El juicio por el asesinato, en octubre de 2012, de “el chita” a manos de un grupo de individuos armados con catanas y cortacañas llegó ayer a su fin tras más de cinco años de espera. Durante el juicio oral, desarrollado a lo largo de tres maratonianas y tensas jornadas, declararon acusados, agentes, amigos y vecinos de los implicados y hasta un testigo protegido. Las defensas, que presentaron ayer sus alegatos finales, pidieron al jurado la absolución de los acusados en base a la inconsistencia de las pruebas aportadas por la UDEV. El lunes se dará a conocer el veredicto final del jurado, que delibera desde ayer. El juicio por el asesinato de F.M.B., alias “el chita”, quien falleció en 2012 tras ser asaltado de madrugada en el barrio del Real por hasta cuatro individuos armados con catanas y machetes, concluyó en el día de ayer tras tres maratonianas jornadas en las que declararon los cinco acusados (cuatro por asesinato, uno por omisión de socorro), en torno a una veintena de agentes de policía y hasta un testigo protegido.
Mientras que las defensas de los acusados de asesinato han mantenido la tesis de que sus patrocinados sencillamente no se encontraban en el lugar de los hechos y de que los agentes de la UDEV orientaron desde el principio sus pesquisas a llevar a cabo su detención sin las pertinentes pruebas, los investigadores trataron de hacer ver al tribunal que la investigación había sido rigurosa y que se había dirigido, inicialmente, en base a indicios no registrados en las actuaciones, principalmente debido al clima de terror que los acusados habían generado tras el cruento asesinato del “el chita”, un hombre al que definían como un delincuente violento que “se había hecho un nombre” en el ámbito delincuencial.
Dicho clima de terror, sumado al hecho de que uno de los acusados es familiar directo de un notorio capo de la droga de nuestra ciudad, habría provocado (siempre según los investigadores) que el número de testigos dispuestos a prestar declaración en contra de los presuntos asesinos fuera mínimo.
Omisión de socorro
El único de los acusados que no se enfrenta a una pena por asesinato, J.E.T., ha sido imputado por supuestamente huir del lugar sin prestar ayuda alguna a la víctima, dejándola morir.
La defensa del quinto acusado, quien era amigo de la víctima y quien estuvo con él al comienzo del ataque, arguyó que su patrocinado no podía conocer las intenciones de los agresores, que se fue del lugar presa del pánico al ver a un grupo fuertemente armado dirigirse hacia él, que se dirigió directamente a la Comisaría más cercana y que incluso trató de evitar que F.M.B. se desangrara cuando volvió al lugar de los hechos acompañado de una patrulla de la Policía Local.
El próximo lunes, los miembros del jurado, tras deliberar a lo largo del fin de semana, deberán determinar si consideran como probados los hechos descritos por el Ministerio Público y, además, si consideran que los acusados son responsables de los delitos que se les imputan o no. El veredicto del jurado va seguido del dictado de la sentencia, que correrá a cargo del magistrado de la sala.
El Ministerio Público pide para los acusados de asesinato un total de 25 años de cárcel y 100.000 euros de indemnización para los familiares de la víctima, cantidad que asciende a 150.000 euros en la petición de la acusación particular. Para el acusado de un delito de omisión de socorro, las acusaciones piden la imposición de una multa de 9.000 euros.
