El hotel Melilla Puerto acogió ayer tarde el desarrollo de la actividad "Semana Santa, costumbres y tradiciones" organizada por la Consejería de Presidencia con ocasión de la Cuaresma cristiana. La tarde, que concitó a un destacado número de melillenses, incluyó la charla del páter Francisco Sierra sobre el sentido de este periodo litúrgico, la intervención de Maribel Pintos que explicó la historia de la mantilla y como lucirla, y como colofón, una merienda con dulces típicos de estas fiestas. La consejera de Presidencia y Salud Pública, Paz Velázquez, explicó que desde el Instituto de las Culturas que preside se han desarrollado distintas actividades con las que dar a conocer a la ciudadanía las tradiciones y costumbres de festividades como el Ramadán, el Januka o el Diwali y que en esta ocasión se centran en las fiestas de la confesión católica. De hecho en diciembre se organizó un evento sobre el Adviento, en el que contaron con la colaboración del vicario episcopal, Roberto Rojo, que ha vuelto a ayudar en la planificación de la actividad de ayer en el Melilla Puerto titulada "Semana Santa, costumbres y tradiciones".
Agradeció Velázquez su contribución, así como la del páter Francisco Sierra y el de Maribel Pintos, presidenta de la Fundación Ciudad Monumental. Se declaró muy satisfecha por la importante acogida que este evento concitó ayer.
Cuaresma
La jornada se inició con la intervención del páter de la parroquia Castrense, Francisco Sierra, y la misión de explicar qué es la Cuaresma, "este tiempo importante del ciclo litúrgico católico, desglosando de dónde viene, por qué lo hacemos y para qué; la importancia de vivir bien este tiempo y tratar de ir formando el conocimiento, aunque sea en el plano cultural de los asistentes para que sepan hacia dónde vamos o qué tenemos que hacer".
Afirmó que la Cuaresma debe vivirse en el plano social y en el religioso, "realizando un ejercicio de conversión, de reconocimiento de errores y faltas, de todo aquello en lo que nos hemos podido equivocar para intentar crecer como personas y cristianos, y eso se tiene que deja traslucir en nuestras obras y gestos, en la relación con los demás, en nuestras obras de caridad y tratar de glosar todo este itinerario".
Desde su punto de vista, la obligación de ayunar durante este periodo no es lo difícil, sino que "el problema hoy está en abrir nuestros corazones y bolsillos a los demás". Explicó que la abstinencia del consumo de carne como marca la tradición, tiene su significado a nivel litúrgico, pero dijo que hay que saber hacerlo y no convertir este gesto en una operación de dieta. Añadió que como indica el Papa, el ayuno no debe limitarse sólo a la ingesta de comida, de hecho el Santo Padre "dice que hay que ayunar de todo aquello que nos hace daño, de los egoísmos, vanaglorias, orgullos, de las prepotencias, soberbias, de todo aquello que nos aparte de Dios y los hermanos. De eso hay que ayunar no solo en Cuaresma, sino a lo largo de todo el año".
Historia de la mantilla
Por su parte, Maribel Pintos, ofreció una pequeña charla sobre la historia de la mantilla española, los distintos modelos, sus colores y materiales de confección, así como los elementos que le acompañan, como la peina y el rosario. Como cierre a su intervención, ofreció una clase práctica para el público asistente. El objetivo que este Jueves y Viernes Santo, más mujeres melillenses acudan a las salidas procesionales llevando esta prenda.
Según dijo, es sumamente complicado que una mujer pueda ponerse ella misma una mantilla, por lo que necesita de la ayuda de otra persona. No obstante dijo que hay "algunos modistos que la montan (la mantilla) sobre la peineta, pero cuando la ves puesta se nota como artificial. El saber ponerla ese un arte que se pasa de madres a hijas y hay que ponerla con cariño".
Considera que es una tradición que está en clara recuperación y que puede verse en chicas jóvenes en salidas procesionales de Málaga, Sevilla e incluso en Melilla. También señaló que para vestir perfectamente esta prenda, la mujer debe llevar un vestido largo, "nada de minifaldas". Por último indicó que las mantillas bordadas a mano pueden resultar muy caras, pero que son difíciles de conseguir, a no ser que sea patrimonio familiar, pero que existen imitaciones que no son caras y son perfectas para lucir.
