Melilla y Ceuta, cerradas al tráfico aéreo de pasajeros desde prácticamente el inicio del estado de alarma, han registrado un total de 316 vuelos sanitarios, dedicados sobre todo al transporte de muestras de COVID-19 y al de pacientes que tienen que ser derivados para recibir tratamiento en la península. De esas 316 operaciones, 124 corresponden al aeropuerto de Melilla, lo que supone casi tres diarios en los 44 días de restricciones al transporte para contener el coronavirus, según han informado a MELILLA HOY fuentes de Aena.
Una orden del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana prohíbe desde el 17 de marzo la realización de vuelos en el aeropuerto de Melilla y el helipuerto de Ceuta con otras infraestructuras de este tipo situadas en el territorio nacional, excepto a las aeronaves de Estado, vuelos exclusivamente de carga, vuelos posicionales, humanitarios, médicos o de emergencia.
Desde el 16 de marzo hasta el 30 de abril, el aeropuerto de Melilla ha operado 124 vuelos sanitarios, de los que 40 movimientos fueron con pasajeros y muestras, 38 solo con muestras, 36 solo con pacientes y 10 ambulancias posicionales. También ha gestionado 34 vuelos militares, algunos de ellos con material sanitario.
La media de vuelos sanitarios en esta pandemia es superior en el aeropuerto de Melilla respecto a lo habitual. Por ejemplo, el año pasado, nuestro aeropuerto operó 768 vuelos ambulancia, una media de algo más de dos cada día. En estos 44 días de vigencia de la orden ministerial, esa media sube a 2,8.
Por su parte, el helipuerto de Ceuta ha operado en ese mismo periodo un total de 192 movimientos, dentro de las excepcionalidades contempladas en la orden ministerial, de los cuales 156 han permitido el desplazamiento de enfermos oncológicos a través de conexiones diarias con el helipuerto de Algeciras, una operativa realizada por la compañía Hélity.
El helipuerto de Ceuta también ha registrado en este tiempo 36 vuelos ambulancia del Ingesa registrados hasta el último día de abril y operados por la UTE Hélity-Eliance.
Instalaciones básicas
Las mismas fuentes subrayan el papel importante que están desempeñando tanto el aeropuerto de Melilla como el helipuerto de Ceuta como instalaciones básicas para controlar la pandemia y salvar vidas, además de para consolidar la vertebración del territorio, en un momento en el que los viajes de pasajeros tanto por mar como por aire están restringidos en ambas ciudades autónomas.
En el caso del aeropuerto de Melilla, la operación que desarrolla permite la salida y llegada diaria de las pruebas PCR para detectar el COVID-19 para su análisis en el Instituto de Microbiología Carlos III de Madrid.
El aeropuerto, por lo tanto, es la llave para controlar la evolución de la pandemia en todo el territorio. Si la infraestructura no facilitara la rápida salida y llegada cada día de la semana de la avioneta del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) con las muestras, no se conocería con la premura necesaria la evolución de la pandemia y, en consecuencia, se dificultaría su control.
En la ciudad hermana de Ceuta, su helipuerto atiende a diario el traslado de pacientes oncológicos que deben seguir su tratamiento en Algeciras. Operaciones que se suman, en ambas infraestructuras, a los vuelos ambulancia, evacuaciones de urgencia de enfermos en cualquier momento y día.
Un cordón umbilical con la península
Las infraestructuras de Aena en ambas ciudades autónomas se han convertido, por lo tanto, en un cordón umbilical con la península que salva vida a diario, porque a pesar de que están sometidas a las mismas restricciones derivadas de la orden ministerial que cerraba los territorios para controlar la pandemia, las dos siguen funcionando para excepciones que salvan vidas y para las que están preparadas en todo momento, ya que no hay horarios para la operación de estos vuelos sanitarios.
