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Le piden 6 meses de prisión por cambiar la cerradura y “dejar en la calle” a su mujer

Una mujer ha denunciado a su marido por, supuestamente, “dejarla en la calle” tras cambiar la cerradura del domicilio familiar a raíz de una discusión. Según la acusación, el cambio de la cerradura “sin previo aviso” supone un “acto violento” dado que, al continuar estando vigente el matrimonio entre ambos en aquél momento, se impidió el acceso de la mujer a su legítimo domicilio. Según el acusado, agente de la benemérita, sí que avisó del cambio de la cerradura -a su suegro, que lo negó en el juicio- y dicha acción estuvo motivada por el miedo del acusado a que su mujer u otra persona pudiese acceder a su arma reglamentaria, que guardaba en la casa. Según los hechos descritos por la acusación, el 23 de agosto de 2017, el acusado -agente de la Guardia Civil- y la denunciante, por aquél entonces su mujer, tuvieron una discusión que acabó con el traslado de ésta última a casa de sus padres. Al salir del coche del acusado, que condujo de vuelta al domicilio familiar, la mujer sufrió un desmayo por el que tuvo que ser atendida.
Según los familiares de la mujer, tras la separación el acusado se negó a devolver a la mujer sus enseres personales y, cuando fueron a recogerlos al día siguiente, se encontraron con que había cambiado la cerradura del domicilio sin previo aviso. Según los familiares de la mujer, “la dejó en la calle con lo puesto” y no fueron capaces de recuperar sus enseres “hasta tres meses después”.
La versión del acusado y su testigo -su padre- difiere mucho de la presentada por su mujer. Según el acusado, tras separarse, su suegro y su mujer fueron a recoger sus cosas y la cerradura no se cambió hasta “3 o 4 días después”, previa llamada a su suegro para avisarle. Según el padre del acusado, el cambio del bombín se produjo porque el acusado, como agente de la Guardia Civil, tiene un arma reglamentaria en el domicilio y tenía miedo de que alguien, la mujer o cualquier otra persona, pudiera acceder al domicilio y cogerla.

Coacción
Según la acusación, ejercida por el Ministerio Fiscal y una acusación particular, el matrimonio estaba vigente cuando ocurrieron los hechos por lo que, a pesar de no haber violencia física, el cambio de la cerradura supuso un “acto coactivo”; un “acto violento” mediante el cuál se impidió el acceso de la mujer a su legítimo domicilio. Por este delito leve de coacciones, la Fiscalía solicitó una pena de 60 días de trabajos comunitarios, mientras que la acusación particular elevó su petición a 6 meses de prisión.
La defensa, que pidió la absolución del acusado, argumentó que la denuncia es una mera venganza por despecho para arruinar la carrera profesional del agente, ya que la pareja está divorciada en Marruecos y la mujer (marroquí) “no podía sacar nada” de la separación. Además, insistió en que su cliente lo hizo todo por miedo a que ella cogiera el arma: “¿qué habría pasado si ella coge la pistola y se pega un tiro?”.

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Fernando Lamas Moreno

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