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Jesús Blasco, brillante ganador del Premio ‘Padre Arrupe’ a los Derechos Humanos

Jesús Blasco, en su etapa de delegado en Melilla de informativos Telecinco

El periodista melillense Jesús Blasco de Avellaneda es desde ayer martes el nuevo ganador del ‘’Premio ‘Padre Arrupe’ a los Derechos Humanos en la categoría de Periodismo y Comunicación, tras superar en la final de esta segunda edición al catalán Jesús Martínez Fernández. El premio, convocado por el Instituto Universitario de Estudios sobre las Migraciones (IUEM) de la Universidad Pontificia de Comillas, reconoce a personas e instituciones que destaquen por su labor en la defensa y promoción de los Derechos Humanos en el ámbito de las migraciones y el refugio, en el terreno del periodismo y la comunicación.

Jesús Blasco de Avellaneda, con una amplia trayectoria a sus espaldas, es un referente internacional en el trabajo periodístico sobre migraciones y refugio. Sus trabajos se han publicado en los más importantes medios de comunicación de todo el mundo y ha recibido importantes premios por ellos, entre los que destacan el Premio Nacional de Derechos Humanos y Periodismo 2013, el Premio Enfoque al Mejor Fotoperiodista Español en 2017 o las dos veces que resultó finalista en 2015 y 2016 al Premio José Couso de Libertad de Prensa.
-En primer lugar, enhorabuena por el Premio Padre Arrupe. ¿En qué consiste?
Muchas gracias. Los Premios ‘Padre Arrupe’ los organiza el Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones (IUEM) y la Universidad Pontificia de Comillas, y reconocen el mérito de personas e instituciones que destacan por su defensa y promoción de los Derechos Humanos, principalmente en materia de migraciones y refugio. Tienen dos categorías, una general y otra específica de Periodismo y Comunicación.
El premio nació el año pasado, como parte de la celebración del 25º aniversario del IUEM, que es uno de los centros de investigación de referencia en Europa en el ámbito de las migraciones y la cooperación al desarrollo.
El año pasado ganó Helena Maleno, en la categoría general, y la Fundación PorCausa, en Periodismo y Comunicación, mientras que en esta edición hemos ganado el Servicio Jesuita a Refugiados, en general, y yo, en Periodismo y Comunicación. Así que es la primera vez que se le concede a un periodista, lo cual me llena más de orgullo si cabe.
-¿Cuándo lo recibe?
Pues con todo el tema del confinamiento y la pandemia mundial se han tenido que modificar los planes a última hora y este año la ceremonia y entrega de premios se va a hacer virtual. Tendrá lugar el próximo miércoles 20 de mayo a las 18’00 horas y me han pedido que me ponga elegante y que me prepare un discurso, así que tendré que ponerme ya manos a la obra.
-¿Qué tipo de premio es?
Es un diploma muy bonito y una estatuilla que representa la figura del Padre Pedro Arrupe que tanto hizo por defender a los más pobres y que pronto, si Dios quiere, será beatificado, así que todo un privilegio.
-¿De qué trata el concurso?
No es un concurso y por tanto no he tenido que presentar ninguna obra. Es un premio que destaca la trayectoria. En mi caso, según he leído en el acta me premian por una larga trayectoria en defensa de los derechos de las personas más vulnerables, a través de mi trabajo como periodista.
-¿Cómo surgió la idea de hacerse periodista y concretamente de la rama de los derechos humanos?
Yo siempre he sido una persona muy creativa. Nunca me ha costado trabajo crear, siempre ha sido más una necesidad y un hobby que un oficio. He tenido siempre la necesidad de expresarme actuando, pintando, dibujando, diseñando, fotografiando, escribiendo… Siempre y desde muy chiquitito. Desde niño ganaba todos los concursos de dibujo, de poesía, de redacción. Y en la adolescencia descubro la fotografía y el mundo del periodismo y me engancha. Con 16 años ya empecé a publicar fotos en este Diario, en MELILLA HOY, y siempre le ponía unos textos explicativos a las fotos que llamaron la atención de Salvador Ramírez, que en paz descanse, y de Irene Flores. Además, siendo todavía menor de edad estuve unos meses escribiendo en MELILLA HOY y hasta hoy. He tenido épocas en las que me he centrado en ramas más artísticas o en la docencia y la investigación, pero ya no volvió a salir el periodismo de mi vida. La cantidad de reportajes que hacíamos con Telecinco entre 2002 y 2004, principalmente en Marruecos, me marcaron y me ayudaron a decantarme por el periodismo como profesión.

