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Historia

Melilla hace 100 años: 1919: Meses de noviembre y diciembre (I)

Barcos fondeados en el incipiente puerto melillense, ante un temporal de Levante

01-11-1919. El nuevo jefe de Estado Mayor.

En el vapor correo “J.J. Sister” llegó ayer, acompañado de su distinguida familia, el coronel D. Gerardo Sánchez Monje, nuevo jefe de Estado Mayor de esta Comandancia General.

Poco después de su llegada tomó posesión de su cargo, cesando el teniente coronel D. Rafael Capablanca, que interinamente lo desempeñaba. El nuevo jefe une a su brillante hoja de servicios, excelentes condiciones de caballerosidad y admirables dotes. Enviémosle nuestro respetuoso saludo de bienvenida.

02-11-1919. Ante la fiesta de los muertos. Los antiguos enterramientos de Melilla.
El ilustre coronel de Estado Mayor don Gabriel de Morales, en su obra nunca bastante apreciada “Datos para la historia de Melilla”, ofrece interesantes referencias respecto a los enterramientos verificados desde la conquista, hasta que por R.O.C. de 1787, se ordenó la construcción del cementerio de San Carlos., en las proximidades del casi derruido puente de ese nombre y a la izquierda de la carretera que lleva al barrio de la Alcazaba.

Atendiendo a las costumbres de aquel tiempo, puede creerse que la primeras inhumaciones se hicieron en la iglesia de San Miguel, más en la ermita de Nuestra Señora de la Victoria a extramuros de la ciudad, y en 1664, por primera vez en la iglesia parroquial. Desde 1689 no se hicieron más enterramientos en la ermita; había en la iglesia una bóveda donde se daba sepultura a los gobernadores y veedores y a los individuos de sus familias, los cofrades de las diferentes Hermandades tenían también las suyas y el resto de la población enterraba en el atrio.

En 1754, se obtuvo autorización para bendecir y dedicar a Cementerio el terreno próximo a la Iglesia, y cinco años después fue concedido un solar, hoy edificado.

Se construye un cementerio. En abril de 1787, se aprobó la construcción del Cementerio de San Carlos en la Alcazaba, habiéndose inhumado el primer cadáver en diciembre de 1707. Más adelante se pensó en la conveniencia de trasladar el Cementerio al campo exterior, y en 10 de febrero de 1904, se procedió a la exhumación de los restos que fueron llevados al actual cementerio de la Purísima Concepción, cuyo proyecto de obras se había aprobado, en 1889. Todavía continuó algún tiempo junto al cementerio de San Carlos, el israelita, adosado al mismo, cercado de muros.

La necrópolis de la Purísima Concepción, se empezó a construir en 1890,y se recuera que las obras fueron entorpecidas por los kabileños que, al amparo de la oscuridad de la noche, tiroteaban a las guardias, habiendo que lamentar también algunos destrozos hechos por los indígenas. En esas circunstancias se ofreció para desempeñar el cargo de guarda, don Francisco Escaño Mérida, actual conserje del Cementerio, a pesar del riesgo que corría, y, una noche, fue en efecto, agredido, atravesando una bala la almohada de su cama.

Se inauguró el cementerio en 1º de enero de 1892, con gran solemnidad, bendiciéndolo el vicario don Juan Verdugo. Constaba entonces de un solo patio, con dos naves de nichos a derecha e izquierda de la capilla, y el primer cadáver que recibió sepultura fue el del joven don Francisco López Suárez, en el nicho nº 1, segunda fila de la nave derecha.

En 1896, quedó terminado el Panteón, al que fueron trasladados los restos del General Margallo y demás víctimas de la campaña de 1893, hallándose junto al mismo la fosa que recibió los restos exhumados de San Carlos.

Hemos asistidos a los sucesivos ensanches del Cementerio de la Purísima Concepción, exigidos por el aumento de Melilla, habiéndose inaugurado un segundo patio en 7 de abril de 1906. En 1912, fue dotado de un tercer patio en el que se ha erigido el mausoleo destinado a los héroes de las campañas de 1909 y 1911, según planos del capitán de Ingenieros don José de la Gándara.

Ese monumento, construido a expensas de los fondos recogidos en suscripción por iniciativa de la Reina, se halla necesitado de algunos complementos de adorno, y según nuestros informes, el General Aizpuru acaricia el propósito de estudiar los medios de terminar definitivamente el mausoleo, con los detalles que como hemos dicho le faltan y son ya de poca monta.
Últimamente se ha habilitado un cuarto patio sobre las rocas de la derecha, y se han llevado a cabo en el Cementerio obras importantísimas de las que no hay que hablar por ser muy recientes, habiéndose construido también fuera de la Necrópolis, una casa para el capellán señor Ontiveros.

El año pasado, el azote de la gripe obligó a medidas sanitarias que impidieron la entrada al Cementerio el día de la Fiesta de los Muertos, pero esta vez, por fortuna, ningún obstáculo habrá para la piedad, que ha poblado el cementerio de la Purísima Concepción, de flores, procedentes en su mayor parte del magnífico Jardín Valenciano, propiedad del señor Santamaría.

06-11-1919. El temporal de ayer. Un pescador ahogado. Poco después de las ocho de la mañana de ayer, el vigía Sr. Peña, daba cuenta al comandante de Marina señor De María, del peligro en que se hallaban varias embarcaciones pesqueras que estaban a bastante distancia del puerto, a merced del fuerte Sur, que hacía muy peligrosa la situación.

Inmediatamente, el señor De María dio las órdenes oportunas, marchando hacia el lugar donde se hallaban las referidas embarcaciones, el bote salvavidas de la Sociedad de Salvamento de Náufragos, con personal de la Comandancia, mandado por el contramaestre Sr. Falcón. A bordo de la citada embarcación iba también el cabo Oliva y varios marineros de la Compañía de Mar.

