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Melilla en mi recuerdo, Años 50/60. Nuestra Iglesia S. Corazón

Vamos a comentar algo de la Iglesia o Parroquia principal de Melilla, la del Sagrado Corazón de Jesús, situada frente a la parte central de la Avenida, en la Plaza Menéndez Pelayo, más abajo estaba y creo que estará la C/ Ejército Español y por arriba la C/ López Moreno.

Yo me acuerdo mucho de las escaleras laterales a su derecha que nos llevaban a los colegios de Ataque Seco, donde muchos de los chavales de los barrios más cercanos hemos cursado nuestra enseñanza primaria en aquella época. En aquel colegio, de vez en cuando elaboraban en el patio, dentro de una olla muy grande “la leche en polvo” nosotros nos traíamos una jarrita desde casa y allí nos daban nuestra leche y también un trozo de pan con manteca “Pin” creo que se llamaba, los mayores decían que eso era por una ayuda de los “americanos” para los niños españoles.

Según he podido leer en una página de Internet, la primera piedra de la Parroquia tuvo de promotor al vicario D. Eduardo Alvedín en el año 1900, se llamó en un principio Iglesia del Llano, los recursos económicos se acabaron y la obra quedó paralizada unos 11 años, ese primer presupuesto vino dado por la venta de unos huertos existentes por el Mantelete, además de recaudaciones por rifas y festejos.

Más adelante, otro vicario D. Miguel Acosta, realizó gestiones con el Ministerio de Gracia y Justicia, el cuál emitió una Real Orden el 05/02/1912 y se aprobó un presupuesto de 30.000 pts., se reanudaron las obras y en mayo de 1916 se volvieron a acabar los recursos. Por otra Ley de 1917 se concedió otro crédito para acabarlas y fue dirigida la obra por el Arquitecto D. Fernando Guerrero, finalmente acabó esta obra por etapas (18 años en total) y fue bendecida la Iglesia en la Navidad de 1918. Siempre me ha llamado mucho la atención su reloj, que se veía por sus cuatro lados, sus arcos y esas campanas que siempre sonaban a las horas (desde mi calle F (RíoSegura) del Monte Mª Cristina se veía toda la cúpula y el reloj).

Mis padres se casaron allí, mi tía Ani también, mis hermanos y yo mismo el 19 de julio de 1974, mi suegro quería que la boda se celebrase el 18 de julio, le dije que ese día yo no “celebraba nada” y así fue (ya me entendéis), por eso, decidimos que fuese el día 19. Allí nos han bautizado a todos los hermanos y tomado la comunión, en esos tiempos ¿Quién no la tomaba? Con relación a la Comunión, que creo fue el día del Corpus (13 de junio y mi Santo), tengo dos anécdotas y las voy a contar, ahora que se puede: Cuando nos estaban preparando para esa Comunión, acudíamos por las tardes después de clase, una hora aproximadamente a “catequesis”, nos tocó una señorita y nos sentaba siempre en los primeros bancos de la iglesia, recuerdo que una tarde otro compañero mientras caminábamos por el pasillo central antes de llegar a los bancos, me miraba, yo iba detrás y no paraba de frotarse y agarrarse la barriga y me decía que se estaba poniendo muy malo de la tripa y que tenía ganas de “cagar o giñar””, lo escribo como lo dijo, Él no quería, pero yo se lo comenté a la señorita y esta dijo, “que teníamos poco tiempo” y que ya iría al “servicio” después, el chaval como yo, tenía unos 9 años y la consecuencia fue, el “desahogo inmediato patas abajo”, calzoncillo y pantalón tejano quedaron hechos “un asco”, entonces la señorita se percató, como todos y nos llegó un “apestoso aroma” que allí no había quien aguantase, entonces mandó al niño a su casa y el resto nos quedamos, pero, con bastante disgusto ya que el olor perduraba por la tozudez de la catequista
Llegó el día de la confesión, es la otra anécdota, que en aquel entonces no le dimos la importancia debida, pero hoy con todo lo que acontece de pederastia, incluso entre parte del “clero”: Recuerdo que el padre que nos confesó (me acuerdo de su apellido, pero, por razones obvias y después de 55 años prefiero no mencionarlo), me hacía preguntas sobre si había pecado en esto y en lo otro y algunas de las preguntas eran si había “pecado tocando la pichita a algún niño”, o bien “tocado la rajita a alguna niña”, de verdad, me da algo de reparo escribir esto, pero, como son parte de mis vivencias, las cuento como unas anécdotas más, incluso le pregunté a otros niños si les habían preguntado lo mismo y me dijeron que si. A mis padres no les comenté nada, en esos tiempos hablar de esas cosas con los padres era muy difícil y complicado.

Una vez que habíamos terminado la ceremonia de la Comunión, cada cuál acompañado de su madre mayormente, hacíamos una serie de visitas a familiares y vecinos más cercanos, con el fin de repartirles un “recordatorio” de tu primera Comunión que llevábamos dentro de las hojas de ese librito con tapas de nácar blancas y un rosario también en las manos enguantadas, así de paso, algún duro o pesetas de propina recaudábamos para paliar en lo que se podía el gasto que dicha Comunión representaba. No obstante, no eran ni por asomo lo que son ahora estos actos, aunque, posiblemente, también dependía de la economía de cada familia. Ahora he visto fotos actuales del contorno de la Iglesia del Sagrado Corazón y su Plaza, y me gusta mucho como ha quedado. Lo digo como lo siento, la verdad, ni mi entorno, ni yo, hemos sido nunca de asistir a misas, ni de comunión dominical. Más bien, algún bautizo, comunión familiar, boda o por desgracia alguna misa de difuntos.

Nada más sobre este tema de tanta raigambre entre la población melillense, saludos como siempre paisanos/as. Salud y mis mejores deseos.

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