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Se acentúa la crisis, nacional y local

Hay muchas empresas en España que hacen encuestas políticas. La mayoría se equivoca en sus predicciones, aunque ninguna tanto como el CIS, la empresa oficial puesta vergonzosamente al servicio del PSOE de Pedro Sánchez. Sin embargo también las hay que aciertan, como GAD3 en las últimas elecciones generales. Ahora el ABC ha publicado un barómetro de la situación política española al 28 de noviembre pasado. Sus conclusiones son muy interesantes. Por ejemplo: 6 de cada 10 españoles prefieren otras elecciones generales a que Sánchez pacte con los separatistas de ERC. Hasta con el hartazgo de tantas elecciones pueden las ocurrencias del sanchismo, de un Sánchez “falto de escrúpulos e incapaz de mantener la palabra dada en campaña electoral”, como decía el editorial de ABC el lunes y como también dijo el diputado melillense, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu tras tomar posesión de su acta de diputado. Además, el barómetro de GAD3 concluía que, de celebrarse nuevamente elecciones y a la mencionada fecha del 28/N, el PSOE bajaría de 120 a 117 escaños, el PP subiría de 89 a 99, Vox bajaría de 52 a 45 y el centro-derecha (PP, Vox, Ciudadanos y Navarra Suma) con 155 escaños, superaría por un solo diputado a la izquierda (PSOE, Podemos, Más País), 154 escaños.

En estas condiciones es comprensible que el PSOE de Sánchez diga no querer convocar nuevas elecciones, a pesar de que nada menos que el 47% de los votantes socialistas vean “negativa” las negociaciones con los separatistas y solo el 44% la apruebe. Pero también es posible que Pedro Sánchez pretenda engañar con sus amagos de acuerdos con los comunistas y separatistas, para lograr mantenerse unos cuantos meses más en esa posición de presidente en ejercicio en la que lleva ya mucho tiempo y en la que parece encontrarse cómodo. El caso es, para él, seguir siendo presidente. ¿A costa de romper y arruinar España? A costa de lo que sea.

Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar (hasta Sánchez terminará pasando) …caminante no hay camino, se hace camino al andar. Así cantó Serrat a Antonio Machado. Aomar Duddú, como “líder del colectivo musulmán de Melilla” desde allá por el año 1985 -el año del nacimiento del MELILLA HOY- pasó e hizo camino al andar. Ahora está fuera de Melilla. Ahora no le dejan entrar a nuestra ciudad, si no pide él, directamente, permiso a la delegada del Gobierno, la eternamente sonriente Sabrina Moh de explicaciones infantiloides, para que le deje entrar. Ahora Duddú está muy, pero que muy enfadado con la situación política del que fuera “su” colectivo musulmán local. ; ; ; Como publicó el 25 de noviembre nuestro periódico-el boicoteado, por el actual Gobierno melillense, periódico “de Melilla”- Duddú afirma, 34 años después de la manifestación del 23 de noviembre de 1985, literalmente, que “Melilla se encuentra en un callejón sin salida”, provocado por “racistas fanáticos, talibanes, traidores, traficantes, estafadores, farsantes, embaucadores, gentes sin escrúpulos, tarados y condenados por la justicia”.
“La Melilla actual -añade Duddú- se encuentra en fase terminal” y para salir de esa fase “la nueva Melilla, la del siglo XXI debe basarse en el máximo respeto de los derechos fundamentales del ser humano, entre ellos la libertad, la justicia y la igualdad, no en la confrontación por motivos étnicos, religiosos y culturales”. Resulta difícil, con lo que está pasando en nuestra ciudad, no estar de acuerdo, en lo fundamental, con el diagnóstico en esta ocasión de Aomar Duddú. Especialmente estoy de acuerdo en que Melilla solo se salvará si se respetan los derechos fundamentales del ser humano, especialmente el de la libertad, algo que ahora el Gobierno local no hace, como bien sabemos nosotros en el periódico y en los ataques a nuestra libertad, por citar solo un ejemplo entre multitud de ellos.
; ; ;Por cierto, la reciente y gran película de Martin Scorsese, “El irlandés”, empieza con el sicario Frank Sheeran rememorando los secretos que guardó durante toda su vida por lealtad a la familia mafiosa Bufalino, que le ayudó en sus comienzos y le protegió durante toda su -extraño para un gánster- larga vida. No comparo a Duddú con un sicario, ni con nadie en particular. Sí señalo que Aomar ha mantenido durante muchos años una actitud de secreto, que ahora ha decidido finalizar. Espero que sea para el bien de Melilla, para ayudar a poder salir de ese “callejón sin salida” provocado, dice Aomar, por “racistas fanáticos, talibanes, traficantes, condenados” y etc, etc, lo más parecido a los gánsteres que -de acuerdo con la definición de Duddú sobre la situación actual de la política melillense- se puede encontrar.

Posdata
El gafe monumental del, por otra parte, insignificante Liarte ha vuelto a atacar. En esta ocasión le ha tocado a los presupuestos generales de la ciudad, calificados como “participativos” por el gafe maligno. Recalificados por los ciudadanos melillenses como caprichosos, hijos del odio del gafe y de la ignorancia económica travestida de auto complacencia de un fatuo. Solo faltaba que el Gobierno de Sánchez recortara 14 millones a Melilla y lo ha hecho. Nadie puede con la maldición del gafe, al que le están buscando nueva colocación. Que se vaya preparando el lugar en el que lo coloquen. Mientras, pobre Melilla. Regeneración sí, pero esto no es regeneración, sino degeneración, como habría dicho Hesíodo, considerado el primer historiador de la historia. En resumen, un día más sin cambio de Gobierno local, un día más de catástrofe para Melilla. Y más sensación de crisis en España y en Melilla.

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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