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Comienza el juicio por el asesinato de “el chita” con las declaraciones de los cinco acusados

Ayer dio comienzo el juicio a los cinco acusados relacionados con el asesinato de F.B.M., alias “el chita”, acaecido en octubre de 2012. “El chita” fue sorprendido en el Real por entre tres y cuatro individuos armados con catanas y machetes que le atacaron provocándole heridas que condujeron a su fallecimiento minutos después del ataque. La acusación plantea que el asesinato se debió a una venganza y pide 20 años de cárcel para cada uno de los cuatro acusados. La víctima estaba acompañada por un amigo en el momento de los hechos, amigo que huyó del lugar y que por ello ha sido imputado por un delito de omisión de socorro, por el que se le pide una multa de 9.000 euros. El proceso continuará a lo largo de toda esta semana.

En la madrugada del 28 al 29 de octubre de 2012, en la calle Mar Chica (a la altura de la Pensión Sevilla), la víctima, un melillense de iniciales F.B.M., conocido como “el chita”, se encontraba en compañía de J.A.E.T., otro de los acusados (amigo suyo) cuando, al bajar del vehículo de éste último para dirigirse al garaje de unos amigos “para jugar a la Play”, fue asaltado por cuatro individuos que, blandiendo cuchillos de grandes dimensiones (catanas y machetes) lo apuñalaron sendas veces, provocándole una gran hemorragia que minutos después acabó con su vida.
El amigo del vehículo, acusado de omisión de socorro, salió huyendo con su coche del lugar de los hechos al ver acercarse a los individuos armados.

Acusados
Los acusados de asesinar a “el chita” (Y.K.A., M.M.A., M.A.B., y A.M.A.), para cada uno de los cuales se piden 20 años de prisión pro un delito de asesinato, y el acusado de omisión de socorro (J.A.E.T.), para el que se pide una multa de 9.000 euros por omisión de socorro, prestaron ayer declaración en la primera sesión del juicio oral en el que un jurado popular deberá determinar si los considera autores de los hechos que se les imputan o no.
Los acusados (sólo dos de los cinco se sometieron al interrogatorio de todos los letrados) declararon no tener relación entre sí, más allá de conocerse a raíz de haber coincidido en el barrio, en el colegio o en el Centro de Reforma, y se desvincularon desde el principio de su participación en los hechos, afirmando que se encontraban en sus respectivos domicilios en el momento en que ocurrieron los hechos.
Ninguno de los acusados por el delito de asesinato manifestó conocer personalmente o tener algún tipo de enemistad con la víctima mortal, F.B.M., y declararon desconocer el motivo por el que han sido encausados.
Por su parte, J.A.E.T. (alias “veneno”) declaró haber huido del lugar presa del pánico al ver acercarse corriendo hacia él a un grupo de “3 o 4” individuos armados “con cuchillos enormes”, huida que se habría producido porque desconocía que estos individuos -a los que no pudo reconocer por ir encapuchados- iban a por F.B.M. “Si no hubiera salido corriendo de allí con el coche, hoy no estaría aquí como acusado”, sentenció el acusado, quien declaró no comprender ni su imputación ni la enorme presión policial a la que asegura que ha sido sometido; “me han tratado fatal, me han insultado y me han pegado”.
Mientras que los cuatro acusados de asesinato sencillamente negaron haber estado siquiera en el lugar de los hechos, J.A.E.T. aseguró (extremo que posteriormente confirmó la Policía Local) que al huir del lugar se dirigió directamente a la Comisaría de la Policía Local con el objetivo de denunciar los hechos, acompañando a los agentes hasta el lugar donde yacía la víctima, gravemente herida pero todavía con vida.

Testigo protegido
La ausencia de pruebas de cargo fue el argumento principal de los letrados de las defensas de cada uno de los cuatro acusados, toda vez que éstos se encuentran sentados en el banquillo principalmente a raíz de la declaración testifical de un testigo protegido, quien se personó en dependencias policiales cuatro meses después de los hechos afirmando haber presenciado el suceso e identificando a los acusados como presuntos autores. Dicho testigo, que declaró también ayer durante la vista a través de videoconferencia (con distorsionador de voz y sin imagen, por su seguridad y la de su familia), afirmó haber presenciado “perfectamente” como sucedían los hechos, y aseguró que la dilación en personarse ante la Policía se debía a que era presa del terror.
Este testigo declaró que se encontraba paseando a su perro a la altura de un autoservicio cercano al lugar de los hechos cuando, tras oir un golpe cuyo origen no supo determinar, pudo ver cómo cuatro individuos (sólo pudo reconocer a tres, M.M.A., M.A.B., y A.M.A.) armados con grandes cuchillos perseguían y daban alcance a F.B.M., apuñalándolo y golpeándolo: “A.M.A. le apuñaló en el costado y los otros dos le pegaron golpes con los cuchillos y los mangos […] le siguieron dando golpes con los cuchillos en el suelo […] A.M.A. le dijo ‘te dije que ibas a caer’ […] lo que vi no se olvida”, declaró el testigo protegido, quien afirmó haberse escondido entre dos contenedores de basura “aterrorizado” hasta que terminó el ataque, momento en el que -al no llevar el móvil encima- decidió poner rumbo a la Comisaría de la Policía Local para denunciar, iniciativa de la que desistió al ver vehículos de la Policía Local dirigirse por la calle en dirección al lugar de los hechos.
El relato de este testigo -el único de los dos testigos protegidos que ha podido ser localizado- fue sometido a contradicción por las defensas, que cuestionaron tanto las discrepancias entre sus declaraciones pasadas y presentes como los detalles del suceso (si tenía línea de visión, si pudo identificar a los acusados, etc). El testigo, que contradijo algunas de sus declaraciones pasadas, declaró no recordar algunos de los detalles, especialmente aquellos referentes al proceso de declaración e identificación de los acusados ante la Policía Nacional, toda vez que los hechos llevados ayer a juicio datan de 2012, y las primeras declaraciones del testigo son de 2013.

Policía
En el juicio también prestó declaración el primer efectivo policial en llegar a la zona, un agente de una patrulla que acompañó a J.A.E.T. cuando éste denunció en Comisaría que había habido una reyerta con arma blanca en el Real. El agente, que al llegar se encontró con la víctima siendo asistida por un vecino -Policía Nacional fuera de servicio- llegó a mantener una breve conversación con la víctima, quien afirmó que los individuos que le habían asaltado habían bajado de un Mercedes negro. A pesar de esta afirmación, el agente no consiguió que la víctima le dijese quienes habían sido sus agresores, pregunta a la que la víctima se limitó a contestar: “yo me encargo”.
Los agentes de Policía que declararon ayer (tanto local como nacional) afirmaron que en la escena del crimen, cerca del cuerpo de F.B.M. había un machete roto.

Una “venganza” tras una discusión, supuesto móvil del crimen

Según argumenta la acusación, horas antes del crimen (en la tarde del 28 de octubre) la víctima habría intervenido en una trifulca en el Barrio Hebreo con el objetivo de separar a uno de los acusados, M.M.A., quien se encontraba discutiendo con un tercero. Esta intervención habría sentado mal a los acusados, quienes supuestamente tendrían una relación de enemistad con la víctima, motivo por el cual habrían decidido, de mutuo acuerdo, darle “caza” esa misma noche con el objetivo de asesinarle, siendo el móvil la venganza. Pese a que para la acusación éste sería móvil suficiente, las defensas discreparon, arguyendo que no resultaría lógico decidir asesinar a una persona por el mero hecho de haber mediado en una discusión o haber separado en una pelea.

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Fernando Lamas Moreno

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