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Historia

1920: Meses de enero y febrero (I)

01-01-1920. Plaza y campo. De arribada forzosa, a causa del fuerte temporal de Poniente, llegó el vapor correo “Gandía”, que había marchado con rumbo a las menores.

03-01-1920. Los destrozos del temporal de Poniente. En el puerto botes desaparecidos
…En el muelle nos dieron cuenta de que a dos embarcaciones pesqueras dedicadas al arte de la luz, le faltaron las amarras, siendo empujadas por el viento, no obstante los esfuerzos que por volver al muelle Becerra, donde se hallaban fondeadas, hicieron sus tripulantes. Las referidas barcas de las que es dueño un individuo llamado Juan García, marcharon con dirección a la Restinga, sin que se sepa de modo cierto si consiguieron llegar a dicho punto o a Chafarinas.
Otras embarcaciones también sufrieron las roturas de las amarras, pero pudieron reforzarlas, aproximándose al muelle Militar, situado frente a la Compañía de Mar. El viento es duro del Oeste, mar gruesa del mismo, según nota facilitada por el práctico mayor de este puerto don Roberto Orell.

04-01-1920. El temporal de Poniente….Por lo que se refiere al puerto, ayer se recibieron noticias de la Restinga, dando cuenta de haber arribado a dicho lugar, las embarcaciones pesqueras que sufrieron la rotura de las amarras, de cuyo accidente dimos cuenta en nuestro número anterior.

11-01-1920. Uno de los héroes de Baler. Destinado a los hospitales militares de esta plaza, ha llegado el bizarro y culto comandante médico don Rogelio Vigil de Quiñones y Alfaro, uno de los héroes de Baler (Filipinas).

Como se recordará, el comandante Vigil y el hoy coronel de la escala de reserva don Saturnino Martín Cerezo fueron de los pocos supervivientes del sitio de Baler, página gloriosa de nuestra historia militar en aquellas lejanas tierras. Reciba el bravo comandante Vigil nuestro afectuoso saludo de bienvenida.

12-01-1920. En la mañana del lunes 12 ocurrió un accidente que por fortuna no tuvo graves consecuencias que en un principio se creyó. Aproximadamente a las nueve y media salió de uno de los hangares del aeródromo instalado en Zeluán, en vuelo de instrucción, un aparato, tipo mixto, marcado con el número 3, con motor de una fuerza de 200 caballos, pilotado por el sargento de Ingenieros don Julio González, y como observador el sargento de Artillería don Julio Antón.

En los primeros minutos del vuelo nada anormal notaron ni en movimientos ni en el funcionamiento del motor; cuando, encontrándose cerca del puente que el Estado construye para el nuevo ferrocarril Sidi Sadik-Muluya, y a una altura aproximada de 100 metros, se paró de improviso el motor, empezando el aparato a descender con una velocidad vertiginosa. Gracias a la serenidad y pericia del piloto pudo planear y aterrizar, de una manera violenta, quedando el aparato en forma invertida y aprisionados sus tripulantes.

Inmediatamente salieron los autos al servicio del expresado aeródromo, que recogieron a ambos pilotos, siendo conducidos al hospital de esta Alcazaba, donde el director del mismo, teniente médico don Augusto Díaz Díaz, pudo apreciar haber resultado ileso el observador; no así el piloto que le fueron curadas una herida contusa en la región mentoniana y una erosión en el dorso de la nariz, ambas de pronóstico leve, siendo trasladado a su domicilio de ésta, donde continúa en satisfactorio estado. El aparato, que ha sufrido serios desperfectos, fue inmediatamente transportado en un camión a los talleres que hay instalado en el citado aeródromo, para su reparación.

Felicitamos de todas veras a los valientes aviadores. J.M.V.

30-01-1920. Plaza y campo. A pesar del fuerte viento que reinaba, elevóse ayer en el aeródromo de Zeluán, pilotando un “Havilland”, el Mayor de Aviación del ejército inglés Mr. Havilland, hermano del inventor de los aparatos de este sistema. Le acompañaba como observador, el capitán de Ingenieros don Pío Fernández Mulero. Con algunas dificultades, el aparato logró llegar a Nador, volando breve rato sobre dicho poblado.

Como continuara el viento, Mr. Havilland decidió aterrizar, lo que efectuó sin el menor contratiempo.

Si éste abonanza, hoy o mañana efectuará algunos vuelos sobre Melilla. Al día siguiente se efectuaron vuelos sobre Melilla.

02-02-1920. El lunes día 2 de febrero, volvieron a elevarse en el aeródromo de Zeluán, tres de los nuevos aparatos "Havilland", recientemente recibidos, que realizaron diversos vuelos sobre Melilla.

