempre está presente, unas épocas de forma muy patente, como ahora, en la que muchos ciudadanos temen ser las próximas víctimas de un robo o una rotura de lunas en sus coches, que es lo que ahora más abunda. En una ciudad tan pequeña como la nuestra, donde el boca a boca es la forma de comunicación más potente, esa sensación de inseguridad da alas a quienes optan por actuar al margen de la ley y da lugar a una sociedad dominada por el miedo, algo muy negativo y tremendamente injusto contra lo que tienen que luchar quienes tienen responsabilidades ocupando altos cargos para solucionar los problemas. Especialmente, cuando en un pasado no tan lejano, quienes gobiernan hoy exigían, con razón, soluciones a quienes antes estaban en el lugar que ahora ocupan, y ponían el grito en el cielo, como hacía el PSOE, cuando los datos de criminalidad subían, aunque fuera mínimamente, pidiendo más recursos. Todos recordamos los 600 agentes que reclamaba Sabrina Moh desde la oposición. Hoy, más de un año después de ser nombrada delegada del Gobierno, no ha hecho nada de lo que exigía a los demás, limitándose a buscar excusas y culpables entre quienes ya no tienen responsabilidades públicas.
Además de eso, lejos de empatizar con las víctimas de estos delitos, Sabrina Moh se mostró comprensiva con quienes delinquen. El mundo al revés. «Los perpetradores de esos delitos de poca gravedad son, a la vez, víctimas de un sistema que no ha sabido o podido integrarlos», dijo la delegada, abogando por una implicación de las administraciones para atenderlos. Si eso es así, como dice Moh, el PSOE, partido que ahora está presente en las dos administraciones, la central y local, no puede perder más tiempo y ponerse manos a la obra porque hasta ahora, lo único que ha demostrado, es su gran capacidad para disparar las infracciones penales en Melilla.

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