Javier Imbroda Ortiz no es pasado en el mundo del baloncesto, sino presente y futuro también, como así se ha podido apreciar durante toda la semana de la Copa del Rey. Nuestro paisano ha recibido un cálido homenaje con motivo de dicho acontecimiento en Las Palmas de Gran Canaria, sede del torneo.
El melillense recibió una gran ovación, antes y después del Clinic organizado por la ACB y la Asociación Española de Entrenadores de Baloncesto, titulado "Conociendo el juego".
El laureado entrenador, con 605 partidos a sus espaldas en Liga Endesa, fue recibido con una atronadora y emocionante ovación por parte de los aficionados, que se pusieron en pie cuando salió a pista para iniciar la charla.
Precisamente, la Asociación Española de Entrenadores de Baloncesto califica de exitoso el Clínic de Javier Imbroda. No es para menos, pues quienes le conocemos sabemos de lo interesante y amenas que son sus conferencias. Es imposible aburrirse con él.
Pero lo mejor de Imbroda es su condición humana, al margen de su dilatada vida deportiva, ya que en Málaga sigue haciendo una gran labor con jóvenes desfavorecidos. Además, es una persona que se crece ante las dificultades y así lo ha demostrado con la enfermedad del cáncer.
Decíamos que sus conferencias son divertidas y la Asociación Española de Entrenadores de Baloncesto lo ha confirmado en pasados días. Este colectivo de entrenadores asegura que el Clínic resultó "tan entretenido como divulgativo y enriquecedor".
"Sabemos driblar pero… ¿sabemos cuándo hay que driblar? Sabemos tirar pero… ¿sabemos cuándo hay que tirar?", fueron las primeras palabras de un Javier Imbroda especialmente didáctico para explicar los ejercicios que varios jóvenes jugadores locales, de categoría cadete, realizaron con sus instrucciones.
"El 85% del partido es sin balón y nos pasamos toda la vida practicando el 15%", afirmó el afamado técnico, que enseñó a los jóvenes conceptos básicos de este deporte: "En defensa es importante la comunicación, pero no todo se comunica".
El Clínic se cerró con otra ovación de los aficionados a un Javier Imbroda que fue homenajeado tras el acto. Eduardo Portela, presidente de Honor de la ACB, le entregó al entrenador el balón de la Minicopa Endesa, mientras que Juan María Gavaldá, presidente de la AEEB, le entregó una placa conmemorativa para recordar su paso por el CID.
El Pabellón de Deportes de Melilla es el mejor homenaje que haya podido recibir Javier Imbroda en su tierra, pero también merece otros reconocimientos. También afirmó en el Diario Marca, en los pasados días, que no entrena a un equipo de élite desde 2009, aunque sigue muy pendiente de los banquillos. "En esta nueva vida quiero ser entrenador de baloncesto. Entrenar siempre ha estado presente en mi vida. He tenido opciones, pero también me he ganado la posibilidad de elegir, ¿no?", significó.
Aquí en Melilla entrenó antes de coger ese famoso barco Vicente Puchol que le llevó a abrirse camino en el baloncesto, pero también se espera que algún día, antes de que deje todo este mundillo deportivo, entrene al equipo de su tierra, ya sea en LEB Oro o en ACB. Tiempo al tiempo, todo se andará.
