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El mal tiempo priva a Melilla de ver en la calle a su Pollinica e inunda Batería Jota de tristeza

El mal tiempo empañó el Domingo de Ramos, impidiendo la salida procesional
(Autor: Guerrero)

No pudo ser. La alerta naranja del sábado, que ayer se tornó amarilla, ya hacía presagiar que Melilla no tendría este año su brillante inicio de cada Semana Santa, con la procesión de la Pollinica atrayendo a familias enteras en su recorrido por las calles de la ciudad. Media hora antes de la salida procesional, la junta de gobierno de la Cofradía del Flagelado tuvo que tomar la decisión más dolorosa: dejar en su casa hermandad a Nuestro Padre Jesús del Soberano Poder a su Entrada en Jerusalén y María Santísima de Gracia y Esperanza, por la amenaza de lluvia y fuerte viento.
La tristeza y la emoción eran palpables en el rostro de muchos de los que se congregaron en Batería Jota para ver el inicio de esta procesión, cuyas imágenes, preparadas en los tronos, recibieron durante toda la mañana la visita de muchos melillenses que no se resignaban a esperar al año que viene para verlas en su día más importante del año.
Fue el particular homenaje que el Pueblo melillense quiso rendir a su Pollinica, aprovechando que los estatutos de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Flagelación y María Santísima del Mayor Dolor establecen que ante la imposibilidad de salir en procesión, la casa hermandad debe mantener abiertas sus puertas durante todo el tiempo previsto en su itinerario para todos aquellos que quieran visitas las imágenes.

Un hervidero
Durante toda la mañana, la iglesia de la Medalla Milagrosa fue un constante ir y venir de melillenses de todas las edades, especialmente familias que no querían dejar de presentar a la Virgen de la Esperanza a sus recién nacidos para pedirle su protección. Una tradición que ayer cobró un significado especial porque María Santísima de Gracia y Esperanza llevaba en una de sus velas la imagen de un pequeño pescadito azul, en homenaje a Gabriel Cruz, el niño desaparecido en Almería, cuyo cuerpo sin vida había sido encontrado hacía justo dos semanas.
No fue el único homenaje que recibieron ayer las dos imágenes encargadas de abrir la Semana Santa de Melilla. Poco después de que la Cofradía diera a conocer la decisión de no salir a la calle, los soldados del Tercio Gran Capitán I de la Legión, que siempre acompaña a la procesión del Domingo de Ramos, se situaron frente a la puerta de la hermandad para entonar el Novio de la Muerte y el himno de la unidad ante las dos imágenes, y después marchar a lo largo de la calle antes de romper filas. Antes, la Cofradía había tenido un gesto hacia Manuel Ruiz Vega, ya que este es el último año que dirige la Banda de Guerra de la Legión.
También la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía de la Flagelación se sumó al tributo interpretando sus marchas ante la casa hermandad, un momento de mucha emoción que protagonizaron los miembros de la agrupación musical, la mayoría sin poder contener el llanto.

Consuelo del presidente
El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, acudió hasta la iglesia de la Medalla Milagrosa para dar consuelo al hermano mayor de la Cofradía del Flagelado, Francisco Ramos, y mandar “un abrazo muy fuerte” a todos los cofrades, a quienes quiso dar ánimo porque “el año que viene seguro que saldrán”. Para ello, aludió a la Esperanza, personificada en la Virgen que no pudo salir ayer a la calle.
El hermano mayor admitió que la decisión de no salir había sido muy dolorosa, especialmente para la junta de gobierno que dirige, por ser éste su último año antes de las elecciones. Pero era necesario por las previsiones de mal tiempo y para evitar “una agonía tonta”.
Desde hoy empezarán a trabajar en la procesión del Jueves Santo para sacar a la calle a los titulares de la Cofradía.

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Redacción

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