Hoy hemos escogido este título, “Puerta del Cielo”, de los muchos que se otorgan a la Virgen María. Con él queremos tener un especial recuerdo a todos las personas fallecidas por esta cruel enfermedad.
Nada hacía presagiar hace unos meses lo que ahora estamos viviendo. Muchas son las familias que a día de hoy lloran la pérdida de seres queridos. A ese dolor hay que sumar el no haber podido disponer de un momento junto a ellos, asir su mano, decir ese último adiós, dar el último beso. Tristemente no ha sido posible despedirse.
A Nuestra Madre y Protectora, Virgen de la Victoria, Patrona Coronada y Alcaldesa Honoraria Perpetua de Melilla la invocamos para que a través de su Divina Intercesión se abran de par en par las Puertas del Cielo y reciba a estos hijos suyos que tras lucha incansable contra el mal que les aquejaba, éste les ganó la batalla.
Tu siempre has estado ahí, escuchando nuestras plegarias, protegiéndonos con el mismo cariño que portas a tu Bendito Hijo.
¡Recíbelos Madre! y mira con ojos benevolentes a sus familiares. Que tu imagen sea bálsamo que calme el dolor ante tan gran pérdida. Infunde en ellos la fuerza y el ánimo que precisan.
Oremos a la Virgen de la Victoria, como Puerta del Cielo:
Madre mía
Puerta del Cielo
Paso perfecto que nos conduce a Jesús
Sendero luminoso que protege mi caminar
Déjame acercarme a ti con paso confiado
Ilumínate para que pueda verte en lo oscuro
Déjame extender mi mano y tomar seguro la tuya
Ayúdame a atravesar este valle de dolor
Y condúceme con la mirada en alto
Con los ojos puestos en tu Hijo
A quien tú nos conduces como propósito de vida
Porque para eso fuiste creada por El Padre
Para ser Puerta del Cielo
Puerta hacia Dios
Y es por eso Madre que en ti y por ti hoy grito
¡Abre la Puerta!
¡De par en par, abre la Puerta!
