Roberto Moronta Martínez es otro de los jugadores que ha comunicado al Club Voleibol Melilla que no seguirá la próxima temporada, aunque en este caso es porque ha decidido poner punto y final a su etapa como jugador en activo, ya que su profesión le ocupa bastante tiempo. Entre los motivos de su despedida también ha pesado sus lesiones en estos dos últimos años, ya que la pasada temporada no pudo jugar por una operación en la rodilla, mientras que en esta apenas ha podido participar por prevención a una posible recaída. El opuesto madrileño ha puesto fin a su trayectoria deportiva a los 31 años, después de haber militado en los equipos del Club Unificado de Voleibol Alcorcón y del Club Voleibol Melilla. Roberto Moronta comenzó a jugar a este deporte a los 7 años, en el Colegio Amorós de Carabanchel, donde su padre introdujo el voleibol, hasta que a los quince años pasó a formar parte del equipo juvenil de Alcorcón, permaneciendo en dicho club hasta los 21 años, con el que jugó en Primera División Nacional y en Liga FEV.
Posteriormente dejó a un lado su gran pasión por el voleibol, un deporte de larga tradición en su familia, para centrarse en sus estudios, en la Academia Militar. Ya como profesional del ejército fue destinado a Melilla, donde en la actualidad es capitán del Tercio Gran Capitán I de La Legión.
Precisamente, Melilla le ha permitido reencontrarse con su deporte, ya que desde hace seis años milita en el Club Voleibol Melilla, con el que ha logrado dos ascensos a la Superliga-2 y a la máxima categoría, siendo un jugador clave en estos dos objetivos, además de asentar al club melillense en la Superliga Masculina.
-¿Por qué se despide como jugador en activo?
He decidido ya poner fin a mi etapa como jugador porque llevo muchos años dedicado a este deporte, pero sobre todo por la lesión de rodilla del pasado año y por mi trabajo, que me ocupa casi todo mi tiempo, aunque ya veremos si en un futuro entrenaré a algún equipo.
-¿Le ha costado dar el paso de decir adiós?
Bastante. Ha sido una decisión complicada, pues llevo desde los 7 años jugando al voleibol y además es un deporte que ha sido una tradición familiar. El voleibol comenzó a practicarlo mi abuelo, luego mi padre y a continuación mi hermano y yo. Han sido muchos años y aunque ahora no esté al cien por cien físicamente, como podía estar hace dos años, podría seguir echando una mano al equipo, pero todo tiene su momento para terminar y ahora mismo mi trabajo me exige bastante más y es mi forma de vida. Me ha costado bastante decidirme y me ha dado mucha pena, pero había que tomar una decisión tarde o temprano, y el mejor momento es ahora.
-¿Qué podría destacar de su etapa en el Club Voleibol Melilla, en el que ha jugado seis años y ha logrado dos ascensos?
Llegué a Melilla por motivos profesionales y al final me encontré en mi camino con el Club Voleibol Melilla, que me acogió perfectamente. Seis años se notan y me considero de la casa, como si llevara en Melilla toda la vida. Y el tema de los dos ascensos ha sido como un sueño, pues hace algunos años, cuando entré en la Academia Militar, decidí desvincularme de la vida profesional del voleibol para centrarme en mis estudios, pero volver a Melilla ha sido un sueño, ya que me daba la oportunidad de jugar de nuevo, pues pensaba que ya nunca más lo haría. Pero no solo eso, sino que además fui partícipe de los dos ascensos del club, en los que he tenido la oportunidad de jugar en la Superliga Masculina. Hace doce años, cuando empecé mi carrera militar, pensaba que ya jamás volvería a jugar, lo cual ha sido una alegría enorme jugar en este equipo y conseguir estos dos ascensos.
-¿Cómo calificaría su paso por el club melillense?
