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Los vigilantes del CETI alertan de la “difícil situación” que se vive en el centro con los tunecinos

En declaraciones a este Diario, la representación de trabajadores del colectivo de seguridad del CETI califica de “difícil la situación” que están viviendo en el centro, agravada por el confinamiento debido al actual estado de alarma, y apostilla que entre el “hacinamiento y la cuarentena obligatoria es fácil que se cree cualquier tipo de disturbio”. Alertan de que se producen altercados a diario y de que los inmigrantes tunecinos “ya no atienden a las normadas”. Aseguran los vigilantes de que el colectivo tunecino es consciente de la situación “y lo está aprovechando en su beneficio”. Señalan que los tunecinos han estado de huelga en diversas ocasiones durante el estado de alarma “haciendo muy difícil la convivencia con el resto de residentes que, por el contrario, están totalmente solidarizados y concienciados en la lucha contra el covid-19”.

Insultos y peleas
“Los insultos y vejaciones hacia los vigilantes de seguridad son constantes, son casi a diario”, y el motivo es que son “la principal fuerza de reacción y la que limita e impide las conductas contrarias a las normas del centro”. Relatan estos trabajadores que de forma constante los servicios de seguridad sorprenden a los tunecinos “fumando hachís, cocinando con fuego en el interior de las carpas donde habitan, saltándose las largas colas del comedor; creando incomodidad con el resto de residentes que habían esperado su turno de forma correcta, y en algunas ocasiones han llegado fuera del horario de cierre de comedor exigiendo su apertura”.

También se originan “trifulcas en el seno del colectivo tunecino, debido a la división entre los que no quieren seguir la senda de disturbios y huelgas y los que sí”, y todo esto se produce porque “desean el traslado inmediato a la península”.

La representación de los vigilantes señala que el servicio de seguridad “está asumiendo una fuerte carga psicológica ya que son diez efectivos para un total de 1.600 residentes, y al ser la fuerza de reacción primaria, solventamos la mayoría de los disturbios o problemas de forma interna con diplomacia y mano izquierda”.

Además, el servicio de vigilancia se convierte en el máximo responsable directo del centro entre las 22:00 y las 07:30. En ese periodo “se valoran alertas médicas y se evacua a los residentes en taxis o ambulancias según la gravedad, e incluso antes del estado de alarma, en la normalidad, también se han encargado de reubicar de forma primaria a los nuevos inmigrantes llegados en patera o saltos masivos así como la entrega de los primeros ropajes o mantas para su descanso durante esta franja horaria”.

Altercados del domingo
Uno de los últimos altercados en el centro se vivió el domingo. Según relata esta fuente, los vigilantes de seguridad fueron alertados por el servicio de limpieza de que el colectivo tunecino “se negaba a abandonar las carpas donde habitan para proceder a su limpieza, y que les insultaban y amenazaban”. A la llegada de los vigilantes de seguridad se disipan los que protestaban, pero continúan los insultos en árabe ahora hacia estos trabajadores.

La situación se fue caldeando y un grupo de tunecinos intentó entrar de nuevo a las carpas a la fuerza. En el intento, “rompieron una de las lejas de la puerta de acceso a la carpa, y una vez dentro, graban su propio caos para dar la imagen de que viven en pésimas condiciones”. Los vigilantes aseguran que los tunecinos “son un colectivo incívico respecto a la higiene en el interior de las carpas”.

Estos trabajadores explican que a diario se procede a la limpieza de estos espacios pero “este colectivo la dificulta constantemente porque quieren seguir durmiendo a las 10:00 y temen que se les retiren alimentos que han adentrado de forma ilegal en el centro mediante lanzadera por la valla”.

Los altercados irán a más, advierten
Afirman los trabajadores que la situación es “tan tensa en el CETI” que están seguros de que este tipo de hechos “volverán a producirse, porque son constantes los conatos de agresividad y peleas en el centro porque los ánimos están caldeados” entre los inmigrantes. Dicen que los inmigrantes “ya no atienden las normas del centro” y que en especial los tunecinos “hacen cosas que ningún otro colectivo ha hecho en el CETI, como hacer fuego en las carpas, que está prohibido para hacerse de comer, con la excusa de que están de Ramadán, pero se genera humo y es peligroso”. “Tenemos que tener mucha mano izquierda, ir una y otra vez para calmar los ánimos, tranquilizarles, explicarles las cosas que no pueden y no deben hacer, pero esto va a más”, explican.

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J.A.M

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