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Más separados que por la distancia social

El plan de ayudas, que la propia consejera de Hacienda llegó a calificar como “el más ambicioso del país”, solo fue defendido por ella misma en el seno del Gobierno, y con el único apoyo del presidente de su partido, Mustafa Aberchán, que no forma parte de él Hacía mucho tiempo que los melillenses no veían a sus representantes en acción. Ayer, tras más de dos meses desde que se decretara el estado de alarma por la pandemia, los diputados volvieron a verse las caras en persona para celebrar un pleno y varias fueron las diferencias que pudieron leerse entre líneas durante el debate. Una de ellas, que a los miembros del Gobierno tripartito les separa mucho más que los dos metros del distanciamiento social que ayer obligó a trasladar los escaños del Salón de Plenos al Salón Dorado.
Porque, aunque los tres partidos votaron juntos a favor del Plan de Ayudas a Empresas y Familias y los movimientos económicos que requiere su financiación, en el debate se pudo ver la total soledad de Coalición por Melilla, autor de esta batería de medidas desde la Consejería de Hacienda, Economía y Empleo que lidera Dunia Al-Mansouri.
El PSOE, segundo socio del Gobierno, y el solitario diputado de Ciudadanos podrían haber tomado la palabra también para defender ese plan y la gestión que se está haciendo para hacer frente a la pandemia, como hacían meses atrás uniendo fuerzas contra el PP. Pero a los socialistas ayer solo se les escuchó 5 minutos a través de su portavoz, Francisco Vizcaíno, que en un tono muy conciliador tendió hasta en tres ocasiones la mano al PP en su llamada a la unidad para hacer frente a la pandemia. A De Castro ni siquiera se le escuchó para emitir su voto, aunque el secretario de la Asamblea se lo contabilizara como favorable al Gobierno.
Por lo tanto, el plan, que la propia consejera llegó a calificar como “el más ambicioso del país”, solo fue defendido por ella misma en el seno del Gobierno, y con el único apoyo del presidente de su partido, Mustafa Aberchán, que no forma parte de él, como ayer se encargó de recordar nuevamente ante las acusaciones del PP de ser “el presidente de facto”.
Ni siquiera el diputado no adscrito, que no independiente como algunos lo etiquetan para blanquear su transfuguismo, abrió la boca para defender nada de lo que el Gobierno puso ayer sobre la mesa de debate, ni siquiera para explicar las razones de su voto a favor. Una hora después de que se levantara la sesión lo hizo en un comunicado de prensa en una muestra más de desprecio a las instituciones. Es en el escaño donde toca y cuando toca hablar. Pero lejos de aprovechar sus tiempos de palabra, Jesús Delgado Aboy asistió impasible al debate para después decir en un papel lo que no había sido capaz de expresar en la Asamblea de todos los melillenses, incluidos aquellos que le votaron bajo las siglas de Vox.
Por lo tanto, Coalición por Melilla se quedó solo ayer y, en su defensa, volvió a hacer uso por momentos de un tono algo desesperado frente a un adversario, el PP, que repartió fuerzas entre tres de sus diputados e intentó desgastar un poco más los puentes de unión de los socios del Gobierno proponiendo que el dinero que se iba a destinar a la Consejería de Distritos (CpM) en el plan de ayudas pasara a la de Políticas Sociales (PSOE) a cambio de su voto a favor.
Aunque la oferta no fue aceptada, se podría decir que algo de efecto tuvo por la reacción de CpM, que sacó en el último turno de palabra, ya sin posibilidad de réplica, una supuesta oferta de pacto por parte del PP que éste desmintió después en Twitter. Quizá, de esta manera, como sucede con las relaciones sentimentales rotas, Aberchán intentaba recuperar el apego de sus socios, bastante dañado a la vista de todos durante esta pandemia.

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