De muy importante, pues estoy muy contento y satisfecho del rendimiento personal y colectivo. Durante todos estos años, la gente va pasando y cambiando, pero en general el equipo siempre se ha mantenido fuerte. El Club Voleibol Melilla llevaba varios años en Primera División Nacional, pero dimos un empujón fuerte, ascendimos a Superliga-2 y al año siguiente a la máxima categoría, lo cual era impensable, y encima haciendo un papel muy bueno en la Superliga Masculina, para lo que se podía esperar de nosotros desde un inicio, ya que finalizamos de mitad de tabla hacia arriba, lo cual es algo espectacular. No somos un equipo que tenga una grandísima tradición de estar en la Superliga Masculina, aunque con anterioridad sí que estuvo en dicha categoría hace ya más de una década. Creo que nos hemos hecho con un nombre en la categoría y eso para mí es una satisfacción muy importante haber formado parte de este pequeña historia del voleibol de Melilla.
-¿Qué jugadores le han llamado la atención en estos seis años?
Decir nombres es bastante complicado, pues al final todo el mundo suma. Han sido muchos los jugadores que han pasado por el club, a los que no conocía de nada y con los que he hecho una buena amistad, y otros a los que sí y que hemos vuelto a jugar juntos. Todo el mundo ha aportado lo suyo, han sido grandes jugadores, y al final con todos tengo una gran amistad.
-La Ciudad acogerá la próxima edición de la Copa del Rey. ¿Eso quiere decir que el proyecto sería atractivo en la Superliga?
Entiendo que sí, pues si se ha dado el paso de solicitar la organización de la Copa del Rey, es porque el objetivo es tener un rendimiento y unas expectativas muy altas. Para eso se necesita dar un empujón más e intentar apretar más, tanto a nivel de los entrenamientos como de la confección de la plantilla. Supongo que se tratará de hacer algún fichaje potente y la única opción que queda para mantener un nivel alto y poder rendir bien en esa Copa del Rey será mantener el grueso del equipo de este año, que creo que ha sido muy bueno. Hay que hacer algún refuerzo importantes, pues además, Vicente Monfort se va, un pilar bastante importante en este equipo, y reemplazarlo va a ser complicado. Si lo consigue con un buen jugador se puede llegar a un buen nivel, pero siempre manteniendo el grupo de la presente temporada.
-El club ya está asentado en la categoría, después de tres años. ¿Cómo ve el futuro del equipo en la Superliga?
Creo que bien, pues en el primer y en el segundo año siempre estás con el miedo de decir: acabo de ascender y veremos a ver si me queda grande la Liga, pero este equipo ha demostrado que está de sobra. De momento no estamos en los primeros puestos, pero para mantenernos en mitad de tabla en la Superliga estamos más que asentados, aunque para llegar a un nivel más alto hay que darle un pequeño impulso de algún jugador más potente que al final se convierte en algo más de dinero. El salto de calidad puede ser una pequeña diferencia en un jugador o tener algo más de suerte. Con eso, se conseguiría estar entre los cuatro primeros clasificados, cien por cien, seguro.
-¿El club le ha propuesto seguir en labores de entrenador, ya sea para trabajar en la cantera o en el cuerpo técnico de la primera plantilla?
No he hablado con el club sobre esta cuestión, simplemente le trasmití mi decisión de dejar de jugar, pero mi futuro próximo con el voleibol no lo veo realmente, pues de momento no tengo ninguna intención de entrenar. Mi trabajo me implica mucho y las circunstancias son particulares con el tema de los entrenamientos. No es lo mismo ser jugador que entrenador. Un jugador puede faltar de vez en cuando, mientras que un entrenador debe estar al cien por cien, y con el puesto que ocupo no creo que sea mi momento para ser entrenador. En un futuro lejano, Dios dirá, pero no tengo intención de seguir, aunque si el club me pidiera echar una mano se podría ver, y en lo que haga falta lo haré.
-¿Le gustaría añadir algo más?
Quiero expresar mi agradecimiento a los clubes de Alcorcón y Melilla por haberme permitido jugar al voleibol, así como el trato que me han dispensado mis compañeros. Y al Club Voleibol Melilla le deseo suerte y fuerza, aunque seguro que el año que viene y posteriores seguirá mejorando la cosa y al final acabaremos siendo de los mejores equipos de la Superliga Masculina.