Uno de los aviones iba tripulado por el notabilísimo piloto Mister Havilland, Mayor de Aviación del Ejército inglés. Los demás eran Rentería, Villegas, Fernández Mulero (Jefe de la Escuadrilla), Perdomo y sargento de Ingenieros Sr. González.– Al tomar el mando de la Comandancia General de Melilla el General Manuel Fernández Silvestre (14 de enero de 1920), éste impulsó de forma extraordinaria, el Arma de Aviación creando nuevas Escuadrillas.

03-02-1920. Merecidas recompensas. Por el salvamento de dos tripulantes del bote “Ana”, que zozobró en las proximidades de Cabo de Agua, en 19 de octubre último, la Sociedad española de Salvamento de Náufragos, ha concedido la medalla de plata y ochenta pesetas en metálico a los indígenas Sidi Salas Ben Alal, Mustafá Ben Alal y Haddú Ben Mohamed Tayeb. La de bronce y cuarenta pesetas a José de Cara y a los indígenas Mohamed Ben Ulguader y Mohamed Ben el Arb y un expresivo voto de gracias al teniente de aquel destacamento don José del Pino, médico militar don Pedro Piquero y cabo de la Compañía de Mar, Mariano Fernández Hurtado.

03-02-1920. Aumenta el temporal de Levante. El temporal de Levante que desde hace varios días se deja sentir con extraordinaria violencia y que había amainado algo en la tarde del lunes, adquirió ayer mañana mayor intensidad, hasta el extremo de presentar ayer tarde el mar imponente aspecto. …A las ocho de la noche, una de las balandras que se hallaban en el puerto, la llamada “Ciudadelano”, azotada por el incesante oleaje, perdió una de las amarras y como corriese grave riesgo, comenzó a dar pitadas demandando auxilio…
…El peligro corrido por la balandra “Ciudadelano” pudo ser conjurado con el segundo anclete que facilitó la Compañía Española de Minas del Rif, pues el primero que se utilizó no fue bastante a contener el ímpetu del oleaje.

08-02-1920. Las minas de Guelaya. Una información interesante. Firmado por el culto capitán de Estado Mayor don Alfonso Rey Pastor, encontramos en la notable revista "Ibérica", órgano del Observatorio del Ebro, detallada información acerca de los yacimientos metalíferos de esta provincia rifeña. Comienza el estudio por la exposición de antecedentes, otras cuencas mineras, de la legislación minera de Marruecos, bosquejo geológico de la región, terrenos primitivos, primarios, secundarios, terciarios, modernos y rocas hipogénicas modernas.

Habla de los criaderos de hierro del Monte Uixan, de la Axara, coto "Navarrete" y por último de las minas de plomo y zinc de la Compañía Norte Africano. Avalora el texto una serie de croquis y fotograbados de la importante cuenca minera de Beni Bu Ifrur. El capitán Rey, contribuye con su trabajo á vulgarizar el conocimiento de estas regiones, calificadas de muy pobres por los enemigos de la empresa africana.

11-02-1920. Dos pailebot se pierden en la rada. Muchos barcos de vela esperaban el momento de ser descargados. Las balandras “Alegría” y “San Vicente” hicieron juntas el viaje desde Barcelona, con 45 toneladas de cemento; la primera para don Jaime Roldó y 55 la segunda, con destino a la Compañía Española de Minas del Rif, en total hay 18 barcos, incluyendo los de menor y mayor porte. Los pesqueros hallaron abrigo en la dársena inmediata al muelle Becerra; otras se aproximaron al muelle militar. Cuando zarpó el correo, algunos de estos barquitos consiguieron entrar en la dársena del muelle Villanueva.

Las tripulaciones fueron conducidas a tierra, excepción hecha de la del “Carmen”, que se creyó segura. Las amarras de todos los barcos quedaron reforzadas. A las diez de la noche cargó el temporal, del Este. Las corrientes y el oleaje, rompieron las amarras de proa de las balandras “Alegría” y “San Vicente”. Desde aquel momento se embistieron y embistieron también al “Carmen”, que se hallaba próximo. A las tres de la madrugada se iba a pique el “Alegría”. A las cinco, pidió auxilio la tripulación del pailebot “Carmen”, y el señor Vázquez, con bravos marineros de la Compañía de Mar, los trajo a tierra.

El balandro “San Vicente” se hallaba en situación muy crítica y se pensó en darle remolque, avisándose al ingeniero de la Compañía Española don Alfonso Gómez Sousa, que ofreció el remolcador; más cuando se disponía a salir se hundió el “San Vicente”. Lo que dicen los marinos. Hemos hablado con algunos capitanes y patronos de barco, y todos juran y perjuran no volver durante el invierno a Melilla, aun cuando les paguen los fletes a precio de oro. Y llegan a más: se proponen hacer propaganda entre sus compañeros, en vista de los peligros, cada día mayores, que aquí corren.

