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“En diez años aumentarán las muertes por cáncer por el retraso en el diagnóstico durante la pandemia”

La detección del cáncer es uno de los grandes problemas “olvidados” de esta pandemia. El especialista en oncología, Eduardo Triguboff, ha informado que las sociedad científicas calculan que en diez años, crecerán los fallecidos por esta enfermedad por la dificultad en su diagnóstico durante los meses de pandemia. Además, ha destacado las secuelas psicológicas del Covid en aquellos que padecen esta enfermedad. La pandemia también está afectando la manera en que la gente tiene acceso a la atención médica, incluidas las personas con cáncer. Dependiendo de la situación de Covid-19 de cada ciudad, puede haber una cierta una demora para ser elegibles a exámenes de detección del cáncer o sus tratamientos. Incluso es posible que sea necesario que algunas personas requieran volver a programar sus consultas médicas.

Por ello, para tener un mayor conocimiento sobre la situación de estos tratamientos y su diagnóstico en la ciudad de Melilla, el oncólogo Eduardo Triguboff ha hablado ante este periódico acerca de la situación en dicho territorio.
“Desde el inicio de la pandemia se están tratando las enfermedades oncológicas de una forma normal, tanto en lo que a tratamientos se refiere, como a consultas de estos pacientes. En ningún momento fueron interrumpidas. El cáncer sigue y afecta a una gran cantidad de personas a pesar de que tengamos encima una pandemia de Covid-19 y hay que seguir enfrentándolo”, ha expresado al respecto.

Sin embargo, ha afirmado que su diagnóstico sí que se ha visto afectado, quedando retrasado debido a las citas telefónicas que se han dado durante muchos de estos meses.
“Todas las sociedades científicas a nivel oncológico calculan que en diez años van a aumentar los fallecimientos por cáncer debido al retraso en el diagnóstico de la enfermedad ocasionado por el Covid-19”.

De este modo, ha insistido en que la situación actual ha ocasionado un agujero negro en la detección del cáncer y otras muchas enfermedades. “A pesar de las circunstancias, estamos intentando desarrollarlo de la manera más rápida posible y cumplir en todo”, ha sentenciado.

Por otra parte, ha indicado que la pandemia ha tenido un efecto profundamente negativo a nivel psicológico en las personas que padecen esta enfermedad.
“Los pacientes acuden solos a las consultas o darse las sesiones de quimioterapia, cuando antes podían estar con algún ser querido. Ahora les hacemos el correspondiente test de antígenos y no pueden tener contacto con nadie más. Los familiares solo pueden acompañarlos hasta la puerta del hospital, lo que significa que ante determinados diagnósticos o malas noticias, tienen que estar solos”
Las personas que padecen cáncer o que están recibiendo tratamiento oncológico presentan a menudo un mayor riesgo de contraer una infección. Estas infecciones pueden ser más graves que en las personas que no tienen cáncer.

En este sentido, es importante que los pacientes y los cuidadores de pacientes conozcan los signos de una infección y cuándo obtener ayuda.

Por ello, respecto a las precauciones que deben tomar los familiares o personas que rodeen a un paciente con cáncer, Eduardo Triguroff ha sido contundente: “Se deben tomar las mismas medidas frente al posible contagio de Covid-19 que si no se tuviese algún familiar con cáncer. El objetivo es reducir al máximo los contagios. Sin embargo, aquí en Melilla por los datos que tenemos es obvio que no se están llevando a cabo. Obviamente la precaución debería ser mucho más estricta si cabe la posibilidad de contagiar a una persona que además tiene cáncer y está en tratamiento, porque se encuentra con un nivel de defensas más debilitado, pero es cierto que esto no se está realizando en todos los casos”.

Del mismo modo, el especialista también ha querido hacer referencia a el cierto miedo que existente entra la sociedad a la palabra “cáncer”.
“Tenemos que quitarnos el tabú y la creencia de que el cáncer mata. Todo tipo de cáncer es potencialmente curable y muchos de ellos se superan al 95%. En este proceso de recuperación, la actitud positiva del paciente lo va a ayudar en un 50% a recuperarse de la enfermedad”, ha sentenciado.

Por su parte, la American Cancer Society destaca que es posible que la persona que padece cáncer tenga problemas con sus obligaciones familiares y experimente una pérdida de control sobre los acontecimientos de su vida.
“Los cambios en la apariencia o simplemente el impacto de descubrir que tiene cáncer podrían conducir a sentimientos de miedo o ansiedad. Muchas personas sienten incertidumbre sobre su futuro y se preocupan sobre el sufrimiento, el dolor y lo desconocido. Es normal lamentar los cambios en su cuerpo, y tal vez de perder el futuro saludable que quería. El temor a la pérdida de la independencia, a los cambios en las relaciones interpersonales, y a ser una carga para otros puede ser abrumador”
A pesar de ello, numerosos avances científicos de los últimos años han permitido el desarrollo de tratamientos que no causan tantos vómitos a los pacientes y que evitan también la caída de pelo, o incluso la conocida “quimio de mochila”, que hace que sea el mismo paciente el que la tiene puesta en su casa.

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Sandra Martínez

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