ACSEMEL, por boca de su presidente Abdeselam Mohamed, y ante el anuncio del presidente Imbroda de su reunión con la presidenta de la CEME, Margarita López Almendáriz, ha manifestado su incredulidad y su rechazo. Según esta asociación de comerciantes, no tiene sentido que el Gobierno se siente con la CEME cuando esta asociación se desmarcó de la protesta realizada el pasado 8-M -protesta que ha motivado, por cierto, la reunión-, y lo consideran una mera “jugada” de un Gobierno que busca una “reunión cómoda” de la que no esperan que salgan soluciones “de ningún tipo”, tal y como sentenció Mohamed.
Abdeselam Mohamed, presidente de ACSEMEL, la asociación que reúne a los empresarios y comerciantes más estrechamente relacionados con el comercio transfronterizo, contactó con MELILLA HOY para salir al paso de las declaraciones del presidente de la ciudad, Juan José Imbroda, quien anunció la celebración de una reunión con la responsable de la Confederación de Empresarios de Melilla (CEME), Margarita López Almendáriz, a fin de buscar soluciones para los problemas asociados a la frontera, que tanto daño están haciendo a la iniciativa privada local.
Abdeselam Mohamed quiso hacer pública la indignación de los comerciantes y empresarios ante una iniciativa del presidente que consideran totalmente inútil, toda vez que desde ACSEMEL se defiende que la CEME no representa los intereses de los comerciantes.
Para hacer esta afirmación, Mohamed destaca los sucedido el pasado 8 de marzo, cuando diferentes asociaciones y grupos de empresarios decidieron concentrarse en la plaza Menéndez Pelayo en señal de protesta por la decadencia económica de Melilla: “Todos los grupos y asociaciones, todos juntos, también ACOME (cuyo presidente, Enrique Alcoba, es a su vez vicepresidente de la CEME), apoyaron la iniciativa, excepto la CEME, que se desmarcó”.
Ante esto, Mohamed resalta la falta de representatividad de la CEME a la hora de defender los intereses de los empresarios, “no puede ser que todos los empresarios vayan por un camino y la CEME se desmarque y vaya por otro”.
El responsable de ACSEMEL quiso destacar la diferencia entre la CEME de Melilla, que “baila al son del Gobierno”, y la de Ceuta, “que sí defiende los intereses de los empresarios ceutíes”. Desde ACSEMEL afirman “no entender en absoluto” cómo la CEME no se pone del lado del empresariado local, realidad que les invita a pensar en que “algo raro hay”.
Reunión cómoda
Abdeselam Mohamed, pese a manifestar que tiene “buena relación” con la presidenta de la CEME -compañera suya en la Junta del Puerto-, se reafirmó en la idea de que desde ACSEMEL no creen que sea “la persona idónea” con la que el presidente debe reunirse para solucionar los problemas que tienen los empresarios con la frontera.
“Deberían de convocar directamente a las partes implicadas, a los que se ven afectados día a día”, pero reunirse exclusivamente con la CEME, sin contar con nadie más, es indicador de que el Gobierno busca únicamente tener una reunión “cómoda”, para quedar bien de cara a la galería, pero sin intención alguna de encontrar soluciones de la mano de los empresarios; “si algo está claro es que de una reunión cómoda no salen soluciones, serán todo flores”, sentenció el presidente de ACSEMEL, quien afirmó también que, desde su asociación, no esperan que salga “nada” de esta reunión.
Que la Ciudad Autónoma ignore a asociaciones como ACOME o ACSEMEL, que ya ha manifestado no sentirse representada por la CEME, no es algo nuevo. Mohamed criticó que el Gobierno de Imbroda sea capaz de esperar lo que haga falta a la presidenta de la CEME, quien se encuentra de viaje por motivos familiares, cuando las otras asociaciones “llevamos cuatro años aquí protestando por el problema que tenemos en la frontera”.
ACSEMEL no sólo protesta por el “vacío” de atención institucional en lo referente a la Ciudad Autónoma, sino que lo extiende a la Delegación del Gobierno.
En el caso de que el presidente “considerase oportuno” recibir a las demás asociaciones de comerciantes “para buscar soluciones juntos”, ACSEMEL defendería ante el presidente la tesis de que la ampliación de horarios y la reducción de restricciones al comercio transfronterizo contribuirían a aliviar la enorme presión que la frontera soporta por culpa del efecto llamada que ha producido el vertiginoso aumento de los precios de bultos y fardos.
La relación entre las restricciones y el precio del bulto
Una de las principales peticiones de ACSEMEL gira en torno a las restricciones de paso de mercancía por las fronteras. Si bien se puede llegar a comprender la intención de “liberar” Beni Enzar, los comerciantes no entienden las cada vez mayores restricciones al paso de mercancías. Según Abdeselam Mohamed, las restricciones de paso hacen que el precio del bulto “suba como la espuma” -al haber la misma demanda, pero menor número de porteadores- motivo por el cual se genera un efecto llamada que atrae a gente de todo Marruecos y colapsa la frontera. “Si un bulto vale 10 euros, a uno de Rabat no le compensa venir hasta Melilla a trabajar, pero si cada vulto vale 120, 200 o 300 euros, la cosa cambia”. ACSEMEL, por tanto, defiende la tesis de que el fin de las restricciones acabaría con el problema: “toda la vida la frontera se ha gestionado sola”.
