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Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu: “Cristo y yo, mayoría absoluta. Contando con Él, no hay nada imposible”

Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu proclamó ayer en el Sagrado Corazón el pregón oficial de la Semana Santa de este año

Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, que dejó de ser el comandante general de Melilla hace escasos días, proclamó ayer en el templo arciprestal del Sagrado Corazón el pregón oficial de Semana Santa, donde recalcó una de las frases que le quedaron marcadas desde niño: “Cristo y yo, mayoría absoluta. Contando con Él, no hay nada imposible” asegurando que a sus 60 años seguía creyendo firmemente en esas palabras. También reflexionó en “el compromiso que nos legó Jesucristo de ser conscientes de nuestra condición de Hijos de Dios y de transmitir ese mensaje”. A este solemne acto acudieron las máximas autoridades de Melilla como el presidente de la Ciudad Autónoma o el delegado del Gobierno y también de las Hermandades y Cofradías de la ciudad. Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu agradeció “de todo corazón” al pregonero del año pasado, Antonio Guevara, su presentación e introducción y a todos los asistentes del acto donde fue desgranando de una manera sencilla los eventos más relevantes que por parte de las Hermandades y Cofradías de Melilla se van a vivir a lo largo de la Semana Santa de este año.

Vivencias
Afirmó que cuando le propusieron asumir la responsabilidad de dar el pregón en la ciudad, se quedó un poco parado, pero respondió afirmativamente porque tiene “una predisposición natural a asumir retos, en la creencia de que si alguien me pide algo es porque me cree capaz de hacerlo y si es así por qué no intentarlo”.
“La aceptación a ese reto constituye un altísimo honor para mí, del que no me considero, en absoluto, merecedor, tuvo una mezcla de inconsciencia y osadía por mi parte. En primer lugar tengo un bagaje personal extremadamente reducido en lo que se refiere al mundo cofrade y la experiencia religiosa a través de las hermandades y cofradías. Por otra parte, soy del País Vasco y somos extraordinariamente reservados en este ámbito de nuestra vivencia personal”, expresó.

Aseguró que siempre creyó que “allí donde no llegan nuestras limitadas capacidades de entendimiento o de realización, podemos llegar depositando nuestra confianza en el amparo y guía de Nuestro Señor Jesucristo”. Y recordó una de las frases cuando era un niño que le ha ayudado a lo largo de toda su vida: “Cristo y yo, mayoría absoluta, contando con Él, no hay nada imposible”.

Además, se cuestiona “cómo, a día de hoy, es posible no creer en Jesús. Algunos, ciegos atribuyen a ciertas manipulaciones de la transmisión de los hechos, poniendo en cuestión, el verdadero mensaje de Nuestro Señor Jesucristo, que vino al mundo a hacernos conocedores de nuestra condición de Hijos de Dios y por lo tanto de hermanos”.

También, quiso recordar los orígenes de la manifestación popular por la existencia de cofradías y hermandades así como por la actividad de las mismas en el ámbito de las procesiones como en la toma de Jericó o en la procesión de Nehemías.

Asimismo, hizo un recordatorio de las primeras manifestaciones religiosas que se registraron desde la Edad Media, pasando por el siglo XI y los “pobres de solemnidad”, el siglo XIII y la proliferación de hermandades de la Pasión y de los Dolores de la Virgen, los siglos XVI al XVII donde hubo indicios de gran importancia hasta nuestros días.

Por otra parte, el pregonero ha desarrollado el Decálogo tratando los aspectos más singulares de la Cuaresma, como por ejemplo, las dimensiones y ámbitos, la ceniza, tiempo para la confesión y la comunión, el sentido de ayuno cuaresmal e iluminar el sentido de la adoración de la cruz de Cristo.

Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu pidió que “aprovechemos todos y cada uno de los momentos que se nos ofrecen en esta Cuaresma y esta Semana Santa para meditar y asumir el compromiso del mensaje que nos legó de ser conscientes de nuestra condición de Hijos de Dios y contagiemos nuestra convicción a los que viven a nuestro alrededor y aún no la comparten con nosotros”.

Semana Santa de Melilla
“Acompañemos a nuestro Señor en la mañana del Domingo de Ramos durante su entrada en Jerusalén, meditando sobre este momento de la vida de Jesús mientras recorre el Parque Hernández de nuestra ciudad en la procesión denominada como de “La Pollinica” acompañado por su Santísima Madre, Nuestra Señora de Gracia y Esperanza”. Además, “compadezcámonos de nuestra insensibilidad al ver a nuestro Salvador maniatado y conducido ante Pilatos en la tarde del Lunes Santo recorriendo nuestras calles en la procesión de La Sentencia”.

En el Martes Santo, “aflijámonos también con Él y por nuestra dureza de corazón” asistiendo al Desagravio y posterior procesión de Nuestro Padre Jesús Humillado desde la Parroquia Castrense de la Inmaculada Concepción. “Saludemos llenos de arrepentimiento” la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno mientras carga con su cruz seguido por su Madre María Santísima de los Dolores, Nuestra Señora de las Lágrimas a su salida desde la Plaza de Toros de nuestra ciudad en la tarde del Miércoles Santo.

Cautivo y Flagelado
Comienza el Jueves Santo con la salida de Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima del Rocío que presidirán la liberación del Preso a las diez de la noche en la Avenida Juan Carlos I de la ciudad. También se nos presenta esa tarde la imagen de nuestro Señor atado a la columna, Nuestro Padre Jesús de la Flagelación, saliendo desde su Casa de Hermandad en la Parroquia de la Medalla Milagrosa junto con Nuestra Señora del Mayor Dolor y la bella imagen del Santísimo Cristo de la Paz saliendo de su Casa de Hermandad en la Iglesia del Sagrado Corazón de la Plaza Menéndez Pelayo.

El Viernes Santo con la salida de María Santísima de la Piedad y el Cristo de la Buena Muerte desde la Parroquia Castrense, precediendo a la Procesión Oficial del Santo Entierro junto con María Santísima de los Dolores en su Soledad y el Santísimo Cristo del Socorro que salen y se recojen en la Plaza de Toros, mientras Nuestra Señora de la Soledad es llevada en su trono desde la Parroquia del Sagrado Corazón.

Resurrección
“El sábado se convierte en compás de espera y recogimiento en Vigilia para que en la mañana del Domingo se produzca el feliz acontecimiento, clave en la historia de la humanidad, de la Resurreción de Nuestro Señor Jesucristo, hecho que celebraremos y sobre el que tendremos la posibilidad de reflexionar cuando se produzca el venturoso encuentro entre Nuestro Señor y su Santísima Madre, María Santísima del Rocío, en la Plaza de España”.

En modo de reflexión, el pregonero se refirió a “la misión de seguidores y enamorados de Jesucristo de proclamar la Verdad de la que somos felices depositarios, anunciarla con nuestra palabra y con nuestras obras allá donde nos encontremos”.

Concluyó con uno de los apartados del Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia en el que se menciona a Nuestra Madre la Virgen dolorosa y que dice así: “Como Cristo es “el hombre de dolores”, por medio del cual se ha complacido Dios en reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz, así María es la "mujer del dolor", que Dios ha querido asociar a su Hijo, como madre y partícipe de su Pasión”.

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Lorena Japon

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