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Atril ciudadano

¿Se halla la humanidad ante los tiempos finales?

Cuando hablo con algunas personas sobre los hechos que están ocurriendo en toda la Tierra, y que tan gráficamente muestran los medios de comunicación, como terremotos, tsunamis, atentados, volcanes etc…, como si se hubiesen puesto todos de acuerdo, me suelen contestar: “Eso ha ocurrido siempre, lo que pasa es que antes no había tanta información como actualmente”. Sin embargo yo me pregunto si antes existía una capa de ozono rota, si los mares estaban contaminados, si se hacían pruebas atómicas, si existían peligrosas centrales nucleares, si se habían esquilmado los océanos o si los plásticos arrojados al mar ocupaban una extensión como la de México, si había zonas radioactivas en el planeta, si los buques encallados o hundidos arrojaban millones de toneladas de combustible al mar, si los cultivos se mantenían a base de pesticidas, herbicidas y mil productos mas, sí los animales estaban atiborrados de antibióticos, si los ríos se habían convertido en tuberías de desagües de las industrias, si los bosques ardían por doquier, y si la Tierra estaba rodeada de basura espacial.

Todo esto y muchas cosas más que acontecen a diario en la Tierra viene determinado por la mano del ser humano, el mayor enemigo de su gran Madre que es el planeta que nos alimenta y cuida. Por este motivo cientos de especies se extinguen cada año, desaparecen y nunca más volverán. Algunas de ellas dejan de procrear quizás con la intención de evitar la brutalidad que el ser humano pudiera infringir a sus crías, pues los animales sienten e intuyen el dolor que el ser humano es capaz de infringirles: millones de ellos a través de la cría intensiva para consumo humano, otros en los laboratorios, miles bajo las armas de los cazadores, sin olvidar los que son destinados a espectáculos y divertimento.

Las centrales que funcionan gracias a la energía atómica, son una bomba de relojería para millones de personas; bien conocidos son los accidentes en los que se han producido fugas radioactivas que han matado y enfermado no sólo a personas, sino tambien a animales, contaminando las aguas, el aire y las tierras de cultivos a miles de kilómetros a la redonda. A lo que habría que sumar las muchísimas pruebas atómicas realizadas sobre la Tierra, muchas más de las que la mayoría de personas presuponen, y que destruyen la vida por doquier, en la Tierra, en el aire y bajo las aguas. Llegados a este punto pregúntese si realmente no cree usted, estimado lector, que todo esto no tendrá consecuencia sobre la vida futura del ser humano y sobre el equilibrio futuro de la naturaleza.
¿De verdad que alguien duda ya del cambio climático y sus consecuencias?, ¿Habrá quien piense que la quema de miles de hectáreas de bosques cada año no tendrá consecuencias para la vida? La desertización amenaza a muchos países mediterráneos, entre ellos España. Quizás nosotros no lo veamos pero las generaciones venideras sí. Se trata de un problema que intensificará los movimientos de población, y que dará lugar a un futuro incierto y apenas previsto. Y si hoy ya es un grave problema, imagínese cuando el agua potable desaparezca, las cosechas se sequen y las personas enfermen, entonces veremos a muchas más personas desplazarse en busca de alimentos, agua, salud y una vida digna. Más de uno me calificará como catastrofista, pero yo prefiero denominarme realista y reflexionar sobre qué hacer cuando las aguas suban e inunden cientos de ciudades costeras por todo el mundo.

Ciertamente muchos imaginan que si algún día acontece aquello de los tiempos finales será como lo imaginaron y plasmaron los directores de Holllywood, es decir con un repentino fuego cayendo del cielo y la Tierra abriéndose y tragándoselo todo en cuestión de segundos. Sin embargo la realidad puede ser muy diferente, no será ciencia ficción, será realidad y la realidad siempre se manifiesta en base a las leyes naturales. Imagínese por un momento que donde usted vive y vivió siempre su familia, los ríos dejan de fluir, los pozos se secan, los cultivos no crecen bajo un sol abrasador, los animales mueren y su familia enferma ¡el futuro que se vislumbra es terrorífico!. Entonces decide emprender un viaje tan incierto como peligroso, en el que todo puede suceder: robos, violaciones, maltrato, humillación, vejaciones e incluso la muerte, ¿no sentirá que para usted y los suyos han llegado ya Los Tiempos finales?. Pues eso para muchas personas ya está sucediendo.

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