Todos los partidos, sin excepción, están ya con la cabeza en las elecciones, lo cual dice bastante poco de ellos, porque demuestran que están pensando más en los votos que en la gestión que todavía queda por hacer en este más de 25 % de legislatura que hay por delante Quedan unos 14 meses para que los melillenses seamos convocados a las urnas de las que saldrán nuestros próximos representantes en la Asamblea y a la postre, el Gobierno de la Ciudad Autónoma. Mucho tiempo, en realidad, para que tengamos que estar ya metidos en plena campaña electoral. Todos los partidos, sin excepción, están ya con la cabeza en las elecciones, lo cual dice bastante poco de ellos, porque demuestran que están pensando más en los votos que en la gestión que todavía queda por hacer en este más de 25 % de legislatura que hay por delante.
Ninguna formación política se salva, porque todas llevan ya un tiempo haciendo declaraciones enfocadas a los movimientos preelectorales. Ayer mismo, la número dos del PSOE local, Sabrina Moh, decía: «El que vote al PP estará votando al estancamiento de Melilla, al declive de la economía, a que nuestro jóvenes no tengan futuro y a que se sigan cerrando tiendas y establecimientos». Respondía así a unas declaraciones de su homólogo popular, el secretario general del PP, Miguel Marín, que aseguró que si los melillenses piensan votar al PSOE o a Ciudadanos en las próximas elecciones, «deben saber que el voto irá a Mustafa Aberchán», e instó a los tres partidos de la oposición actual a ir en bloque a las elecciones para «no engañar» a los melillenses, aunque les endilgó el calificativo de «cobardes» por ir por separado en esa supuesta estrategia del engaño al electorado.
Este martes, un diputado de CpM, Rachid Bussian, exigió a los miembros del Gobierno melillense que «dejen de mover los pulgares para publicar tuits, cada cual más obsceno y ridículo», y «trabaje para levantar Melilla, si es que les queda algo que ofrecer en el año que queda para las elecciones». Se unía así a las declaraciones que su jefe de partido, Mustafa Aberchán, lleva tiempo haciendo aludiendo a la edad de su máximo adversario político, Juan José Imbroda, instándole a que se jubile. Un mensaje al que se ha unido el coordinador territorial de Ciudadanos, Eduardo de Castro, que la semana pasada opinó que el Gobierno está cansado e Imbroda «debería irse porque está en edad de jubilación. Ya toca y no se puede estar siempre vendiendo la misma historieta». A principios de mes, en el Debate del Estado de la Ciudad, ya había lanzado ese mensaje con un «rectifique y jubílese» dirigido a Imbroda, que le respondió que se jubilará cuando los afiliados del PP se lo digan y él quiera, aunque insinuó una posible continuidad al añadir: «Lo tiene mal, de momento». Ayer, fuera del barro político, Prodein también llamó a la jubilación de Imbroda al tuitear: «Este tipo tenía que haberse jubilado ya y dejarnos tranquilos a los demás». La respuesta no tardó en llegar: «Por tipos como tú (José Palazón), no me jubilo».
Está claro, pues, que estamos metidos de lleno en la campaña aunque a ésta le quede, como hemos dicho, más de un año por llegar. No es de recibo que los melillenses tengamos que aguantar esta batalla política tan temprana, que distrae de lo realmente importante, que es solucionar los no pocos problemas del presente y futuro de nuestra ciudad y defender el interés general. Una campaña prematura que, además, no aporta nada nuevo porque todos se han empeñado en utilizar los mismos mensajes de siempre, sin renovarlos siquiera un poco, por lo que difícilmente provocarán que despierte el interés de los ciudadanos en una ciudad con índices de participación electoral cada vez más bajos.