El tema de los derechos humanos llega sólo, no lo busco. Yo trabajaba mucho en Marruecos y hacía mucho periodismo social, internacional, de investigación, periodismo de frontera… Y poco a poco y dada la situación que se vive en Melilla, eso me fue llevando a destacar en temas humanos y ligados a las migraciones. El punto de inflexión llega en marzo de 2012. Yo trabajaba en El Telegrama y colaboraba con algunos medios nacionales, y en Melilla había un grupo de congoleños, de 52 congoleños que llevaban dos años encerrados en el CETI, muchos de ellos eran enfermos y la mayoría eran opositores al régimen de su país. Les prometieron que iban a ser trasladados a la Penínsulas para ser acogidos y les pegaron, los maniataron y sedaron, y les llevaron a todos a su país, donde la mayoría fueron encarcelados. Me llamaban llorando desde Congo y yo me sentí impotente. Pensé que las personas eran lo más importante y que yo debía ayudar a todo el que pudiera a través de mi trabajo, haciéndolo bien, contando siempre la verdad, llegando al fondo de las cuestiones, siendo altavoz de los silenciados. Me hice autónomo para ser libre y poder contar la verdad de lo que pasaba. He pasado muchas penurias, pero estoy orgulloso de la decisión que tomé.

-¿Actualmente qué hace?
Pues mi trabajo principal es el de redactor en Televisión Melilla, en el departamento de deportes desde hace 15 meses. Pero también hago vídeos y fotos para la agencia Reuters, hago trabajos de fixing y producción para televisiones y productoras de todo el mundo. Doy clases de articulismo en los institutos con la Fundación Manuel Alcántara. Colaboro con universidades, instituciones y organizaciones facilitando información, datos, imágenes. Y paso mucho tiempo en casa con mi hija y mi mujer, y con mi comunidad en la parroquia de San Francisco Javier. Esa es mi vida ahora.
-¿Por qué está centrado ahora en el periodismo deportivo y no en el de derechos humanos?
Después de muchos años centrado en el periodismo me he permitido el lujo de centrarme en mi familia, esa es mi prioridad. El periodismo es ahora mi trabajo, pero ya no es mi hobby ni lo principal en mi vida. Pero el periodismo es periodismo siempre que se haga bien, con vocación y con amor, sea deportivo, cultural o social. Además, si tiramos de hemeroteca, ya hace 14 años, fui premiado por la Federación Melillense de Voleibol por la información deportiva que publicaba como Director Territorial de Televisión Española en Melilla. También hace 15 años presenté la gala del deporte de la APDM, hace 21 años estaba haciendo fotos para agencias deportivas en el partido de Copa del Rey entre la U.D. Melilla y el Athletic Club que se jugó en el Álvarez Claro y un año antes de eso ya fui periodista acreditado en el París-Granada-Dakar.
-¿Qué metas se plantea?
Ser feliz, hacer feliz a mi mujer, poder ver crecer a mi hija, si Dios quiere poder tener más hijos y si Dios lo permite poder dedicarme a hacer fotos, escribir y contar historias muchos años más. Esas son mis metas. Todo lo demás, sí me planteo muchas cosas, siempre tengo miles de proyectos en mente, pero la mayoría nunca salen y ya voy teniendo cada vez más edad y menos salud, así que no me planteo grandes metas.
-¿Cuáles son los momentos más gratos que ha vivido en su profesión?
