El consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, aseguró ayer que el programa de educadores de calle "está funcionado muy bien", a pesar de las "dificultades que se encuentran", como el que haya adultos que impidan a los niños que malviven a la intemperie acercarse a estos profesionales. Además considera Ventura que hay ongs más interesadas en que los niños, en especial los pequeños, sigan en la calle porque no avisan a la policía cuando saben que se han escapado de los centros de acogida. "El programa de educadores de calle está funcionado muy bien porque le ponen un empeño excepcional al trabajo diario, ya que se encuentran con muchas dificultades", afirmó ayer el consejero Daniel Ventura. El escollo principal no son los niños a los que intentan ayudar, sino los adultos que están a su alrededor, por lo general extranjeros irregulares, que impiden a los menores acercarse a estos trabajadores.
Afirmó que se han detectado, en estas bolsas de jóvenes y menores de la calle, a unos "cuatro o cinco niños que son muy pequeños" que se rescatan y son llevados a los centros de acogida donde "pretendemos que estén el máximo de tiempo posible, pero terminan escapándose".
Ventura señaló que la Policía le ha confirmado que no reciben llamadas de las ongs que al parecer trabajan alrededor de los niños de la calle para comunicar que estos menores se han escapado o alertar sobre su presencia para que puedan ser recogidos. "Parece que interesa que los niños estén en la calle y no sé por qué motivo", se pregunta el responsable de Servicios Sociales.
Detalló que los educadores de calle "hacen una gran labor". Explicó que "de forma pedagógica, con juegos y distracciones, trabajan para que los niños puedan subir al centro de acogido, donde puedan estar todo el tiempo posible. Por ese motivo les he dado la enhorabuena porque hacen un trabajo muy bueno", apostilló.
Recogidas
También indicó el consejero que las campañas de recogida de menores que han incentivado en estos meses los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado están consiguiendo reducir su número. Están permitiendo identificar a los numerosos adultos irregulares que deambulan por la ciudad, a los que se les ha aplicado la Ley de Extranjería y que si son vueltos a localizar en Melilla, son de nuevo expulsados.
"Estas recogidas han servido para discriminar entre mayores y menores", posibilitando que a los adultos se les aplique la legislación y que los menores sean conducidos a centros de acogida o, al menos, que se trabaje con ellos para evitar que intenten arriesgar sus vidas viajando como polizones. Asegura Ventura que los melillenses están constatando que hay una menor presencia de jóvenes inmigrantes por las calles y que continuará la Policía con estas actuaciones.
Reiteró que la mayoría de los menores extranjeros que llegan a Melilla lo hacen con la intención de entrar en los centros de acogida donde lograr el permiso de residencia y que hay "otra parte muy pequeña de jóvenes que intenta marcharse de polizón cuando pueda", y son estos los que, junto a adultos indocumentados, son los que suelen verse por las calles de Melilla.
