- Alguien ha dicho que estamos ante una nueva sociedad. ¿Tú qué opinas?
- Pues yo opino, que hay gente que no sabe ya que hacer para quitarse las arrugas.
- Pues yo digo que sí.
- ¿Que sí qué?
- Que estamos ante una nueva sociedad, porque la vieja, si no está gastada le falta poco.
- ¿Y te parece bonito?
- Ni bonito ni feo. Solo me parece.
- ¿Te parece? ¿Qué te parece?
- Pues me parece que, con unos retoques, a lo mejor la coyuntura alcance alegoría deseada del entorno, y surjan las consideraciones consideradas y consentidas, dando lugar a que las reprobaciones ineludibles de la retórica actual, desechen animosidades y enfrentamientos. Pues como dice El Tenorio: “La apuesta fue porque un día dije que en España entera no habría nadie que hiciera, lo que hiciera Luis Mejía…Y siendo contradictorio, al vuestro mi parecer, yo dije nadie ha de hacer lo que hará don Juan Tenorio…Y en esa estamos.
- Pues eso, no es lo que dijo una vez Jesús.
- ¿Jesús? ¿Qué Jesús?
- Pues uno, que sabía lo que decía, aunque apenas lo entendían.
- ¿Y qué dijo, si se puede saber?
- Pues dijo, que parches nuevos en ropa vieja, no funciona el remiendo.
- Pero eso no es lo que dice, el que dice que estamos ante una nueva sociedad.
- Pues eso es lo que yo pienso. Si es que pensar vale para algo y no solo para calentarse la cabeza.
- Hombre si te desabrocharas la gorra, pues a lo mejor comprendería que no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita.
. Antes se decía “el que menos ambiciona”, pero a lo mejor hoy pues…
- Todo cambia. Por eso estamos en una nueva sociedad
- Que el parecer no es una sociedad nueva.
- Tanta monta, monta tanto.
- No. Isabel era Isabel, y Fernando era de Aragón. Con lo cual queda demostrado, que una cosa es ambicionar y otra necesitar.
- Entonces el que ha dicho eso…
- ¡Ah! Él sabrá por qué lo ha dicho.
- No seas malo.
- No. Si a mí ya me ha perdonado el cura.
Buenos días. y eso…Buenos días
