El presidente melillense, Juan José Imbroda, salió ayer al paso de la polémica de las vallas con concertinas que se están instalando en el puerto de Melilla por las intrusiones de los inmigrantes que intentan llegar a Europa como polizones. En su opinión, estas medidas “están bien puestas” y apoya que “se blinde el puerto”, ya que tiene varias áreas “muy sensibles”, entre ellas el depósito de butano, que tiene que estar protegido.
“Las concertinas no corren, no andan, es un elemento estático que está diciendo que no pases”, dejó claro Imbroda argumentando la necesidad de adoptar medidas de este tipo con cifras como la que se ha dado en el mes de enero, con más de 3.100 intrusiones de inmigrantes.
“Explotar a menores”
Sí se mostró en contra de que haya quienes se dediquen a “explotar a menores” con el objetivo de “ganar dinero” o “llenar ideales con una pretendida y falsa ayuda a un menor que no es tal, sino que es condenarlo a que vivan malamente en la calle” y en las escolleras del puerto, “fomentando” un riesgo para su integridad física.
“Yo quiero retirar a los menores de la calle para que tengan formación, techo, agua, alimentos y estén donde tienen que estar”, defendió el presidente melillense en alusión a los operativos policiales que se están desarrollando de manera habitual desde hace tres semanas.
En este sentido, aseguró que solucionarán el problema de los menores extranjeros no acompañados que se niegan a ser tutelados en los centros dependientes de la Ciudad Autónoma y deambulan por las calles, “primero por ellos y después por los ciudadanos, que lo demandan”.
