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Carta del Editor

YO ACUSO (Carta abierta al delegado del Gobierno en Melilla)

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"Yo dirijo esta carta mía de hoy al delegado de nuestro Gobierno en nuestra ciudad. Yo acuso a la persona que dirige la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil en Melilla y/o a quien le mande, parafraseando a Zola, le acuso como espíritu de mala eficiencia social, como persona que acaba de lanzar falsas acusaciones, sin fundamento alguno, por, según él o quien le mande, "presuntos delitos de apropiación indebida, contra la Hacienda Pública y tráfico de influencias" contra cinco personas absolutamente inocentes cuyo único "delito" ha sido ser miembros, sin cobrar ni un sólo euro, de la Junta Directiva de un Club Deportivo sin ánimo de lucro, cargo ejercido con el único deseo de aportar su ayuda a una gratuita y desinteresada labor para intentar mejorar esta Melilla que tan necesitada de ayudas está.

"Señor: ¿Me permitís que, agradecido por la bondadosa acogida que me dispensais, me preocupe por vuestra gloria y os diga que vuestra estrella, tan feliz hasta hoy, está amenazada por la más vergonzosa e imborrable mancha?… ¡Pero qué mancha de cieno sobre vuestro nombre puede imprimir este abominable proceso Dreyfus!… Un hombre nefasto ha conducido toda la trama, el comandante, hoy coronel, Paty de Clam….Yo acuso al coronel de Clam como laborante del error judicial (y le recuerdo que cuanto más duramente se oprime la verdad, más fuerza toma, y la explosión será terrible)… Y le acuso como espíritu de mala eficiencia social".

Son estos, extractos de la carta abierta que el escritor francés Emile Zola dirigió al presidente de la República, M. Félix Faure, en favor del capitán, judío, Alfred Dreyfus, injustamente juzgado y condenado, carta que fue publicada en primera página por el diario L'Aurore, el 13 de enero de 1898.

Yo dirijo esta carta mía de hoy al delegado de nuestro Gobierno en nuestra ciudad. Yo acuso a la persona que dirige la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil en Melilla y/o a quien le mande, parafraseando a Zola, le acuso como espíritu de mala eficiencia social, como persona que acaba de lanzar falsas acusaciones, sin fundamento alguno, por, según él o quien le mande, "presuntos delitos de apropiación indebida, contra la Hacienda Pública y tráfico de influencias" contra cinco personas absolutamente inocentes cuyo único "delito" ha sido ser miembros, sin cobrar ni un sólo euro, de la Junta Directiva de un Club Deportivo sin ánimo de lucro, cargo ejercido con el único deseo de aportar su ayuda a una gratuita y desinteresada labor para intentar mejorar esta Melilla que tan necesitada de ayudas está. Yo acuso a la o las personas que antes mencionaba, al que dirige la Policía Judicial de la Guardia Civil de Melilla o al que le manda emprender este tipo de acciones, de dañar la merecida buena imagen de las fuerzas de orden público, a las que desde este periódico tanto se apoya. Yo le acuso de dilapidar el dinero público, el que cobra él y el de todos aquéllos a los que les ordena colaborar en una persecución a ciudadanos inocentes sobre bases injustificables y presuntos delitos imposibles. Yo le acuso de hacer daño, un daño grave, inmerecido y más que probablemente delictivo a ciudadanos indefensos, mientras el yihadismo crece en Melilla, la droga campa sin apenas control, las mafias proliferan, las vallas son asaltadas, las fronteras son violadas por niños y mayores, los depósitos ilegales de coches suman ya 32 en nuestra ciudad , prolifera el blanqueo de dinero proveniente del narcotráfico y parcialmente usado para financiar el yihadismo y la sensación de inseguridad crece constantemente. Yo le acuso de haber contribuido, alentado por la oposición al Gobierno de la Ciudad, al dañino clima de parálisis de la administración pública local, aterrorizada por las innumerables denuncias por él o ellos auspiciadas, una parálisis que causa un daño extraordinario a la inmensa mayoría de los ciudadanos melillenses. Yo acuso al o a los responsables de tantas operaciones de intervenciones policiales en Melilla, filtradas previamente a medios de comunicación próximos al partido político PPL y a panfletos asquerosos financiados por Gustavo Cabanillas, operaciones saldadas hasta ahora sin condena judicial alguna, que han causado un daño irreparable a muchos ciudadanos inocentes y a la imagen de Melilla.

Y le dirijo esta carta a usted, señor delegado del Gobierno en nuestra ciudad, con copia a las más altas instancias del Estado, porque usted es, entre otras cosas, el jefe local de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y a mí me parece, como le parecía a Zola, que su gloria y su estrella, señor delegado, están siendo amenazadas, cada día más, por una vergonzosa e imborrable mancha, la de una serie de procesos prejudiciales auspiciados por un hombre nefasto y unos políticos que hacen una oposición horrenda, fuerzas aliadas que, sobre la base de que todo el mundo que no está de acuerdo con ellos es culpable y corrupto mientras no demuestre lo contrario, y aunque lo demuestre también, están colaborando para llevar a Melilla a un desastre histórico que, si no se toman las medidas oportunas por los responsables de tomarlas, empezando desde ya por usted mismo, si no se ejerce la autoridad a la que se representa, será para todos los melillenses, incluyéndole a usted, señor delegado, un desastre próximo, inmenso e inevitable.

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