Muchos. Mi primer directo con Televisión Española, que fue en el juicio de la famosa ‘envenenadora de Melilla’. Mi primer trabajo como productor, que fue en noviembre de 2012 cuando produje el programa de Conexión Samanta ‘La vida en la frontera’. Cuando gracias a sacar la historia de Abdelaoui, un migrante que quedó parapléjico huyendo de la policía marroquí, le dieron un visado humanitario y salvamos su vida. Cuando fotografiando un salto en la valla, en Villa Pilar, me llamó mi mujer para decirme que estaba embarazada. He vivido momentos increíbles en España, Marruecos, Argelia, Italia, Brasil, Siria, Líbano, Turquía, Grecia…
-¿Y dentro de lo negativo, cuáles serían los peores momentos?
Pues también muchos. Me he encontrado con muchas trabas, muchas mentiras, mucho odio, mucho rencor, mucha cloaca estatal, mucho enemigo de la verdad y mucha envidia. El peor enemigo del periodismo es la mentira, la impostura y todo aquello que es espectáculo, política, marketing, juego sucio, entretenimiento, propaganda y lo intentan disfrazar de periodismo.
-¿A qué cree que se han debido tantas detenciones, a su espíritu reivindicativo y a su lucha por la justicia?
Evidentemente, el que se mete a Cristo acaba crucificado. Si copiara notas de prensa desde un despacho no me habrían perseguido. Pero es parte del buen trabajo periodístico. Supongo que la primera vez que fueron a por mí fue para silenciarme, por intentar esconder la verdad, por desacreditar mi trabajo y a mi profesión. Pero luego, una vez que te colocan en la palestra, el resto viene por añadidura. Al final eres una imagen, eres conocido y es más fácil machacarte y utilizarte de conejillo de indias. Se hizo un trabajo minucioso orquestado desde las cloacas del Estado para intentar desacreditarme y no lo consiguieron. La justicia, el tiempo y los hechos me dieron la razón, y luego años después gente muy importante me ha llamado para pedirme perdón por las injusticias que se hicieron contra mí y los míos, y yo he aceptado y agradecido esas disculpas.

Gran trayectoria profesional del periodista melillense
Jesús Blasco de Avellaneda nació en Melilla hace 39 años. Es periodista, fotoperiodista, camarógrafo y productor audiovisual. Ha sido director territorial de Televisión Española, delegado de informativos Telecinco, delegado de la Agencia Colpisa, corresponsal de Periodismo Humano y eldiario.es, fotógrafo y camarógrafo de las agencias EFE, France Presse, Associated Press y Reuters; proveedor habitual de fotografías y vídeos de Mediaset, A3Media, ZDF y ARD, así como colaborador de El Mundo, The Guardian o The New York Times, entre otros medios. Ha sido profesor de ‘Fotografía’ y ‘Periodismo social y ciudadano’ en la Universidad de Granada, profesor invitado de ‘Comunicación Social y Cooperación Internacional’ en la Universidad de Santiago de Compostela y profesor invitado de ‘Information and disinformation’ por la University of Washington. Director de los talleres de periodismo de la Fundación Manuel Alcántara en Melilla. Premio Nacional Derechos Humanos de Periodismo 2013; Premio Imagen del año 2014 de El Mundo; Tercero en el Premio Nacional de Fotoperiodismo 2015 y finalista en 2016, 2017 y 2018; finalista en 2015 y 2016 del Premio José Couso de Libertad de Prensa y de los III y IV Premios Enfoque de Periodismo a Mejor Periodista; Premio Enfoque de Periodismo al Mejor Fotoperiodista Enfocado; posee una medalla de oro de la GPU y cinco medallas de oro de la FIAP.

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Antonio Calderay

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