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La página de Robles

La vuelta al mundo del COVID-19 (VII) Los otros impactos sobre la salud del COVID-19

La curva epidémica parece por fin mostrar una tendencia hacia su control, aunque pendiente de las repercusiones potenciales de las medidas adoptadas, y recalco lo de parece por la controversia existente en la fidelidad de los datos (según las propias fuentes de los mismos); aquella muestra en sus componentes-es cierto que de forma lenta, pero progresiva-una tendencia descendente en sus datos negativos ( nuevos infectados, ingresos -hospitalarios, en U.C.I.-, fallecidos), y ascendente en los positivos (curados, tests realizados,..).
La amortiguación de las condiciones del confinamiento ha empezado, y con ello el necesario mensaje para la población, de que se está controlando la epidemia en España, toma fuerza; sin embargo, la situación real no parece darle la razón al Mtro. Illa, al menos con la rotundidad que se da. Sirvan de ejemplos la estabilización o vaivén del número diario de nuevos casos y de muertes, o la incomprensible situación del contagio en personal sanitario, que en España suponen el 22% del total de los casos-en Melilla es del 30%-; pero lo que es insoportable e inasumible, es que hoy más de 3 de cada 5 nuevos contagios se den en este colectivo (afortunadamente en Melilla la tendencia parece contraria).

Pero hoy quiero poner el foco de atención, en los efectos-llamémoslos indirectos-del coronavirus (CRNV) sobre la salud, pues los directos son más conocidos, y sin embargo los indirectos no lo son tanto; pero lo que puede ser peor, es que no se conoce aún-públicamente al menos- estrategia para afrontarlos, al menos yo la desconozco.

Este impacto indirecto sobre la salud, obedece a que el coronavirus ha ejercido un efecto centrípeto sobre sí-y aún lo ejerce-del dispositivo asistencial, tanto por acción al redistribuir los recursos para hacer frente a la crisis, como por omisión al suspender gran parte de otro tipo de asistencias, para evitar focos de contagio.

Para comprender mejor estos efectos, se pueden agrupar según el nivel asistencial de referencia, así en la Atención Primaria, y por la necesaria reorganización de recursos, los diferentes programas de salud se han ralentizado sino cesado, excepto el dirigido a embarazadas y niños, o .a salud dental. En Asistencia Especializada, la repercusión es global, y se han originado demoras en todas las actividades– sobre todo en consultas externas, pruebas diagnósticas y actividad quirúrgica-, manteniendo la actividad áreas no demorables como la oncología, la obstetricia o la diálisis.

Un detalle a resaltar, en Urgencias hubo en la primera fase un descenso del acceso de episodios no indicados, pero ya ha empezado a recuperarse el mal uso de Urgencias tantas veces denunciado, y con ello la demora de una adecuada y rápida atención a los cuadros realmente urgentes.; es imprescindible que la ciudadanía haga un examen de conciencia y se responda francamente porqué en abril pudo hacer un uso racional de las urgencias, ¡con limitación en Atención Primaria!, y ahora se está volviendo a la “normalidad” de saturar los servicios hospitalarios, con cuadros no urgentes. Nuestra salud lo agradecería.

Tomando la edad como referencia, y sin ánimo de ser exhaustivo, sirva de ejemplo la singular afectación de la salud infantil por el CRNV, que ha supuesto el descenso de las vacunaciones del Calendario Vacunal, y así lo recoge la propia Asociación Española de Pediatría. El hecho se debe al menos a dos componentes, uno propiciado por el propio Ministerio de Sanidad al señalar como preferentes o prioritarias determinadas vacunas, con el fin de prevenir el contagio en los propios centros sanitarios; el otro es debido al retraimiento de los progenitores, por temor-a pesar de todo garantía y/o consideración-a acudir a los centros de vacunación.

En edades posteriores, fundamentalmente adultos y mayores, las enfermedades crónicas y sus brotes agudos, tienen y van a tener en un futuro corto, una incidencia elevada; así se pueden citar las cardiovasculares-sobre todo la isquemia cardíaca y la hipertensión arterial-, la diabetes y dislipemias (hipercolesterolemia). En los mayores, además de las citadas tienen especial incidencia las consecuencias de la falta de movilidad padecida, o la falta de movilización de los pacientes inmovilizados en sus domicilios.

En ambos grupos de edad, un punto aparte merecen las patologías mentales, con diversa morfología pero con mayor incidencia de episodios de estrés y depresivos, los cuadros ligados a drogas de abuso-incluídos el alcoholismo y el tabaquismo-, y de las autolesiones.

En definitiva, un panorama que un compañero resumía en la frase que todos los profesionales piensan íntimamente: van a morir más personas por la repercusión del CRNV sobre el aparato asistencial, que por la enfermedad que causa (COVID-19). En mi opinión, es imprescindible el preveerlo y establecer una hoja de ruta hacia la normalización asistencial en Melilla, y no dudo de que los responsables estarán en ello.

Sirva como resumen del impacto del CRNV en la salud-sobre el eje del tiempo-, la imagen adjunta citada por el dr. Ángel Abad en su blog “saludydoshuevosduros” (tomada a su vez del blog Economía y Salud. @VectorSting. Adaptación de Escarlata Almenar).

Por ello y voy al objetivo de esta colaboración, es destacar que para afrontar este otro mazazo de la epidemia, a mi juicio hay que prepararse para actuar a dos niveles, el primero es la vuelta a la normalidad asistencial en cuanto sea posible, recuperando horarios y programas, y mejorando las demoras; el segundo es el refuerzo de personal necesario para paliar la situación existente-actualmente obligada, pero que en corto plazo de tiempo no lo será-, y para ello es posible que no sean suficientes la voluntad y disposición al trabajo de nuestros profesionales, de los que no tengo duda alguna, así como de su esfuerzo y capacidad.

Un detalle relevante es que a finales de mayo acaban su formación los residentes de último año en Melilla, tanto de M.I.R. ( médicos de familia) como de E.I.R. ( matronas), y ya es seguro que la incorporación de los residentes de primer año no será antes de Septiembre, por lo que dejarán un plazo de 4 meses sin cubrir al menos; a ello se une la dura pugna que ya existe entre servicios de salud, por conseguir sus servicios-al menos me consta para los MIR/R4-. Por ello, si es posible, y comprendiendo las dificultades que pueden existir, hay que ofertarles la posibilidad de continuar en Melillla, cuanto antes y en condiciones atractivas o competitivas frente al resto de C.C.A.A..

Y un apunte final sobre este tema, todas las fuentes reputadas-incluidas las del propio Ministerio de Sanidad-, cifran como punto clave el nivel de Atención Primaria, tanto para basar la desescalada como para frenar futuros rebrotes. Para ello creo imprescindibles la adecuada dotación de personal-y su formación-, y de material de protección.

Nota.- Hoy es día de felicitarnos porque Melilla, junto a media España-el 51% de su población-, mañana pasará a la fase 1, con lo que ello implica para la actividad socioeconómica; y se debe felicitar también a las personas y/o cargos que desde su función y/o responsabilidad lo han logrado. Y a la ciudadanía le digo que no se debe de bajar la guardia (las medidas de higiene, distancias y uso de mascarillas), porque el bicho no se ha ido!

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