Algo más de 600 invitados tomaron parte ayer en el almuerzo especial de San Valentín organizado por la Viceconsejería del Mayor que dirige Carmina San Martín en los locales de Vº Pino; la mayoría parejas melillenses con más de 40 años de vida en común, además de representantes de entidades vecinales y asociativas. En la pareja formada por José González Gris y Rogelia García Martínez, con 63 años de vida en común, se quiso homenajear a todos los mayores de la ciudad, haciéndoles entrega de una metopa y una tarta, dejando patente con su ejemplo, que el amor no tiene fecha de caducidad. El conductor del acto, Antonio Ramírez, manifestó que “hoy nos reúne aquí la razón y el corazón: la razón de que os queremos y el corazón que es donde residen los sentimientos”. Adelantó que en esta jornada se iba a rendir un reconocimiento de “respeto y admiración”, a José González Gris y Rogelia García Martínez, quienes tras 63 años de vida en común se convierte “en un ejemplo de amor para la sociedad”.
Ejemplo
Por su parte la viceconsejera del Mayor, Carmina San Martín, afirmó que era gratificante poder celebrar el el día del amor por excelencia, San Valentín, en un evento en el que disfrutar de la mejor de las compañías.
“Pero hacemos además homenaje a José González Gris y Rogelia García Martínez, que con 63 años de vida en común, desde que eran niños, son un ejemplo para todos. A lo largo de este tiempo han vivido momentos buenos y malos, pero han sabido llegar al entendimiento gracias al respeto y el amor que se profesan”. Añadió, en clave política, que mientras “el PP esté gobernando en la ciudad, seguiremos apoyando a nuestros mayores porque son un ejemplo a seguir”.
El presidente Imbroda, en su breve intervención, mostró su alegría de poder celebrar este día con un grupo de melillenses con los que comparte su “amor por esta bendita Melilla a la que tanto queremos”.
El almuerzo incluyó, además del homenaje a la pareja formada por José González Gris y Rogelia García Martínez, las actuaciones de Fran Bravo y Esther Ponce. En cuanto al menú, se respetaron las tradiciones de las tres grandes comunidades religiosas de la ciudad, como fue la eliminación del cerdo pensando en la comunidad musulmana y judía, y la carne por ser el primer viernes de Cuaresma.
