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El aeropuerto hace un estudio topográfico piloto con un dron durante el estado de alarma

Los vuelos se realizaron, aprovechando la reducción del tráfico aéreo, a 55 metros sobre el nivel del suelo y con una velocidad de 6 metros por segundo, lo que permitió hacer una fotografía cada 2 segundos

El aeropuerto de Melilla ha realizado un estudio topográfico piloto con un dron aprovechando las restricciones de tráfico del estado de alarma por la pandemia, lo que le ha permitido obtener planos topográficos aéreos que servirán de base para cualquier obra futura en las instalaciones, tanto en el edificio terminal como en la plataforma y pista. Según han informado fuentes de Aena, se trata de un proyecto piloto que se ha llevado a cabo en el marco de la estrategia ‘Aeropuerto Aena 4.0’ para comprobar las nuevas funcionalidades que aportan estas aeronaves no tripuladas RPAS (Remotely Piloted Aircraft) en distintos entornos del aeropuerto melillense.
Estos vuelos fotogramétricos con RPAS se realizaron durante varios días para obtener un plano detallado y preciso de todo el entorno aeroportuario, configuración y obstáculos, que servirá de base para la realización de cualquier proyecto futuro en el aeropuerto.
Con este proyecto piloto en el recinto aeroportuario, tanto en zona aire como en zona tierra, la infraestructura de Aena se coloca a la vanguardia en contar con planos topográficos aéreos para usar en cualquier obra necesaria en las instalaciones, tanto en el edificio terminal como en la plataforma y pista.
Este tipo de trabajos aéreos posibilita la toma de fotografías aéreas cenitales, es decir, totalmente verticales, que permiten, además de recabar todo tipo de información visual, elaborar los planos necesarios para cualquier tipo de proyecto, estudios de superficies, alturas, etc., del entorno aeroportuario.
Para su obtención, se requiere de una planificación técnica inicial, con la que se estudian todos los parámetros de vuelo, como la velocidad, la altura, etc.y, una vez establecidos los parámetros iniciales, se consigue el recorrido que el dron deberá realizar para sobrevolar toda la superficie del aeropuerto y la dirección de las pasadas.
En esta ocasión, la altura elegida para realizar el vuelo fotogramétrico fue de 55 metros, aproximadamente, sobre el nivel del suelo, a una velocidad de 6 metros por segundo y una dirección de las pasadas perpendiculares a la pista de aterrizaje, lo que permitió la realización de una fotografía cada 2 segundos, con un solape entre ellas.

Bajo control continuo
Aunque este tipo de operaciones aéreas se realiza de forma totalmente automatizada, todos los vuelos estuvieron bajo el control continuo del piloto José Manuel Fernández García, haciendo seguimiento de la operación aérea, de las pasadas del dron y del viento predominante.
Además, se hizo en contacto permanente con el responsable del control del tránsito aéreo del aeropuerto de Melilla, ya que el vuelo del dron se interrumpía ante las necesidades de cualquier aeronave tripulada.
Los vuelos con dron se han llevado a cabo por el operador aéreo local de drones Melicien, autorizado por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) para la realización de operaciones aéreas especializadas con aeronaves pilotadas por control remoto en el espacio aéreo controlado de Melilla, aglomeraciones de edificios y entorno aeroportuario del aeropuerto de Melilla.
La utilización de aeronaves no tripuladas o RPAS, así como otras ideas innovadoras que se encuentra desplegando Aena, constituyen “una baza emergente” para la organización, cuyo objetivo es promover el uso de soluciones tecnológicas que hagan más eficientes los procesos y servicios de aplicación en el entorno aeroportuario.

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Redacción

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