En estas circunstancias, y según se pudo saber después, el oficial de guardia del vapor “Balear”, que se dirigía a nuestro puerto, pudo observar, ya a escasa distancia del puerto, que un hombre se debatía entre las olas, corriendo inminente peligro.

Como también observara esto el comandante de Marina señor De María, que acompañado del señor Santamaría se hallaba en el Torreón, ordenó la salida de una gasolinera, a cuyo bordo marcharon, el capitán del “Gandía” señor Orts y práctico señor Cortés, los cuales llegaron hasta el “Balear” a cuyo bordo pasaron.

Desde dicho barco se lanzaron al agua cabos con salvavidas, sujeto a uno de los cuales arrojóse al mar un marinero, quien recogió al náufrago, próximo a perecer, trasladándolo a bordo, donde se le prodigaron por el médico señor Pérez Torres los cuidados necesarios, llevándolo luego a la Casa de Socorro.

En dicho centro fue reconocido por don Rodrigo de Soto y practicante don Felipe López, siéndole prestado los urgentes auxilios que requería su estado, calificándole de asfixia por sumersión y siendo el pronóstico grave. Después de aplicarle varias inyecciones y provocar la respiración artificial, se pudo conseguir reaccionara algo, quedando en la enfermería de dicho centro, de donde se trasladó al hospital, en una camilla de la Compañía de Mar.

El desgraciado individuo se llama Santiago Bazán Frías, de 22 años de edad; se dedicaba a la pesca en la embarcación que naufragó, en la que iba también un hermano suyo llamado Miguel, que no ha podido ser encontrado, no obstante los trabajos que en dicho sentido se han efectuado.

Santiago, experimentó en las últimas horas de esta madrugada, alguna mejoría, dentro de su delicado estado. El bote salvavidas, mandado por el contramaestre señor Falcón, consiguió remolcar hasta el puerto al laúd “Mercedes” y otra embarcación con el folio núm. 8, perteneciente a esta matrícula, cuyas tripulaciones se hallaban en inminente riesgo de perecer ahogadas, a siete millas de nuestro puerto, frente a Chafarinas.

Las referidas embarcaciones iban tripuladas, respectivamente, por don Sebastián Figueredo, don Antonio Ferrer, un marinero llamado Miguel, don Cándido Esteban, un hijo de éste y los tripulantes Santiago Muñoz y Miguel Matías.

El remolcador “Mosquito”, mandado por el alférez señor Morán (don Arturo), consiguió más tarde remolcar al puerto la embarcación en la que iban los hermanos Bazán, perteneciente a la matrícula de Almería, V. 29. L. 3. La pareja de pesca “Joven Antonio” y “Joven Asunción”, de don Antonio Gómez, se encuentra refugiada en Chafarinas.

24-11-1919. Hundimiento del pailebot “Inés”.

Ayer se recibieron noticias de la península, dando cuenta del hundimiento del pailebot a motor “Inés”, ocurrido en las costas de Denia. Se ignoran las causas del desgraciado siniestro. Por los informes que se poseen, aunque incompletos, créese que en el hundimiento del “Inés” han perecido algunos tripulantes.

La pérdida de la carga ha sido total. De ella formaban parte importantes remesas de cemento, que venían consignadas a Melilla.

06-12-1919. Del accidente marítimo.

Ampliamos la noticia del accidente ocurrido en este puerto, que con la premura que lo avanzado de la hora reclamaba, dábamos cuenta al cerrar nuestra edición de ayer.

Lo ocurrido fue lo siguiente:
Poco después de las cuatro de la mañana, los obreros que se hallaban ocupados en las faenas de carga de mineral en el vapor inglés “War Casco”, notaron que a consecuencia de una vía de agua, abierta por bajo de la línea de flotación, el referido barco se anegaba, con gran rapidez, amenazando hundirse.

Seguidamente se avisó al Comandante de Marina señor De María y los prácticos de este puerto señores Orell y Cortés, dando comienzo inmediatamente los trabajos encaminados a evitar el naufragio.

El Ingeniero Director de la Compañía Española de Minas del Rif don Alfonso Gómez Jordana y Sousa se personó también en el barco, poniendo a disposición del capitán cuantos elementos disponía. El Ingeniero señor Bielza ofreció los de la Junta de Fomento.

El buque había dado por terminada la carga cuando notó la avería. Primeramente se intentó proceder a las operaciones de achique de la vía de agua a cuyo efecto llegaron al costado del citado buque, una cuadrilla de ocho bomberos, mandados por el capataz señor Moyano.

Después se decidió varar al “War Casco”, operación que efectuó el remolcador de la Compañía Española de Minas del Rif, tendiendo un cable hasta conseguir remolcar al barco fuera del puerto, en dirección a la playa de los Cárabos.

La causa del accidente, según hemos podido informarnos, ha sido el haber depositado mil quinientas toneladas de mineral en una sola de las bodegas, produciendo la vía de agua el excesivo peso. Durante todo el día de ayer se procedió a efectuar las operaciones de taponar la vía de agua, achicando ésta y sacando cuanta carga fue posible.

La situación del barco no ofrece peligro alguno, por lo que respecta a la avería, a no ser que saltase temporal de levante. Se ha pedido a Gibraltar un remolcador para conducirlo a dicho puerto, esperándose hoy.

El “War Casco”, pertenece a la matrícula de Londres. Procedía de Malta, y estaba despachado para Glasgow, con mineral de hierro de la Compañía Española de Minas del Rif. Lo manda M. G. Mann, y su tripulación se compone de treinta hombres.
(Continuará)

Bibliografía…. El Telegrama del Rif

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