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Tribuna Pública

Futuro de la CEME

Desde que en septiembre de 2018 advertimos de la ilegalidad que se estaba cometiendo en el proceso electoral y tras presentar la oportuna demanda en los Tribunales – que en octubre nos dieron la razón anulando el mismo- se ha perdido mucho tiempo durante el cual la CEME no ha hecho nada -o casi nada- en defensa de los intereses de sus asociados. Es más, ha estado manifiestamente en contra de lo que desde sus distintas Asociaciones miembros -a través de la PLATAFORMA DE EMPRESARIOS- han venido reclamando y exigiendo a las instituciones públicas incluso saliendo a la calle en dos manifestaciones y, más recientemente, con concentraciones ante la Delegación del Gobierno.
En estos días, se va a iniciar un nuevo proceso electoral para la elección del Presidente y demás Órganos de Gobierno y es el momento – no habrá otro- de llegar a un consenso por el cual las Asociaciones críticas con la anterior cúpula puedan retornar de forma efectiva a formar parte de la CEME. Y estoy convencidos que así será por el bien de todos y, sobre todo, por el futuro de la existencia de esta Confederación. Pero llegados a este momento habría que preguntarse varias cuestiones:
¿Cuál es la situación económica real de la CEME? ¿Se soporta actualmente su estructura con las cuotas de los afiliados? ¿Estará abocada a desaparecer como la extinta Cámara de Comercio por falta de ingresos? ¿Alguien piensa en serio -como he escuchado- que debe ser la CAM u otros Organismos Públicos quien de una manera directa -vía subvenciones- o de otra forma -vía pertenencia a distintas Comisiones oficiales- financie su estructura al igual que se hace con los otros Agentes Sociales y no con las cuotas de sus afiliados? ¿Qué servicios presta la CEME a sus afiliados aparte de las circulares que reenvía de Cepyme o de Ceoe?
Estas reflexiones deberían hacérselas las distintas Asociaciones y sus legítimos representantes que se postulen para conformar el nuevo gobierno de CEME y poner “negro sobre blanco” las cinco o seis prioridades sobre las que van centrar sus esfuerzos para defender los intereses de los empresarios asociados, no los de sus empresas ni los de otros colectivos que no están asociados -las grandes superficies o las multinacionales que se han instalado en la Ciudad en los últimos años- como han hecho recientemente con el tema de los festivos.

Pero también debemos reflexionar todos y cada uno de los empresarios de esta Ciudad. Si no nos comprometemos -de verdad y no de boquilla- a luchar y apoyar a nuestros nuevos representantes “oficiales” – rascándonos el bolsillo- que algunos no se quejen luego en corrillos, en las cafeterías o en las redes sociales de lo mal que lo están pasando y de lo poco que hacen los políticos por cambiar la actual situación. En otros colectivos se toman muy en serio lo de que la unión hace la fuerza y saben que la presión de todos unidos tiene resultados.

Si los cientos de empresarios de Melilla, pequeños y medianos, que estamos viendo cómo se nos acaba el tiempo, la ilusión y el futuro somos capaces de apostar por una CEME fuerte podremos tener una herramienta para luchar por nosotros. Si no hay ese respaldo y ese compromiso, mejor que desaparezca este “agente social” actualmente inoperativo.

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