El flete del pailebot “Carmen” es muy elevado. Resulta la tonelada de azúcar recargada por este concepto en 63 pesetas, cuando los buques, desde Barcelona, donde proceden, la factura a 40. La huelga marítima ha obligado a recurrir a la marina de vela. Si es Nordeste, hay una catástrofe. La gente de mar, comentando lo ocurrido decía, que si en vez de cargar el tiempo del Este, es de Nordeste, no queda un velero sano y hubiese ocurrido una verdadera catástrofe marítima. Las tripulaciones de los barcos hundidos. He aquí los nombres de los marinos que navegaban a bordo de los dos veleros hundidos en el puerto.

Balandra “San Vicente”, patrón don Esteban Domingo; marineros Mariano Foich, Bautista Márquez, Cristóbal París, Gregorio Paris Cerdá. Balandra “Alegría”, Patrón, don Francisco Martí; marineros, José Paniagua, Guillermo Muñoz Hernández y Guillermo Muñoz Martínez.

Ambos son de la matrícula de Barcelona y procedían de Tarragona. La carga está asegurada, pero el barco no. Hicieron el viaje juntos, remolcando el “San Vicente” al “Alegría” por disponer de motor, y unidos han perecido.

Los consignatarios en esta plaza de dichas embarcaciones son, respectivamente, don Rafael Álvarez y don Juan Avilés.– Al mediodía del sábado 14 de febrero de 1920, se produce un accidente de Aviación en el aeródromo de Zeluán, a consecuencia del cual resultaron gravemente heridos el piloto teniente de Caballería Santiago Villegas y el observador capitán Antonio Perdomo.

Estos, tripulando uno de los aparatos Havilland, efectuaron diversos vuelos, y cuando decidieron aterrizar, entraron en el campo en viraje cerrado tan cerca del suelo, que el avión chocó con éste volcando violentamente saliendo despedidos.

Santiago Villegas resultó con intensa conmoción cerebral, fractura de los huesos de la nariz, con hundimiento de la misma, y de la órbita derecha, y contusiones en distintas partes del cuerpo, siendo calificado su estado de muy grave (El 27 de junio de 1921 murió en las cercanías del aeródromo de Cuatro Vientos a consecuencia de un accidente aéreo. Contaba 27 años de edad, era natural de Burgos y obtuvo el título de piloto en mayo de 1918).

Las heridas de Antonio Perdomo, se las produjo al chocar violentamente con el soporte giratorio donde va colocada la ametralladora, en el momento de volcar el avión.

Perdomo reputado como uno de los mejores aviadores de nuestro Ejército, había desempeñado importantes servicios. No era este el primer accidente de Perdomo, pues en el año 1918, en ocasión de efectuar vuelos en un avión Lohner sobre el aeródromo de Cuatro Vientos, por una avería, hubo de aterrizar violentamente contra el suelo sufriendo heridas de bastante consideración en el pecho y rostro.

Hace poco tiempo que contrajo matrimonio, encontrándose en Melilla en unión de su esposa, desde primeros de año. El arrojado aviador pudo recuperar el conocimiento en las últimas horas de la noche. El teniente Villegas fue curado de una luxación hacia atrás de la articulación coxofemoral, siendo preciso cloroformizarle para reducírsela, ligera conmoción cerebral y dos heridas contusas leves, en el labio y la nariz. Su estado fue calificado de pronóstico reservado.

Primeramente fueron curados en la enfermería de Zeluán, siendo conducidos inmediatamente al hospital Docker de Melilla, en el automóvil del aeródromo, acompañados por el capitán aviador Sr. Rentería. En la sala de oficiales de dicho benéfico establecimiento, de la que es jefe el comandante médico señor Sorni, fueron curados nuevamente por el referido doctor, el comandante médico Sr. Herranz, y los tenientes médicos señores Sainz de la Maza y Valdecasas.

A última hora de la noche les fue practicada otra cura por el director del Hospital Sr. Conejo y los expresados facultativos. El señor Villegas, había experimentado bastante mejoría. También mejoró ligeramente dentro de su estado de gravedad, el señor Perdomo. El Comandante General de Melilla Manuel Fernández Silvestre era informado constantemente sobre el estado de los heridos.

Pasadas varias semanas desde el accidente los pilotos evolucionaron satisfactoriamente de sus heridas. El avión "Havilland" tuvo desperfectos de consideración, especialmente la hélice y alas… (Continuará)

Bibliografía…. El Telegrama del Rif

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